Capítulo 5

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El viernes por fin llegó y yo estaba más nerviosa que de costumbre. No estaba segura si algo me había caído mal o simplemente era la emoción de salir con Will. Claro que he salido con otros chicos, pero, eso fue hace mucho tiempo. Eran relaciones que duraban una semana, con besos incómodos-dolorosos por los brackets y después no estuve realmente interesada por alguien, los chicos de mi escuela no son los más interesantes que digamos. Así que esta será la primera cita adulta real que he tenido, con un verdadero y auténtico hombre.

Tengo que verme perfecta. Piel, pelo, uñas, maquillaje, ropa.... rayos, Will no dijo el lugar y no sé qué ponerme. Si es a las cinco no creo que vayamos a ningun restaurante elegante por lo que el vestido negro -mi arma letal, como le digo yo- no será necesario, es una lástima porque apesar de que tengo piernas cortas, lucen perfectas con ese vestido, es algo más corto de lo que estoy acostumbrada a utilizar, pero, digamos que es mi truco bajo la manga.

Me dirigo al cuarto de Mya en puntillas, creo que no está, pues la escuché salir hace rato. Abro la puerta ligeramente y respiro, no estaba. Creo que es normal que las hermanas se presten ropa, pero, también es normal que se peleen por eso, yo lo confirmo.

Mi hermana no tiene problema en prestar cosas o yo a ella, el verdadero conflicto surge cuando queremos utilizar lo mismo ese día o cuando tomamos las cosas sin permiso, lo cual estoy a punto de hacer, pero... esto es una emergencia y ya habrá tiempo para pedir perdón. Así que me dirigí a su clóset, ¡bingo! ahí estaba mi blusa

blanca favorita, de tela suave y airosa, tirantes delgados y un encaje que enmarca la clavícula de manera gloriosa, no es muy reveladora, pero es sexy de forma discreta.

Además, adoro que deja ver mi lunar favorito situado justo antes del escote, Es perfecta para la ocasión. La combinaré con unos jeans negros y una chamarra lila que le pertenecía a Mya, pero la usaba tanto que se rindió.

Mi intuición me dice que debo llevarme los tacones blancos que tanto amo, su tacón es cuadrado y bajo, por lo que no son nada incómodos para caminar y realmente pueden transformar un look de casual a semi-formal. ¿Debería llevarme lencería atractiva? Dudé. No... Es la primera cita, sería demasiado rápido, aparte tengo que sentirme cómoda.

Tengo lista la ropa y faltan tres horas para que pase por mi, tengo que apurarme. Spotify haz tu magia y pon la canción que necesito -cierro los ojos y hago mi petición, como si mi celular fuera la bola de cristal de una adivina- seleccione mi playlist "Happy days" y pongo aleatorio. Comienza a sonar "Don't go breaking my heart" de Elton John.

Espero que esto no sea una señal... le daré una segunda oportunidad.

Suena "Mr. Blue Sky" de Electric Light Orchestra, mucho mejor.

Empecemos por el pelo, necesito arreglar mis puntas abiertas con urgencia, así que me dirigo a la cocina y comienzo a sacar ingredientes. Siempre preferí los tratamientos naturales. Tengo una receta infalible que mi abuela le enseñó a mi

mamá, dios, me hubiera encantado conocerla, creo que ella podría tener un gran consejo para hoy.

Ella falleció pocos meses antes de que mi mamá supiera que estaba embarazada de mi hermana y de hecho, siempre cuenta la historia de que mi Abuela fue quien le "mandó" a mi hermana, pues se supone que ella no podía tener hijos y aquí estoy yo también, su segunda hija haciendo un desastre en la cocina...ah los hijos, sin duda somos un milagro.

Huevo, aceite de coco, miel y plátano, los únicos ingredientes que necesitas para tener un cabello de comercial, –algo pegajoso, lo sé–, pero vale la pena. Comienzo a batir y a distribuirla como puedo de raíces a puntas, me pongo una gorra de baño y sigo con el rostro, nos iremos a lo básico: Aguacate y yogurt natural.

Viaje a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora