Después de caminar en círculos por más de cuarenta minutos, mordiendo mis uñas y sintiendo los latidos de mi corazón cada vez más rápido, tomé el valor con una inspiración, le pedí a mi hermana y a mi mamá que se sentaran en la sala, porque tenía algo importante que decirles.
Me miraban mientras hablaba y podía ver como cambiaba su expresión,-su cara desencajada, de terror, incertidumbre y una tristeza que jamás había visto en ellas.
No podía dejar de temblar y de pedir disculpas por no haberlo dicho antes, realmente lo lamentaba. Llegó un momento después de todas las preguntas, respuestas, enojos, gritos, lamentos, donde todo era silencio, el silencio más largo que había escuchado.
Por fin pude sentir como esa gran carga que había llevado todo este tiempo había sido removida de mi pecho. Ninguna durmió esa noche.
Al día siguiente, la mañana se sentía triste, en el aire se respiraba el miedo y vacío. El rostro de las dos personas que más amo en el mundo, estaba sin expresión, con la mirada perdida, círculos debajo de los ojos y pálidas.
Apenas pudimos sonreírnos entre las tres y salimos de la casa. Visitaremos al doctor Griffin para que platique con mi mamá sobre todos los detalles clínicos y lo que prosigue.
El camino en el coche me recordó al trayecto a casa de mis tíos, cuando recién me habían dado la noticia, el día que había comenzado la lista.
Mientras el coche avanzaba en ese día gris, miraba por la ventana reflexionando sobre todo lo que había pasado estos últimos meses, sobre las personas que había conocido, los riesgos que había tomado y ahora, ellas lo saben también, decirles lo hizo todo real.
Todo este tiempo había estado presente en mi mente, pero de alguna manera, el no decirlo era como si algo pudiera cambiar, tal vez si encontraba mi propósito a tiempo, no tendría que irme.
El doctor Griffin nos recibió con mucha calidez y las trató de la forma más dulce posible, explicando detalle a detalle todo lo que sucedía. Mi mamá solo lo veía con ojos caídos, tratando de contener sus lágrimas y podía sentir su nudo en la garganta.
Me llevaron al cuarto donde me sacaban sangre para mi chequeo mensual, era pequeño, cuatro paredes de color amarillo claro, en una de ellas había un cuadro colgado, de un campo abierto, una casa de madera al fondo y un atardecer precioso.
Mientras me sacaban sangre, enfoqué mi mirada en aquella fotografía, en cómo se sentiría el aire, como se movería el césped. Firmado por K.M se podían leer esas iniciales en la esquina inferior derecha. Es un arte la fotografía, tener la habilidad para captar esos momentos, que incluso pasan desapercibidos. como si pudieran congelar un instante en el tiempo, es exactamente lo que me gustaría hacer.
Últimamente siento que avanza más rápido y no puedo hacer nada para detenerlo. Me siento más cansada, débil, como si fuera a desaparecer en cualquier instante.
Todo está en constante cambio. Si de algo estoy segura, es de la impermanencia. La muerte es un hecho ineludible de la vida. No puede haber vida sin ella ni viceversa.
Lo que ha nacido morirá, lo que se ha acumulado se agotará. El universo entero está en cambio, transformándose, todo el tiempo. Hay estrellas que nacieron hace millones de años y su luz apenas está llegando a la tierra. Hay estrellas que están naciendo en este momento pero pasarán millones de años hasta que alguien pueda verlas.
La vida es una danza continua de creación y muerte. Incluso las partículas suspendidas en el aire que ahora me rodean están cambiando, creando una realidad sin fin, constantemente formada de nuevo.
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Viaje a las estrellas
Novela JuvenilTras enterarse que su vida está por terminar, Hailee decide emprender un viaje a su interior en un intento de descifrar su propósito y lugar en este mundo. Para así poder disfrutar hasta el último segundo. El problema es ¿cómo encontrarlo?. Además d...