Jueves 21 de febrero

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-¿Todo esta esta bien?¿Mia está bien?
-Por supuesto...Fred, ¿verdad?
-Si señora- respondí aun con uno preocupado.
-Esta llamada es para solicitar el numero de los padres de Mia. El único teléfono relacionado en ella este, pero sabemos que es de tu casa. ¿Me podrías facilitar el numero de los padres de tu amiga? Es para que vengan a recogerla. Ya le daremos salida.
¡Por fin! Por fin iba a poder ver a Mia fuera de ese hospital. Ya la extrañaba.
-Por supuesto. Dame un momento.

Al día siguiente, Maara y yo fuimos a casa de Mia. Maara llamo a Connor varias veces, pero no respondió ninguna vez, incluso yo lo llame y sonaba como si tuviera el teléfono apagado.
En casa de Mia estaba su padre haciendo la comida, según nos contó él, su mujer estaba en el supermercado comprando cosas para el almuerzo, ya que querían que almorzáramos con ellos.
-Falta uno de ustedes ¿no se supone que son cuatro?- preguntó.
-Si, falta Connor -respondió Maara-. No contesto ninguna llamada y no sabemos nada de él ¿Verdad Fort?
Yo estaba pensando en Connor y lo ocurrido con él. Maara me golpeo con el codo para que volviera a la conversación y respondiera su pregunta.
-Eh...Si, claro- fue lo único que dije.
-Bueno... Sigan al cuarto de Mia, ella ya debió despertar.
Subimos rápidamente para ver a Mia. Maara toco la puerta, y sin esperar una respuesta, entró. Mia estaba acostada en su cama leyendo El gran Gatsby y apenas nos vio entrar cerró el libro, lo puso en su mesa de noche y extendió los brazos para que le diéramos un abrazo. Maara fue la primera en abrazarla. Su abrazo duró un buen tiempo.
Luego de abrazar a Maara, Mia me hizo señas para que la abrazara. Yo le sonreí y muy feliz, la abracé. Pensé que el abrazo de ella y Maara había sigo largo, pero conmigo realmente fue eterno, pero maravilloso. Al terminar el abrazo nos miramos directamente a los ojos y quería besarla. Sentía un impulso hacia sus labios un poco pálidos por todo lo que vivió, pero muy hermosos y a la vez la ganas de sepárame de ella. Alejé la vista al piso y me sonrojé.
-Calma tórtolos - Maara nos separó y se sentó en la mitad de nosotros dos.
-Cuéntame ¿Que tal el hospital?- preguntó Maara.
-Bien, pues...para ser un hospital.
-Mia ¿Donde es el baño?- pregunte.
-Al final del pasillo a la derecha.
Asentí con la cabeza y fui al baño. Al llegar me mire al espejo y me peine. Luego se hacer pis me mire en el espejo nuevamente mientras en la mente tenía a Mia y nuestro momento de mirarnos a los ojos.
Así es como te das cuenta que para amar a alguien no lo debes conocer de mucho tiempo, solo lo sabes. Es un impulso que no viene del cuerpo. Es como un empujón que alguien te da en la espalda, pero que a la vez te detiene por miedo a herir o salir herido.

Preparatoria: amores y dolores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora