Lunes 18 de febrero

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Desperté. Connor estaba durmiendo en una silla junto a mi. Solo estaba él en la habitación.
-¿Connor?
-Hola amigo- dijo él mientras se desperezaba. Él debería estar estudiando y que estuviera acá acompañándome en vez de ir a estudiar me pareció muy amable de su parte-¿Como te sientes?
-Me duele la cabeza- me cogí la cabeza con la mano izquierda. Sentí en mi oreja algo frío. Tenía un aparato conectado a mi dedo con una gran cable que salía de él.- ¿Pasaste toda la noche aquí?
-No. Llegue a las 6 AM. Tu padre se quedo contigo toda la noche.- sonreí al escuchar las palabras de Connor. No podía creer que mi padre se allá quedado conmigo. A él casi nunca lo veía.
-¿Como esta Mia? ¿Está bien?
-Si. Aún no despierta. Desde el accidente no ha despertado.-me levanté de inmediato- Tranquilo. No es nada serio. Los médicos dicen que es no despierta por un fuerte "latigazo".
-¿Latigazo?
-Quiere decir un movimiento brusco en el cuello.
Me levante de inmediato. Me quite todos los aparatos que tenía pegados al cuerpo y salí corriendo mientras cojeaba.
No me importa mi salud. Me importa ella. Me importa verla sonriendo y verla disfrutando así como en el campo de flores.
Encontré el cuarto de ella, abrí la puerta bruscamente y me quede en la puerta atónito.
Ella tenía un gran hematoma en la frente, tenía varias cortadas en sus mejillas y nariz. Tenía puesto un cuello ortopédico. No pude verla a la cara. Tuve que apartar la vista.
Se me salió una lágrima. Era muy triste verla como estaba.
Salí corriendo de la habitación a la mía. Había un espejo pegado a la pared. Me pare y me vi en él. Tenía una cortada en el cuello nada profunda, un hematoma en la mejilla izquierda. Me baje la bata médica que tenía puesta y vi mi pecho. Tenía unas pequeñas cortadas y una grande la cual estaba con puntos. Yo no había sufrido tanto como Mía. Ella estaba mal y fue mi culpa. Si tan solo yo no hubiera permitido que se quitara el cinturón de seguridad, o incluso yo mismo pude prender el radio. Soy un idiota. Ella podría estar en un estado de coma, o con ese golpe en el cuello llegar a perder la movilidad en alguna parte. Un golpe en el cuello es muy serio.

Todo el día llego gente a visitarme, pero Connor no dejo que entrara a la habitación. Él me conocía, por eso era mi mejor amigo. Él me entiende.
Pase todo sintiéndome culpable. Me lamentaba y a veces incluso se me salían las lagrimas de nuevo.
-Connor- decía Maara detrás de la puerta- déjame entrar.
La chica empujo a Connor y entro sin permiso.
-Buenas noticias.- esbozó una sonrisa y se sentó en la cama- Mia despertó.
Me levante de inmediato y salí a buscar la habitación de ella. Estaba a mitad de camino y un pito constante empezó a sonar. Médicos de todas las direcciones venían corriendo y entraron al cuarto de Mia. Yo corrí más rápido pero como estaba cojeando la velocidad no fue mucha. Al llegar la puerta estaba cerrada. Golpee.
-Hijo- dijo una enfermera que salió- No puedes estar aquí. Deberías estar recostado.
-¿Que esta pasando?- pregunté
-Ve a tu habitación- dijo la enfermera muy seria. Llamo a una chica que estaba dentro de la habitación e hizo que me acompañara a mi habitación.
Ella me conecto los cables y me ajusto la cama. No me dejaron levantar en toda la noche.

Preparatoria: amores y dolores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora