🐰El Conejito del conde🐰

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Como la mayoría de los habitantes de Londres saben que la compañía Funtom tiene logos característicos de lo que hacen, para designar si un juguete o dulce están hecho por esa  compañía usan figuras de animales en sus logos para identificarlas. Ya sea un gato o un conejo, el último el más popular por sus juguetes que le fascinan a los niños y eso incluye al pequeño Conde.

Aunque no es muy común verlo jugar con juguetes de niños, Ciel tiene una debilidad por los peluches y tiene su favorito.

Un conejito gris con un parche en el ojo como él y un chaleco con moño azul como el cabello del conde, era su favorito; su nombre era parche y era su amigo de compañía cuando se sentía solo en  su oficina firmando documentos, o cuando era hora de una siesta o de dormir, parche estaba con él pero siempre fuera del ojo público.

Ciel se apenaba cuando Sebastián o Tanaka hacían mención del peluche, incluso Elizabeth o Lizzy su apodo que por un descuido descubrió a su pequeño amigo se avergonzaba y cambiaba el tema o lo ocultaba lo más rápido posible.

Y hoy no era la excepción, resulta que tuvo unos invitados sorpresa en su oficina y aunque su mayordomo anuncio su entrada con las personas estás mismas entraron como manadas asustadas y casi no le dio tiempo de ocultar a parche en su cajón especial para él. Tiro al conejito debajo del escritorio rogando que no lo hayan visto y no hayan visto a su conejito.

Lo último que quería es ser chisme de la ciudad que él perro guardian de la reina, era un cachorro en entrenamiento.

Cuando concentró su vista en sus invitados resulta que eran los oficiales, son un dolor de cabeza, esperaba que está reunión sea rápida.
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Cuando los oficiales se fueron, con una carta de la reina y un crimen sin resolver, los oficiales se fueron dejando a un muy cansado conde pidiendo una siesta. Ya no le avergonzaba tanto como antes querer dormir en la tarde, se dio cuenta que hacía mejor el trabajo y el dolor de cabeza del ajetreo de la mañana se apacigua.

Frotando su ojito y emitiendo un bostezo llama a Sebastián y en un segundo ya estaba aquí tocando la puerta.

- listo para su siesta de la tarde joven amo? - solo un asentamiento y un bostezo respondió su pregunta.

El demonio no perdió tiempo y cargo a Ciel hacia su habitación, el niño se quedó dormido en su hombro un el dedo gordo en su labio inferior sin meter a la boca.  A encontrado esta acción adorable en varias ocasiones, es como una parte Ciel quiere chuparse el dedo pero la otra parte lo detiene.

Pero Sebastián cómo buen mayordomo puede ayudar, sólo faltó una pequeña guía y un empujoncito, el dedo del niño quedó atrapado en su boquita succionando con calma y trayéndole un poco más de paz al pequeño Conde.

El mayordomo lo pone en su cama y le quita los zapatos y el parche del ojo, y lo arropa para luego irse y desearle una buena siesta, pero sin pensar que el pequeño Conde despertaría solo 10 minutos desde que se fue.

Adormilado Ciel nota tres cosas, uno está en su habitación, dos está chupando su dedo pero no le preocupa ya le había pasado y no era nada nuevo, y tres su conejito no estaba.

No estaba!

Despertando de golpe Ciel busca debajo sus sabanas, almohadas y debajo de la cama. Pero no lo encontró parche desapareció! Intenta mantener la calma y pensar, de seguro lo dejo en la oficina. Si! Lo olvido! Estaba tan cansado que no se dió cuenta que su amiguito lo estaba llamando.

Con su decisión ya tomada Ciel sin importarle que aún estaba en medias salió en busca de su conejito, cuando ingreso a su oficina y busco debajo del escritorio se dio cuenta que parche no estaba. Busco en todas partes con ligero pánico pero no estaba en su oficina, hizo un desastre pero no le importa lo primero es parche.

Así que cuando salió del lugar corriendo buscando en cada esquina de su mansión, reviso habitaciones, baños, salas, hasta el jardín ya cansado y frustrado, empieza a llorar de impotencia llamando a parche.

- parcheeee!!! Sniff!... Conejito donde estaaaas?! Sniff ... parcheee.

Sus sollozos aumentaron a medida que se acercaba de nuevo a su habitación, ríos de lágrimas caían al suelo al saber que perdió a parche y cuando abrió la puerta grande fue su sorpresa al ver a Sebastián esperandolo con parche en sus manos.

- al parecer alguien perdió algo no?- dice sonriendo con cariño al ver al niño llorar todo el camino hasta donde esta él

- p-parche...- dice con un puchero inconsciente

- si parche te estaba buscando como tú también lo buscabas.

Ciel se limpiaba las lágrimas aún hipando y teniendo uno y otro espasmos, siente que es levantado y apoya su cabeza en el hombro del demonio. Sebastián le entrega a parche y ve como su pequeño Conde lo aprieta bien en sus brazos como temiendo que el peluche se fuera otra vez.

Con un suave balanceo, Sebastián pasea al niño que cayó dormido en sus brazos, con parche aferrado en un brazo y el otro ocupado con su mano chupando su dedito.

Con cuidado deja al pequeño en la cama y lo arropa otra vez, con un beso en la frente Sebastián sale de la habitación en silencio dejando al conde terminar su siesta interrumpida.

Aunque ya es algo pasada de la hora de la siesta y el trabajo que hay que hacer, tal vez cierto demonio tendrá que modificar el horario.

Pequeño CondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora