👶No soy un bebé 👶

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- No

- pero Joven amo

- Dije que no! Sebastián!

Esta era la discusión que tenía el demonio contra su amo durante los tres últimos días.

Todo empezó cuando Ciel despertaba mojado por las constantes pesadillas desde la muerte de su tía la Madam Red, desde la última semana el joven despertaba gritando asustado, sudando y con las sabanas mojadas.

La muerte de su amada tía descarriló los recuerdos del encierro en jaulas, la tortura que llevo y la muerte de sus amados padres consumidos en las llamás de la mansión junto a todo aquello que conoció.

El niño Conde lloraba todas las noches y todas las noches Sebastián a estado ahí para él, solo que últimamente el tener que lavar sabanas tanto de noches como de tardes por su siestas le estaba cansado al demonio y también a Ciel quien a estado de malhumor por las múltiples interrupciones de sueño que a tenido.

Entonces al demonio se le ocurrió algo para evitar tanto de lavar sabanas y que el pequeño pueda dormir bien.

- no usare pañales Sebastián! No soy un bebé! - decía el conde indignado y avergonzado por tal sugerencia, es obvio que está atravesando un pequeña faceta pero ya se le pasará

- se que no eres un bebé, pero no te sentirás mejor dormir y levantarte seco?

- ya se me pasará, ahora largate a hacer algo no se barre el patio o lo que sea es una orden.

El demonio suspira derrotado pero no se rendirá verá hasta que punto puede aguantar.
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Dos semana, dos semana duro la tercades del joven conde para poder ceder.

Ciel había intentado de todo para no mojar la cama, las pesadillas cesaron pero su incontingencia urinaria no aún mojaba la cama. Intento no beber tanta agua por las noches, evitó aguantar lo más que podía e incluso intentaba no dormir sus siesta y parte de la noche lo que resultaba quedarse dormido en la oficina y despertar  con la silla mojada.

Y ya no era cuando dormía, resultó que ya no podía aguantar cuando estaba despierto y casi nunca llega al inodoro sin una fuga del por medio o no llegaba a bajarse los pantalones por completo.

Solo ahí que se arto y cedió a los pañales porque estaba cansado, quería dormir y no quería cambiarse y tomar un baño casi todo el tiempo. Pero obviamente estaba llorando de la vergüenza cuando pudo sentir la tela en su entrepierna.

Sebastián solo podía consolarlo.
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Había pasado unos días el joven conde aún se estaba acostumbrando a sentir su trasero acolchado pero al menos no tenía que preocuparse por su ropa y sabanas. Podía dormir bien ahora aunque despertar con una pañal frío y húmedo no es agradable, Sebastián hacia el trabajo.

El demonio a notado el cambio ligero de su pequeño amo, el uso de los pañales de tela lo habían vuelto algo dependiente de ellos, se daba cuenta que aunque hacia el baile del baño no se movía de donde estaba o simplemente no le importaba o se le olvidaba que su cuerpo exigía alivió.

Era ver cómo a un bebé aprendiendo ir al baño solo pero nunca lo conseguía. 

Pero debe admitir que ver el trasero acolchado de su amo era divertido y adorable a la vez, y cuando estaba mojado caminaba parecía a un pequeño patito.

También a notado el ligero cambio de humor cuando usa el pañal, nota que está molesto y cuando lo llama puede ver cómo sus ojos se cristalizan por las lágrimas sin derramar, era una señal silenciosa de cambiame rápido.

En los últimos días el demonio se a acostumbrado a esa rutina a que Ciel lo llame para un cambio pero a veces el niño no dice nada y Sebastián debe revisarlo como un bebé. Y da algo de gracia que semanas atrás el conde le gritaba que no era un bebé pero se estaba comportando como uno sin querer.

La imagen perfecta era cuando lo cambiaba después del baño para ponerlo a dormir, en su gran cama Sebastián le puso su pañal de tela con doble capa del mismo material, con un poco de aceite y talco y los alfileres el conde estaba listo para el camisón pero cuando levanta la vista el niño se había quedado dormido chupando su pulgar.

Una imagen tierna para la servidumbre de la mansión pero era un peligro para la imagen social de Ciel.

Pero no importaba siempre y cuando el demonio vestido de mayordomo podía proteger a su pequeño amo.

Pequeño CondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora