🌡️Días de enfermedad 🌡️

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Era una mañana en la mansión Phantomhive, el personal se levanta con entusiasmo para hacer su trabajo, Barton hacia el desayuno para todos, Mayrien limpiaba y Finnian en el jardín. Por supuesto el Sr Tanaka bebía su té en alguna parte la mansión con tranquilidad y Sebastián caminaba directo a la habitación del conde.

Con gracia entra a la habitación donde visualiza al pequeño bulto entre las gruesas sábanas, abre las cortinas dejando que la luz ilumine su visión.

- buenos días pequeño amo! - dice Sebastián quitando las sábanas del niño- hora de despertar!

Ciel suelta un quejido, sentía que algo no iba bien, siente sus extremidades pesadas y su pancita hacia ruido, la cabeza le dolía ligeramente y tenía mucho frío. Miro a Sebby molesto su chupete se balanceaba lentamente, tenía pereza hasta de hablar así que solo lo ignoro y busco otras vez sus sábanas para arroparse otra vez.

Sebastián miraba al niño queriendo arroparse otra vez pero veía que ese pequeño trabajo está haciendo sudar al niño, Ciel a decir verdad no tenía buena pinta, si antes su piel era lechosa ahora le haría competencia a una hoja de papel. Además sus mejillas están sonrojadas, se quita un guante y toca su frente, está caliente.

- no te sientes bien verdad Ciel? - pregunta el mayordomo y solo recibe un quejido en respuesta.

El demonio chasquea la lengua y con cuidado carga a Ciel y lo abraza, podía escuchar su estómago revolverse y sin previo aviso un par de arcadas el niño había vomitado la espalda de Sebastián, el chupete quedó por el suelo en algún lado ya que para dormir no estaba usando su cadena. Sebastián podía sentir el líquido caliente bajando por su espalda, era asqueroso, hizo una mueca de disgusto pero paso a ser un padre preocupado cuando sintió a Ciel temblar y sollozar.

- oh Ciel, tranquilo pequeño todo está bien - consolaba al niño que lloraba con malestar, su pancita aún le dolía y mucho, Ciel se sentía muy mal, estaba sudando, se sentía asqueroso.

Sebastián le siguió dando palmaditas en su espalda para tranquilizarlo, aún podía escuchar su pancita revolotear y los quejidos de Ciel, pensó que iba a vomitar otra vez pero solo al sentir el pañal calentarse, el olor y los lloriqueos del pequeño supo que el resto de la comida viajo hacia el otro lado.

El demonio suspira, paciencia, piensa y se lleva a Ciel al baño donde lo cambia y le da un baño para bajarle la fiebre. Aunque fue un desastre, Ciel no paraba de llorar y quejarse, Sebastián hizo todo lo más rápido posible y lo saco envuelto en toallas, lo seca bien, le viste con otro camisón grande, un par de medias largas y un pañal nuevo.

Sebastián carga a Ciel nuevamente, su cuerpo lo siente más fresco pero no significa que haya salido de la fiebre completamente. Toma una manta y lo arropa , toma también su chupete, se lo da, y así los dos salen de la habitación.

Sebastián busco a Tanaka y cuando lo encontró el anciano corrió rápido al conde al solo verlo, preocupado le pregunta los síntomas y no duda en ningún segundo en llamar al médico.

- el doctor estará aquí en breve por ahora le iré hacer algo de comida ligera para su estómago - dice Tanaka - llevalo a la cama y...- la conversación fue interrumpida por un olor y los lloriqueos de Ciel, otra descarga en su pañal y el niño lloraba a mares - te le encargó señor Sebastián.

- por supuesto cuente conmigo - dice mientras se inclina y ve al anciano alejarse - bien qué tal si nos cambiamos otra vez? - solo recibió sollozos y quejidos, aún así se enrumbo a la habitación del pequeño donde lo volvió a cambiar.
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- es un virus estomacal causada por el agua revuelta en estos días - dice el doctor examinando al pequeño en cama quién lo mira con ligera molestia, no le gustan los doctores - hay una pequeña epidemia en la ciudad pero es curable, solo mantengalo hidratado con agua hervida previamente, evite comidas pesadas y lácteos por algunos días.

Sebastián escuchaba atentamente al igual que toda la servidumbre quienes al escuchar que su pequeño amo estaba enfermo no dudaron hacerle compañía.

El doctor saca de su maletín dos pequeños frascos y se los entrega a Sebastián.

- el frasco azul es para bajarle la fiebre y el  verde es un antibiótico así elimira el virus poco a poco, también - saca otro frasco de color rojo - esto debería calmar su estómago y detener la diarrea.

Dicho esto el doctor se retira dejándole una hoja con los días y las horas que hay que tomar las medicinas, el personal le agradece por llegar rápido y lo despiden.

Volviendo con el pequeño conde, Ciel toma su chupete y se lo pone en la boca, nunca dejará que nadie a parte de su pequeña familia lo vea con algo así, con su chupón y su conejito se quedó dormido esperando que una pequeña siesta le ayude a mejorar, hasta que a la mitad de la siesta su pancita volvió a revolverse y tuvo que ser limpiado nuevamente.
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El conde se la paso postrado en cama en los siguientes días, el personal hacia de todo para hacerlo reír y calmar su llanto.

Mayrien le daba de comer, ya que no tenía la fuerza necesaria para hacerlo por si mismo, Ciel odiaba su cuerpo débil aveces, pero le gustaba cuando mamá le daba de comer, le hacía gracia cuando la cuchara se transformaba en un tren.

- aquí viene el trencito! - dice Mayrien con otra cucharada de papilla de manzana pero el niño voltea el rostro no queriendo mas- está bien Ciel lo hiciste muy bien! - le daba ánimos y pudo ver una pequeña sonrisa en el pequeño.

Luego Finnian le contaba un cuento y le hacía un espectáculo de títeres con sus peluches.

- y después parche y el señor Gato fueron muy buenos amigos fin! - dice Finny dejando los peluches de lado al escuchar los ronquidos de Ciel, se quedó dormido. - buenas siestas Hermanito.

Barton se la pasaba en la cocina preparando comida ligera para Ciel, y de vez en cuando lo visitaba con una botella llena de jugo de pera, le gusta cuando el niño lo ve y busca la botella.

- mire lo que traje pequeño - dice sacando la botella llena de jugo detrás de su espalda, el niño se emociona extiende sus manos para agarrarla. El cocinero se lo entrega y mira como el niño se acomoda en su cama para poder tomarla.

Se queda con el al lado suyo acariciando su cabello mientras que el pequeño bebía todo el contenido de la botella hasta quedarse dormido.

Tanaka siempre puntual con la medicinas aunque a veces se frustraba porque el niño no quería tomarla tiene la paciencia suficiente contra la tercades del niño pero también tiene un haz bajo la manga

- cosquillas! - dice Tanaka haciéndole cosquillas al niño y cuando al fin abre la boca para reír a aprovecha y le mete una cucharada grande de medicina - Ho Ho Ho!

Tanaka ríe un poco por la nueva cara de disgusto del joven amo, esa medicina sabe horrible! Pero todo es por su bien.

Pero a veces Ciel se pone difícil y el personal no sabe que hacer así que solo llaman a Sebastián y en poco tiempo Ciel se calmaba.

Sebastián lo tenía en sus brazos meciendolo en un lado a otro, este pequeño quisquilloso estuvo muy llorón el día de hoy pero un par de besitos en sus cachetes de su parte arreglo el problema.

Ciel solo quería que Sebastián estuviera con él, ahora dormía tranquilo chupando su dedo mientras escuchaba a Sebastián tararear una canción.

Eso lo hacía sentir mejor y su pancita también.
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Una semana después el pequeño conde estaba rebosante de salud, se encontraba jugando en el patio de la mansión siendo vigilado por Finnian pero también por los demás.

- juguemos al escondite! - dice Ciel reuniendo a todo el mundo - yo cuento! 1...2...3... - mientras se cubría sus ojitos los demás estaban contentos porque la alegría había llegado otra vez a la mansión , así que jugaron una y otra vez hasta que Ciel se quedó dormido en uno de sus escondites.

- como entró ahí? - se preguntaban por el niño dormido dentro de una maleta. Sebastián solo pudo palmearse la cara, en serio, su amo es increíble a veces.

Pequeño CondeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora