Algratown, año 1519. El rey a enfermado gravemente, es realmente urgente que nombre algún sucesor, pero para hacerlo alguno de sus hijos debe contraer matrimonio.
Pasan los meses y ninguno logra conseguir prometida, ninguno excepto el príncipe Marl...
- Espero y puedan volver muy pronto su majestad, sus visitas siempre son muy gratas.
- Gracias a usted querida reina por tomarse la molestia de despedirnos tan generosamente.
- No es nada, son pequeños obsequios, frutos de un jardín tan lindo como el que poseemos.
Sin duda su madre sabía mucho de apariencias, Hunter y toda su familia sabían lo mucho que la reina odiaba al padre de Maddison, aún le guardaba rencor por aquel incidente en su boda.
- Esperamos su pronta visita su majestad, estoy seguro de que nuestro reino estará feliz de presenciar el retorno de una princesa tan hermosa como usted.
- Pienso igual hermano, esperamos su pronto retorno princesa Madisson- contesto mientras veía partir a su amiga.
La noche llego, y con ella la cena, todo iba con normalidad, no era un momento muy importante del día, la rutina ya era algo aburrida, en ese momento casi siempre había un silencio total, y si se llegaba a hablar, solo se hablaba de temas acordes al reino; ¿Es que acaso esa situación no cambiaría nunca?:
- Y díganme, como estuvo su día.
- Nada fuera de lo normal madre, fui a visitar a Lady Verónica, su madre manda muchos saludos, una chica sin duda encantadora- respondió Ismael, segundo hermano de Hunter, segundo hijo de la familia real.
- Entiendo hijo, esa familia sin duda es educada, aún recuerdo cuando su madre y yo jugábamos en el jardín real, era muy divertido, podíamos pasar horas jugando y corriendo, pero esa chica siempre tienen la comp-
-AAAAHHH!! QUEMA!!!
-¡¿QUE OCURRE?!
-!ESTA TONTA TIRO TODA LA SOPA SOBRE MI!- gritó Carlos mientras intentaba limpiar la mancha en su ropa.
-!POR DIOS, SU MAJESTAD LO SIENTO MUCHÍSIMO, NO ERA MI INTENCIÓN, SE LO JURO!- dijo la sirvienta mientras intentaba ayudar al príncipe.
-¡Muchacha, como se te ocurre hacer tremenda barbaridad, mi hijo puede quedar con cicatrices muy grandes!
-Madre, no es algo tan grave, solo hay que cambiar a Carlos- respondió Hunter tratando de arreglar la situación.
-P-príncipe Carlos, lo siento mucho, no fue mi intención hacer daño-
Antes que la pelinegra pudiese terminar de disculparse, aquel chico tomo su mano y la retiro de la habitación, se veía muy serio, ella pensó que la mandaría al calabozo por su error, sin duda había cometido una equivocación muy muy grave, incluso podría afirmar que su vida estaba en riesgo; no pudo contener tantas lágrimas, de por si ya era una chica demasiado sensible, si, era cierto, nadie conocía esa faceta suya, casi siempre estaba sola y no hablaba para nada, mucho menos daba indicios de cariño, pero era una clara realidad:
- D-disculpe majestad, en verdad no quise hacerle daño a su hermano, a-aceptaré el castigo que me imponga, pero por favor, no lastime a m-
-¿No te han dicho que es de muy mala educación hablar sin haber pedido permiso previamente?- dijo el príncipe mientras la interrumpía.
-P-perdóneme, no fue mi intención.
-Tranquila, solo estaba bromeando, pero en serio, mejor que no lo hagas frente a mi madre, ella si es algo rara y podría molestarse un poco.
-Oh, l-lo entiendo.
-Y en cuanto a la sopa, no te preocupes, Carlos es un poco exagerado, ya se le pasará, dudo mucho que su cara cambie un poco.
¿Estaba hablando con la misma persona?, como es que su personalidad había cambiado tanto, no lo conocía muy a fondo, estaba casi prohibido que ella y él cruzaran palabra, pero hasta donde sabía, era una persona bastante callada, fría, y no solía conversar con personas que se encontraban fuera del entorno real.
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