Las semanas transcurrieron con normalidad para el príncipe, la presencia de Amalia pronto se le hizo algo muy normal, no podía gozarla del todo ya que limitaba mucho sus salidas, pero al menos ya no se sentía del todo solo. Una mañana mientras se encontraban en el jardín, la mirada perdida de la chica lo distrajo del hermoso atardecer que se podía ver:
- Siempre de ves ida, pero hoy más que nunca, ¿Qué te ocurre?.
- N-no se si sea a-apropiado que le hable de mi vida personal s-señor.
- Por favor deja de hablarme así, sí?, nadie está aquí, solo nosotros dos, puedes decirme por mi nombre, ya lo estabas haciendo y me gustaba más.
- Como usted guste, Hunter.
- Supongo que es un avance.
De pronto, una fuerte lluvia interrumpió las palabras del muchacho, y se vieron obligados a correr bajo un frondoso árbol:
- A todo esto, nunca me dijiste como fue que te hiciste el golpe que te vi la primera vez que nos encontramos aquí- esa pregunta siempre rodeaba su mente, pero el nerviosismo de la chica le había hecho creer que no era algo oportuno de mencionar.
- Preferiría no hablar de eso.
- Al menos ya no tartamudeas, estamos por un muy buen camino.
Ambos sentían como el sol se seguía ocultando y la lluvia se intensificaba:
- Quizás deberíamos pasar la noche aquí, de todas formas nadie notará nuestra ausencia unas cuantas horas.
- Cómo crees, s-si se dan cuenta que no estás dormido en tu habitación, m-me encerrarán.
- Te recuerdo que ahí afuera apenas a comenzado el día, el tiempo aquí corre muchísimo más lento, una hora aquí, es un minuto allá- dentro de sí mismo, se preguntaba por que la joven sentía tanto miedo a desobedecer una orden, él lo hacía muy seguido, y aunque era a escondidas, no le causaba tanta angustia.
Mientras corrían en busca de un lugar donde descansar, lograron encontrar una pequeña cabaña, a la cuál ingresaron, creyendo naturalmente que no habría nadie:
- Ya la revise su majestad, hay una habitación al final del pasillo, estará cómodo allí.
- Y tú?, donde piensas dormir.
- No se preocupe por mí, estaré bien aqui- la necedad de Amalia a veces era excesiva, pero no le molestaba, admiraba de cierto modo lo mucho que se esforzaba por hacerlo sentir cómodo, aunque fuese solo porque se lo ordenaron.
Mientras él se ponía cómodo en la pequeña habitación , pensaba y meditaba sobre lo misteriosa que podía ser su acompañante, casi nunca hablaba de su vida o su día a día, se limitaba a escuchas lo que él le contaba y eran pocas las ocasiones en las que lo veía a los ojos; mientras sus pensamientos seguían inundando el mar de tranquilidad que yacía en el ambiente, lentamente cayó en un profundo sueño.
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🌻Mi Hermoso Girasol🌻
FantasyAlgratown, año 1519. El rey a enfermado gravemente, es realmente urgente que nombre algún sucesor, pero para hacerlo alguno de sus hijos debe contraer matrimonio. Pasan los meses y ninguno logra conseguir prometida, ninguno excepto el príncipe Marl...