Diario de Zor-el
Me encuentro aquí ante el pie del gran lienzo, estoy aquí compartiendo el sentimiento de la soledad.
Tengo en mí las respuestas de los acertijos, aquellos acertijos que seguramente determinen si nuestra especia ha de morir o vivir. Será el futuro de la raza humana, ¿existirá algo más importante que saber eso?.Los años me han sobrepasado, no sé en qué criatura me he convertido. En otro tiempo fuí un arqueólogo de gran nombre, ahora soy el hazmerreír de mis compañeros.
Soy un científico, bueno, no sólo soy un científico, sino también soy un arqueólogo, un buscador del pasado de nuestra humanidad, soy el buscador de la verdad.
Algo de lo que siempre pienso... ¿de qué sirve la verdad si no se puede aceptar?, ¿es mi destino salvar a la humanidad?, ¿moriré como un loco?, ¿será que es posible que la vida entera siempre se ha interpretado mal?
Hay un ruido de alguien rascando las huellas de pisadas; se trata de mi hija, Kara Zor-el. Kara es la razón por la que yo perseveró, la razón por la que no pongo fin a mi desgraciada existencias.
La locura de mi existencia le ha quitado su infancia. Es por ella por quién he vuelto a comprometerme, es por ella que deseo cambiar nuestro destino.
Kara me señala que hay algo más que se encuentra adelante, me recuerdo que ahora nos llama la siguiente pieza del rompecabezas.
Seguimos adelante, nos detenemos junto a lo que estoy convencido que es el inicio de un mensaje de tres mil años de antigüedad. Este se encuentra situado en el centro de la meseta de nazca, es considerado sagrado debido a las misteriosas líneas y colosales formas de animales. De una pieza centran parten, como si fueran rayos de sol pintados por la mano de un niño, son 23 líneas. Una de estas está alineadas al solsticio, otra al equinoccio. La línea 23 me resulta la más misteriosa.
Kara me grita, su detector de metales suena a medida que nos aproximamos al centro de esta. Hay algo enterrado bajo el suelo; escarbamos.
Y entonces, entonces aparece, reluciente bajo el implacable sol, liso y blanco: un cilindro metálico y hueco, un dibujo en forma de candelabro de tres brazos adorna un extremo del dibujo. Mi débil corazón se acelera, yo conozco ese símbolo. Es el tridente de Pacaras, la firma de nuestro maestro cósmico.
Kara coloca su cámara mientras yo abro el cilindro, temblando, extraigo la que parece ser un fragmento de lienzo reseco.
Este se trata de un antiguo mapa del mundo, similar a otro al que hace 500 años hizo referencia al almirante turco Piri Reis. (Se cree que en ese misterioso mapa se inspiró Cristóbal Colón para su gran viaje en 1492). Hasta ahora aquel mapa sigue siendo un enigma, ya que ahí aparecía no sólo el continente sin descubrir de la Antártida, sino además la geología de el mismo, como si estuviera cubierta por los hielos. Las exploraciones por radar de satélite han descubierto la increíble exactitud de dicho mapa, esto ha desconcentrado más a los científicos, no entienden como alguien pude dibujarlo sin ayuda de un avión.
Kara toma a toda prisa una imágen mientras aquel documento se chamusca y se deshace en polvo en mis manos. Nos pusimos a observar la imágen y nos fijamos en un objeto especial, un pequeño círculo dibujado en las aguas de México, situado al noreste de la península de Yucatán.
Eso me dejó atónito; ya que no se trata de uno de los yacimientos antiguos, sino de algo totalmente diferente. De pronto me comienza a inundarme un enorme sudor frío, Kara percibe que se aproxima la muerte, busca rápidamente una pastilla y me la coloca debajo de la lengua. Mi pulso se normaliza, el entumecimiento desaparece.
Le digo a ella que continúe con el trabajo, observo con orgullo cómo examina al cilindro metálico. Me fijo en sus ojos, en sus ojos azules, portales de una mente increíble. Nada se escapa de los ojos de mi hija. Nada.
Extracto del diario del profesor Zor-el, 14 de agosto de 1990.
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El Fin del Mundo
RandomEl fin del mundo, 21 de diciembre del 2012. A la psicóloga Lena Luthor se le asigna una paciente especial, Kara Zor-el, una ezquizofrénica paranoica con alto coeficiente intelectual y que intenta convencerla de que las teorías de su padre sobre del...