XI

6.7K 472 14
                                    

Me encontraba empacando mis cosas en mi mochila. Era hoy de volver a la rutina diaria y volver a trabajar. La verdad aquello no era algo que verdaderamente me apasionaba mucho, pero es necesario para poder alejarme de Dylan por un tiempo. Estaba comenzando a sospechar de que hay algo más detrás de lo que me dicho o simplemente perdí la confianza. La cuestión es que no quiero que me traicione.

—¿Puedo pasar?—dice Dylan desde el otro lado de la puerta.

—Claro, es tu casa. Supongo que puedes entrar cuando quieras—Dylan entró a la habitación y me mira horrorizado al fijarse que ya estoy empacando mi mochila.

—¿Nos vamos mañana?—pregunta desconcertado mientras se pone delante de mí.

—Sí, la verdad es que tengo mucho trabajo atrasado, Dylan, lamento no haberte dado una noche de pasión como pretendías desde que llegué. Pero mañana es el fin de esto, así que voy empacando—mirándolo fijamente. Él hace una mueca y da un suspiro.

—Jess, he tomado las cosas con calma. Siempre he acostumbrado a acostarme con cualquier mujer apenas en el segundo día que la conozca, pero contigo es diferente porque te respeto mucho y quiero que no me malinterpretes. Yo te deseo mucho—dice con un tono de desesperación.

—Lo mejor sería que te vayas de la habitación y me dejes sola—dio mirando mis manos incomoda por lo que me ha dicho.

—¿Por qué me haces esto? ¿Te tengo que hacer para que te acuestes conmigo?

—Porque solo me quieres coger y yo no lo sé, quizás quiero algo más que una buena cogida —lo suelto sin pensarlo. ¿Pero qué diablos he dicho? Aquello empeorará las cosas entre nosotros.

—Jessi, ¿Qué más quieres que te ofrezca a parte de mi pene?—pregunta mirándome a los ojos. Otra vez siendo el mismo idiota.

—Ese es el problema, Dylan, que aparentas ser tan sofisticado delante de otras personas y cuando estás conmigo te comportas como un idiota diciéndome cosas que no tiene nada de sentido—digo molesta mientras lo mi a los ojos.

—¿Qué quieres que haga? ¿Quieres que sea romántico? ¿Qué no diga estupideces? ¿Quieres que me comporte como si fuera tu novio? Porque puedo pretenderlo. Puedo ser el hombre que deseas si me lo pides—dice con sinceridad... pero aquello no me basta.

—Me gusta que seas tú mismo, que no tengas que pretender alguien que no eres y cuando te comportar como un idiota claramente no eres tú.

—Jessi, ¿Qué quieres que sea?—me pregunta sin entender lo que acabo de decir. Respiro hondo para que mi paciencia no se agote.

—Quiero que seas el hombre que me ha contado su pasado, el hombre que escuchó mi pasado. Quiero ver al hombre honesto y tierno que fuiste aquel día, tu verdadero tú—digo tratando de no sonar idiota.

—Ese hombre lo tienes aquí delante de ti ¿Por qué quieres hacerme diferente? No voy a cambiar quien soy porque tú lo dices—dice entre dientes.

—Pues no hay nada más que decir. No me llevarás a tu cama de esa manera—vuelvo a centrar mi vida en mi mochila. Él se queda callado por unos minutos y luego sale de la habitación. Es que acaso no entiende o es que no quiere entender lo idiota que se ve haciendo aquello.

Al día siguiente, Dylan y yo nos habíamos regresado en un silencio profundo, era como si los dos nos habíamos vuelto enemigos y la verdad agradecía aquello por la a lejanía que ambos nos teníamos.

Después de llegar a casa, me había dado una ducha rápida para ir rápido al trabajo. Tengo mucho por hacer y poco tiempo para ello. No quiero que mi padre me llame por algo que no he hecho en la empresa, eso sería muy desagradable. Al llegar a la oficina me encuentro con Bart quien aparentemente me estaba dejando unas carpetas en mi escritorio... más presupuesto que analizar. Pero aprovechando que estaba aquí le conté todo lo que había pasado excepto sobre el pasado de Dylan.

Placeres y Venganza © *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora