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Observo a Jessi desde mi auto, ella salió de su apartamento hace unos 5 minutos. Sonrío con malicia, esperé tanto tiempo para verla, esta situación se siente tan emocionante. Jessi es una mujer de ojos color miel, piel clara, un pelo verdaderamente hermoso y sedoso de color castaño con mechones rubios, su estatura era un poco más baja que la mía. Era simplemente emocionante verla enfadada, triste e impotente, eso me hace sentir pleno, verla sufrir es mi felicidad, ahora es el momento que Jessi Jones me conociera por completo después de permanecer oculto durante tantos años.

Salí enfurecida de mi apartamento, otra fuerte pelea más con Lance. Di un sonoro suspiro lleno de resignación, a veces pienso que mi matrimonio ya no funcionaba, pero me entristecía de inmediato y el dolor era tan fuerte con tan solo pensar en eso que no me atrevía a admitir lo que pasaba en realidad en mi matrimonio.

Me puse al lado de mi Mercedes-Benz E Class de color gris. Al entrar a mi auto me quedé unos minutos en silencio sin hacer nada hasta que llevé mis manos a mi rostro, las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos, tengo que admitir que es un hecho que mi matrimonio ya no funciona y por más que intente repararlo es obvio que no volverá a funcionar.

Luego de aquel desliz de tristeza, me limito a conducir hacia la empresa donde me encuentro laborando. Al llegar estaciono mi auto y me dirijo hacia la entrada del edificio. Saludo algunas personas quienes se encontraban en el pasillo y camino hasta llegar hacia el elevador, donde me había entrado y oprimí el botón de donde se encontraba el piso de mi oficina.

Después de unos minutos, entro a mi oficina encontrándome con mi gran compañero y amigo, Bart. Él me miró con una ceja hacia arriba preguntándose y dándose cuenta de que había llorado, por lo que le había contado lo que me está pasando.

—Querida, si yo fuera tú, no sufriera tanto por un hombre—dice Bart con una sonrisa—Tienes que comprender que los hombres viven solo para sexo y si no le das eso, nunca te amaran, en tu caso estoy seguro de que tu marido ya se cansó de ti.

—¿Sabes lo más raro de esto? —él me mira con curiosidad.

—¿Qué? —di un suspiro.

—Que eres un hombre—él se echa a reír reflejando su tranquilidad.

—Sabes que me gustan los hombres, Jessi. Conmigo puedes decirme todo, una vez tuve un novio e incluso me pidió matrimonio, pero le dije que no, me gusta la libertad—dice mientras se mira las uñas.

Reí a carcajadas, Bart un buen amigo gay que usa lentes de marca, esta mañana llevaba un pantalón un poco ajustado de color azul y una camisa de color naranja lila, tiene el típico recorte americano con su cabello de color rubio, aunque su color natural es castaño, y debo de admitir que es musculoso y de piel bronceada que dejaba mucho de qué hablar.

—Vaya—digo con una sonrisa mientras lo veo levantarse de su asiento.

—Jess, no le te amargues con eso, la vida se trata de eso. Si tu matrimonio ya no funciona no puedes forzarlo a que funcione, querida—Bart me dedica una sonrisa.

—Lo tomaré en cuenta—él se dirige a la puerta, antes de salir se inclina y me mira.

—¿Hablaste con tu hermano sobre lo que te pedí? —sonríe divertido preguntándome sobre aquel tema otra vez.

—Te he dicho un millón de veces que mi hermano no es gay, Bart—él hizo una mueca y luego salió de mi oficina.

Mientras miraba la pantalla de mi celular me había decepcionado un montón al no ver ninguna llamada de Lance. Desde que tenía 14 años estoy junto a él, le dediqué toda mi juventud y mírenme ahora, con mi matrimonio por el suelo.

Placeres y Venganza © *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora