Lo conocí cuando mis padres me lo presentaron cuando teníamos 14 años... él siempre había sido un gran chico, educado, caballeroso, respetuoso y sobre todo una excelente persona. Estuvo a mi lado cuando mi madre había muerto y me apoyo cada segundo de ese momento.
Me tomaba de la mano cada vez que caminábamos, teníamos conversaciones normales como una pareja normal. Éramos muy jóvenes y creíamos en el amor verdadero, yo lo amaba de verdad, por eso tuve la loca idea de haberme casado con él a los 20 años... porque ambos creíamos en el amor.
Éramos del uno para el otro, siempre compartíamos todo, siempre estuvimos juntos hasta que nos distanciamos un poco... intentaba, verdaderamente intentaba solucionar las cosas, pero sabia que ya no podíamos estar juntos y no era porque ya no nos amábamos, porque a pesar de los conflictos, lo quería, lo amaba porque nadie iba a cambiar que Lance había sido mi primer amor, nadie iba a cambiar que Lance fue mi primera vez, nadie iba a cambiar que Lance... mi Lance fue la persona más maravillosa que había existido.
Si, él cometió muchos errores, pero que seria de él sin cometerlos. Nadie es perfecto y Lance solo estaba celoso y confundo sin saber que hacen ante el divorcio... él solo era un hombre enamorado que no sabía como poder recuperar al amor de su vida y yo solo fui una tonta que no pudo ver aquello antes de lo que le ha pasado.
Entré a mi apartamento devastada después de haber estado en el funeral de Lance... se senté en el sofá mirando a la nada... sin ninguna expresión, sin ninguna emoción... solo con un corazón destruido en mil pedazos... un corazón que había sido roto y de la peor manera posible. No podía llorar, era como si las lagrimas se me habías agotado y no me quedaba nada más que sufrir en silencio. Escucho la puerta del apartamento y veo a Dylan entrar lentamente mirándome con preocupación.
—Hola... no me habías contestado el teléfono y supuse que te encontrabas por aquí—dice caminando delante de mí—Siento mucho por lo que le ha pasado a Lance.
—Está muerto, Dylan. Mi Lance está muerto—digo con la voz quebrada.
—¿Tu Lance? Él ya lo dejó de ser hace tiempo ¿no?
—¿Cómo te a través a decirme eso en estos momentos? —pregunto desconcertada.
—Solo digo que, le pasa algo a Lance y ya lo vuelves amar. Es... no comprendo porqué después de estar evitándolo un tiempo ahora que está muerto lloras como si te importara—dice desesperado por alguna explicación. Me levanto del sofá y con toda la rabia que llevaba dentro le pego una cachetada a Dylan dejándolo sorprendido.
—Tú no tienes ningún derecho de venir aquí a estar dándome una estúpida escena de celos. Ten el mínimo respeto de lo que está pasando y desaparécete de mi vista—digo entre dientes.
—Te amo—dice sin más... como si este fuera el momento...
Ambos mirábamos el techo con nuestras respiraciones aceleradas. Estábamos en la sala de estar completamente desnudos después de haber hecho el amor. Dylan no me había dicho nada más después de haberme confesado su amor, pero algo en mí me decía que tenía que dejarlo.
—Aquello fue mágico—dice Dylan, miro hacia mi derecha y lo veo sonreír.
—Deberías irte ya...
—¿Por qué? Si apenas estamos iniciando la noche—dice mirándome confuso.
—Porque mi exmarido acaba de morir y porque esto no es correcto. Por favor, vete de aquí y no nos veamos por un tiempo—digo con un nudo en la garganta.
—¿Qué fue lo que acabamos de hacer? Quiero saberlo...
—Solo cogimos como de costumbre, nada más que eso—digo intentando no llorar, intentando no derrumbarme en este momento.
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Placeres y Venganza © *EN EDICIÓN*
Romance¿Hasta dónde llegaría su maldad para vengarse de ella? ¿Cuál sería su límite? Jessi Jones es observada desde las oscuras sombras de la fría y temible noche, con cada movimiento él está allí con una sonrisa puesta en sus labios deseoso de probarla. E...