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El frío cubría todo su cuerpo, temblaba, todo a su alrededor estaba congelado, camino lentamente entre el hielo, estaba en la torre, era claro, pero todo parecía como si la temperatura hubiera bajado tanto que el frío congelaba sus huesos.

Aunque no entendía porque podía moverse se encaminó hacia la sala que siempre eran de reuniones cuando estaban ahí, y ahí los vio, tanto a sus amigos, como los antiguos vengadores, permanecían completamente congelados, enterrados en inmensos bloques de hielo.

Se acercó rápidamente, todos y cada uno de ellos, con expresiones desgarradoras, como si antes de ser congelados, hubieran sido torturados.

3:45 A.M

Liam abrió rápido sus ojos, jadeando por aire, todo estaba oscuro en su habitación, el traje que usó ese día en la fiesta, tirado en el suelo, su pecho subía y bajaba, intentando respirar.

Tu pulso está muy acelerado — La morada luz de dos puntos cinco se encendió, acercándose al castaño — ¿Llamó a una ambulancia?

— No — Liam negó lentamente, acariciando la suave superficie del robot — Tu tranquilo, solo fue una pesadilla

El robot lo observó, aún luciendo preocupado, Liam lo alejó, ordenándose que volviera a "dormir", se recostó con cuidado de nuevo, mirando fijamente el techo de su habitación.

Las pesadillas solían ser frecuentes, aumentaban en esas fechas, habían pasado años, y aunque había intentado muchas cosas, las pesadillas seguían ahí.

Se levantó con cuidado de la cama, saliendo de su habitación, solamente cuando la luz de dos punto cinco se apagó, camino descalzo hacia la cocina, encendió la cafetera y suspiró.

— ¿Desea que le avisé a sus padres que tuvo pesadillas? — Hablo Friday y Liam negó

— Tengo veintidós años, Fri, ya no necesito de ellos — Murmuró el castaño, sentándose en la silla para esperar la cafetera

— ¿Ah no? — La voz de Tony tras su espalda lo hizo saltar del susto

— Hey — Liam le sonrió por sobre su hombro — ¿Papá sabe que estás despierto a esta hora?

— Tu padre no me manda a la hora que debo dormir — Tony camino hacia los muebles, buscando la taza que Liam le había regalado a sus diez años — Pero no le digas

Liam soltó una baja risa, frotó despacio sus ojos y se acomodó, recibiendo la taza de café que el mayor le entregaba.

— ¿Tuviste pesadillas? — Pregunto el moreno, Liam lo miro extraño — Cielito, te lleve en mi vientre durante meses, se cuando algo te pone mal

─ Las mismas pesadillas de siempre ─ Asintio Liam bebiendo lentamente de la taza de cafe

─ Sabes que nada malo pasara ─ Hablo Tony sentándose frente a su hijo, acomodandole el pelo

El menor lo vio, de golpe la imagen de su “mamá” congelado y con aquella expresión de horror y dolor total, cerró fuertemente sus ojos y sintió las manos del mayor en sus mejillas, volvió a abrir sus ojos y se encontró con los de él, sonriéndole con calidez, solo como una madre sabría hacerlo.

─ Yo no permitiré que nada malo te pase ─ Susurró Stark

─ Ni yo dejaré que algo les pase a ustedes, lo juro ─ Susurró el castaño menor, recibió un beso del contrario en su frente, gesto que lo hizo sonreír grandemente

─  ¿Me ayudas en el taller? Le estoy haciendo un ajustes a mi traje ─ Anthony se levantó de la silla

Liam asintió, se levantó también y siguió al más bajo, sosteniendo ambos su taza de café.

Love of Héroes ( Ziam) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora