CAP II

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•𝑵𝑶 𝑺𝑶𝒀 𝑼𝑵 𝑨𝑽𝑬•

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𝗟𝗘𝗔𝗛.
Bajamos a la estación de Charlottetown y no teníamos ni idea de como irnos mi hermana aun seguía en shock después de lo que los Cuthbert no creyeran en nosotras sobre todo la señorita Marilla, en eso se nos acerca un hombre y nos dice que nos llevará con nuestra familia que nos están esperando y nosotras sabíamos que no teníamos una y no al parecer no la tendríamos nunca, el hombre jalo del brazo de mi hermana para caminar y yo le exigí que la suelte por que el no era de fiar no la quería soltar hasta que le di un patada y cuando la soltó salimos corriendo de ahí.

Llegamos al embarcadero y compramos boletos para regresar a Nueva Escocia, donde se encontraba el orfanato, así que, nos montamos no queriamos estar adentro ya que no teníamos dinero así que nos quedamos en la orilla y nos abrazamos por el frío que había.

— Crees que hayan encontrado el broche —Se acurruca en mi hombro.

— Probablemente Anne —Paso mi mano por su hombro— jamás robaríamos nada y eso lo sabemos.

— Pensé que nos creerían antes de irnos —Comienza a sollozar— pensé que al fin tendríamos una familia.

Yo también

— No llores por favor, no me gusta verte a si —La abrazo más fuerte— te prometo que algun día tendremos una familia y nos cuando seamos mayores nos vamos a reír de esto.

— Eso espero —intenta calmar su llanto y se queda dormida.

— También yo —susurro.

𝗔𝗡𝗡𝗘


Llegamos a las embarcaciones de Nueva Escocia, Lea aún seguía dormida así que la desperté para avisarle que ya habíamos llegado bajamos y empezamos a caminar hasta el orfanato, luego de eso llegamos a la entrada donde ambas dudamos en entrar o no ya que por mi parte no quería entrar a ese horrible lugar y mi hermana tampoco por que sabían lo que me hacían, sin más empecé a caminar seguida de Lea, al estar parada enfrente recordé todo lo horripilante que fue mi vida aquí.

«Unas niñas más grandes que yo me jalaron a una habitación oscura, me empezaron a decir cosas hirientes como que les tenía hartas con mis estúpidas historias, me hacían bullying en una de esas ocasiones me castigaban con un ratón que me daba mucho miedo ya que estaba muerto»

Salí de mi estado de shock luego de que mi hermana me tomara de la mano fuertemente y me jalara así un lado para que no nos vieran, por que la puerta se estaba abriendo.

— No entraremos ahí —dice— no dejaré que te hagan daño, no de nuevo.

— Yo tampoco quiero entrar —La abrace— no quiero que te castiguen por mi culpa.

𝙂𝙍𝙀𝘼𝙏 𝙒𝙊𝙈𝘼𝙉 (ᵃⁿⁿᵉ ʷⁱᵗʰ ᵃⁿ ᵉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora