Aquella noche hacía demasiado frío, pero no para un chileno que lo disfrutaba, caminaba por las calles de la ciudad en plena noche y siendo perseguido por un peruano preguntón.
-Oh, el viernes los chicos y yo organizamos un--
-Tengo cosas que hacer ese día - Interrumpió por quinta vez al peruano, y con esa era la quinta insistencia fallida del peruano.
Bufó Perú.
-¿Por qué no?, ¿que tienes que hacer ese día? - Pregunto curioso.
-Cosas privadas - Respondió neutral.
- Pero, ¿cuáles?
Está vez Chile se giró y le miró fijó, era menor por unos centímetros. Perú presenció una mirada sin ni un toque de vida, el color miel de los ojos del menor no tenían brillo, una mirada muerta y tan fría como la nieve. Pero luego cerro los ojos y le sonrió dulce, una sonrisa tan creíble si no hubiera visto aquellos ojos.
-Tan curioso Perú, ¿sabes lo que les pasa a los curiosos? - El tono era diferente a la mirada fría que ahora recibía.
La espalda de Perú se erizó, y su subconsciente le exclamaba que se alegará lo más rápido que podía. Pero Perú tenía la curiosidad detrás de la puerta y él era muy educado como para no abrirle. Le podría costar caro pero era débil contra sus impulsos.
-Perú - El tono que ahora usaba era distinto, era frío y demandante. Perú le miró a los ojos, y deseo no haberlos visto.- Será mejor que vayas a casa -Dijo para marcharse.
Perú le observó irse, no tenía idea de porque ese chico le daba curiosidad y le daba un aura de misterio, un misterio que valía la pena descubrir. Y eso haría.
Y como un dicho decía: El que no cruza el río sin intentarlo. Que pena que existe la posibilidad de ahogarse en el intento.
(…)
-¿Algo que me parezca raro?- Dijo Bolivia.
Perú asintió frenéticamente.
-Me parece raro tu comportamiento- Respondió con honestidad.
El peruano le dirigió una mueca y se removió en su asiento.
Era la hora del descanso y Perú le contó su notable desconfianza por Chile a su fiel amigo, Bolivia. Este no le comprende ¿por qué desconfiaría de Chile?
No lo sabe, pero Perú extrañamente tenía un sexto sentido con percibir el aura de las personas.
Mientras el susodicho estaba en varios metros más hablando con el mexicano alegres.
Al mismo tiempo el peruano los fulminaba con la mirada a ambos.
Después de unos minutos el peruano habló.
-¿Sabés algo sobre los amigos de Chile que vinieron la otra vez?- Preguntó aún mirando al par.
-Oh, creo que aún están, le pregunté a Chile sobre ellos y dijo que no se van hasta la próxima semana- Dijo alegre Bolivia y antes de darle un mordisco a su sandwich le miró confundido. -¿Por qué?
Perú con sonrisa maliciosa respondió.
-Me ayudarás a descubrir la verdad- Dijo esta vez observando al chileno.