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Un grupo de tres pequeños estaban en busca de aventuras, aquella idea fue el chico llamado Bélgica, el siempre los metía en problema del punto de vista de Finlandia, el mayor, y el pequeño latinoamericano para él eran momentos que atesoraba, nunca le a gustado estar solo y encontrar a ese par de chicos peculiares era oro para el pequeño llamado Chile.

- Toma mi mano Chile, se ve peligroso pasar por aquí - Dijo Bélgica, el menor no dudó en hacer lo pedido aferrándose al brazo completo del chico.

- Te dije que era mejor por el otro camino - Dijo Finlandia.

- Ay fin, aprende a tomar riesgos -.

- P-Pero y si nos caemos? - Tartamudeo Chile cerrando fuerte sus ojos.

- Bueno.., será un anécdota divertida! -  Respondió alegré siguiendo el camino de rocas.

A lo lejos escucharon un chillido de dolor, fueron rápidamente a dónde era ese ruido encontrándose a una ave gravemente lastimada, Finlandia se acercó a la ave observando sus heridas profunda, con una mira que reflejaba tristeza miro a sus amigos, Bélgica tenía una mira sorprendida, mientras que Chile una sin expresión alguna miraba detenidamente a la ave que esta agonizando en el suelo.

- Hay que acabar su sufrimiento - Dijo seco y frío Chile.

- ¿C-Cómo? - Tartamudeo Bélgica, no le gusta el rumbo que estaba tomando la situación y ello tampoco le gustaba al finés.

Chile tomó una roca no tan grande pero si un poco pesada y se la dió a Bélgica.

- Hazlo - En el modo que pronunció aquella palabra le recorrió un escalofrío por su cuerpo.

Sabía a lo que se refería pero no podía. Tenía miedo y eso lo notó Chile que ahora tenía una mirada sería.

Tomo la roca y miró fijamente al finés el cual su mirada es sería pero su piernas estaban temblando.

Fue a dónde la ave, la miró agonizar y con toda su fuerza lanzo la roca en la cabeza del ave así manchando gran parte del suelo, un poco de su vestimenta y un gota de sangre en su mejilla derecha.

Ambos europeos miran perplejos la escena sin habla, el pequeño que mucho creían inocente y adorable, en ese momento los miraba sin expresión.

Sus ojos no tenía vida.

Sin hablar nada, fueron a camino a casa, no le contaron a nadie.

Luego un gran tiempo pasó, Chile era alegré demostrando una sonrisa todo el tiempo, ocultando muy en lo profundo de él un lado que solo ambos europeos an logrado presenciar, ambos an olvidado el tema y demostrando que no pasa nada pero muchas veces an sido atemorizados por la pesadillas.

Intentando olvidar el pasado y aquella escena, aún sin poder dormir por las noches solo con saber si él volverá, en un camino de sangre y terror y también satisfacción, intentando rellenar su apetito con unos dulces gritos, solo él podrá detener a la bestia que acaba de despertar.

satisfacción -ArgChi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora