Palabras: 964
Estoy en el doctor, me acompañó mi esposo.
Él es la persona más dulce, más empático, más comprensible y sobre todo es muy cariñoso conmigo, no hay día en el que no me diga cosas lindas.- Buenos días, señor y señora Mendes -nos saludó el doctor que acaba de entrar- ¿Trae sus estudios?
- Sí -saque el sobre que traía en mi bolsa y se lo dí al doctor.
- Muchas gracias -abrió el sobre y sacó todas las hojas, las comenzó a examinar y de repente dejó de ver las hojas.
- ¿Todo bien, doctor? -preguntó Shawn
- Señores, lamento informarles que usted -me miró- sufre de inicios de Alzheimer
Nos quedamos callados sin decir nada, hasta que Shawn decidió hablar
- ¿Está seguro, doctor? ¿No es muy jóven mi esposa como para tener eso? -tomó mi mano.
- Estoy seguro, señor Mendes, lo lamento mucho
- ¿Sabe cuánto tiempo tengo antes de perder toda mi memoria? -pregunté.
- Mire, exactamente no le podría decir ya que cada paciente es diferente, pero le voy a recetar unos medicamentos -sacó su recetario y comenzó a escribir- No lo va a curar, pero sí lo va a retrasar -me extendió la receta y la tomé-
- Muchas gracias, doctor -dije y me levanté de mi lugar, Shawn estaba serio-
Salimos del lugar y fuimos a la farmacia a comprar lo que el doctor me recetó. Regresamos a la casa y Shawn seguía con la mirada perdida.
- ¿Estás bien, amor? -pregunté ya que estábamos adentro.
- Sí... -seguia igual, sin mirarme.
- Todo va a estar bien, Shawn, no va a pasar nada malo -lo abracé y se soltó a llorar- Tranquilo, corazón -me abrazó más fuerte-
- Es que esto no puede estar pasando
- Lo sé, pero mírame -se separó un poco de mí y me miró con sus ojos algo rojos e hinchados- prométeme algo
- ¿Qué cosa?
- Cuando pierda totalmente mi memoria, búscate a alguien más - se me cortó la voz, el negaba con la cabeza- no quiero que estés atado a mí sólo por eso
- No puedo hacer eso, mi amor
- Pero voy a olvidar todo...
- Pero me voy a esforzar para que no olvides todo -me tomó por las mejillas y me dió uno de sus dulces besos- lo prometo
Salí del cuarto para irme a la cocina y prepararme un café, después salí al jardín y me senté en una de las sillas que había. Miraba la puesta del sol, de fondo se escuchaban los pajaritos y eso me relajaba mucho; después de un rato me acabé mi café y entre a la casa.
- Sí, corazón, te veo en un rato -colgó la llamada y me miró- Le marqué a nuestros hijos, dicen que vienen a cenar y Sky dice que aprovecha para darnos una noticia
- Bueno, ella no será la única que dará alguna noticia -sonreí de lado.
- Si aún no te sientes preparada para decirles...
- Estoy bien, Shawn, es mejor que se los diga ahora a qué me siga esperando más tiempo -me abrazó.
Me puse a preparar la cena, después de un rato llegaron mis hijos, estuvimos platicando y recordando muchas cosas que se me habían olvidado. Y eso que todavía no tengo avanzado mi problema.
Sky me ayudó a poner la mesa y a llevar los platos, después nos sentamos y cenamos entre risas, terminamos, llevamos los platos al lavaplatos.
- Mamá, Papá, Alexander... - la miramos- Estoy embarazada... -lo dijo con mucha del y todos la abrazamos
- Eso no puede ser, mi bebé va a tener un bebé -dijo Shawn mientras la seguía abrazando.
- No puedo creer que tú vayas a traer un ser tan divino y hermoso -dijo Alex, nuestro otro hijo.
- Cállate, lo mismo dije yo cuando tuviste a Jacob
- Felicidades, hermanita, ya estás creciendo -se separaron y Sky tomó mis manos y me sonrió-
- Muchas felicidades, mi amor -la abracé-
- Gracias, mamá, ahora te toca enseñarme todo para ser una gran mamá como tú -me abrazó más fuerte.
- Yo te voy a enseñar todo lo que pueda, pequeña -se separó y seguía con esa sonrisa- Yo también tengo algo que decirles... -Shawn me miró pero su mirada transmitía tristeza.
— ¿Está todo bien, mamá? -preguntó Alexander al ver a Shawn-
— Siéntense nuevamente -todos me hicieron caso- Hoy fui al doctor, su papá me acompañó -Shawn tomó mi mano.
— ¿Y qué pasó? -preguntó Alexander.
— Deja de interrumpir a mamá -dijo Sky.
— Checó mis estudios y parece que tengo inicios de Alzheimer -ellos se miraron entre sí-
— ¿Cuánto tiempo tienes antes de que pase todo? -miré a Alex y tenía sus ojos cristalizados-
— No me dieron tiempo específico, pero me dieron pastillas para retrasarlo
— ¿Es seguro ese resultado? -preguntó Sky.
— Sí, mi niña, yo mismo le pregunté al doctor y me dijo que sí -respondio Shawn.
— Eso quiere decir que nos vas a olvidar... -Sky comenzó a sollozar- que vas a olvidar mi parto... A tus nietos... Al amor de tu vida -en ese punto los cuatro estábamos llorando- Mamá...
— Pero voy a estar bien, cielo -con mi otra mano libre quité las lágrimas que pasaban por sus mejillas.
— Sabes que te vamos a apoyar y estar contigo en todo momento -Alex no dejaba de llorar.
— Y no saben como agradezco eso, mis niños -se pararon los dos y me abrazaron- todo va a estar bien
— Vamos a hacer que no nos olvides del todo -dijo Sky.
— Eres igual a tu papá, mi amor -dije y todos rieron- Él me dijo lo mismo
— Te amamos, mamá -dijo Alex
— Yo también los amo -les di un beso a cada uno en su cabeza- y a tí también te amo y mucho -le dije a Shawn, se acercó y me besó.
— Me puedo quedar a dormir? - preguntó Alex.
— Yo también? -dijo Sky
— Claro que sí, vamos a arreglar los cuartos