Capítulo Uno

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Una mañana tranquila en las calles llenas de olores florales, el sonido tranquilizante del río y el movimiento de los pobladores yendo y viniendo para hacer compras. En uno de los tantos puestos se encontraba un niño quien se veía tan radiante como el sol de esa mañana, transportaba las grandes canastas para exhibirlas a sus posibles compradores, a pesar de no ser la única tienda, sus flores eran las más hermosas y brillantes.

Sus piernas se movían con prisa pasando de la tienda flotante a la vereda de piedra, nadie podía negar su notable entusiasmo y así era todos los días. El amaba vender flores y a pesar de que a veces su cuerpo terminaba cansado él no podía sentirse más feliz.

Todos lo conocían muy bien, en especial las señoritas que siempre lo buscaban por su agradable trato que las hacía poner sus mejores sonrisas, había perdido un poco de su timidez cuando tuvo que vender, ya sea hablar más alto, dar sugerencias, entre muchas cosas.

— Buenos días pequeño Killian ¿tienes mi pedido listo? — Un hombre de cabellos grises saludo con alegría al niño, su apariencia era destacable a pesar de su edad. Él es uno de sus clientes habituales.

— Buenos días señor, espere un momento mientras traigo sus hermosas rosas, estoy seguro que le gustaran mucho a su esposa.

Las manos ágiles de Killian juntaron un ramo de rosas blancas, el significado era realmente hermoso.

— Siempre le sacan una sonrisa, disfruta de su aroma tan único. Ella me pidió que te mandara saludos y te entregara esto. — De uno de sus bolsillos sacó un extraño colgante que tenía un pequeño reloj de arena con aros alrededor y unos símbolos extraños en estas, este se veía muy costoso.

— N-no puedo aceptarlo señor, es demasiado caro incluso para unas flores —su cara se puso un poco rosa, casi como los tulipanes que tenía en su puesto. Sus manos entregaron el gran ramo de rosas mientras intentaba mantenerse firme y no aceptar el bonito colgante.

— Mhm bueno es una pena... ¿cuanto es por las rosas, Mäuschen*?

— Unos 10 D-Mark, lo siento pero realmente no puedo aceptar algo tan costoso si lo hiciera madre se enojaría conmigo.

— No te preocupes, deja que saque el dinero —buscó en su bolsillo pero no siento nada o al menos es lo que su rostro decía, de manera rapida e incluso algo escandalosa paseo su mano por todos sus bolsillos. Alzó la mirada solo para pedir unas disculpas silenciosas al niño.

— No se preocupe puedo cobrarle la próxima vez, lo anotare en mi libro de cuentas... —cuando estuvo a punto de irse una mano lo atrapó, de manera delicada lo hizo volver a donde estaba antes.

— No me gusta dejar cuentas pendientes pequeño, pero tengo otra formas de pagarte. Ten —puso en sus pequeñas manos el accesorio que había mostrado antes, antes de que el castaño reclamara y le dijera que era demasiado para pagarle el adulto ya estaba en la esquina y desde ahí le gritó— ¡No intentes regresarlo porque este es tu pago, nos vemos luego pequeño Maus!

Killian lo despidió con una sonrisa resignada y cuando el de hebras grises desapareció de su vista regresó a la tienda mientras guardaba el reloj en su bolsillo delantero.

— Gracias señor Fischer, prometo que la próxima vez le daré un ramo extra de lluvia como agradecimiento.

Su día fue un tanto atareado pero no le molestaba en lo más mínimo, llegó la hora del almuerzo y él tuvo que cerrar. Ahora debía tener sus clases junto a su madre que de seguro tenía algo nuevo que gritarle el dia de hoy,

Soltó un suspiro, una vez asegurada la tienda arregló su ropa y cabello mientras pensaba que flor llevar para decorar su gélida casa.

Con unos tulipanes de colores en mano subió hasta el tercer piso, tocó la puerta y vio que esta estaba abierta. Eso solo significaba que madre no estaba cerca y que por lo que vio al ingresar a casa, ella no regresaría durante un tiempo.

Voogd || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora