Capítulo Siete

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No podía dormir.

No sé qué salió mal, no me sentía increíble o emocionado como las demás semanas , me encontraba en la cama mientras veía por la ventana sin mirar nada en especifico, me sentía solo.

Extrañaba mi casa, mis flores, extrañaba a mi madre. Estaba lejos de casa, lo sabía y el miedo a que Lise nunca más volviera a aceptarme, me destrozó. Si, ambos no teníamos la mejor relación pero ella es mi madre y la única persona que vela -o velaba- por mi.

Me sentia tan tonto, mis sentimientos abrumaron mi mente, inevitablemente comenze a llorar, lo hice en voz baja como acostumbraba. Sequé mis lágrimas con dureza y aunque sabía que eso dejaría mi piel roja, no lo tomé en cuenta.

Tomé la almohada y la abracé, enterré mi rostro y seguí llorando, me sentía patético y mi mente reproduciendo la voz de madre diciéndome "Sé fuerte Killian, nosotros no lloramos" me hacía sentir peor.

El sonido de los pasos me hizo cortar mi llanto, se dirigía hacia mi y no estaba listo para que se burlaran o me griten "bebé llorón".

Una mano pequeña tomó las cortinas azules y las abrió dejando un pequeño espacio para pasar, no podía distinguirlo en la oscuridad y eso aumentó mi miedo. El niño se sentó sobre la cama y yo presioné mi rostro en la almohada como si quisiera enterrarme en ella. Para mi sorpresa el solo acaricio mis cabellos y trato de tranquilizarme, susurraba un "shh, tranquilo", sus manos son cálidas y me dio esa sensación de seguridad que necesitaba.

Con un poco de vergüenza levante el rostro y de manera borrosa distinguir cabellos claros y lacios, trato de calmarme y sin saberlo ambos nos abrazamos con fuerza, él también lloraba y entre en pánico.

–Lo siento. –El ajusto más el agarre y volvió a jugar con mi esponjoso cabello, el nego y después de calmarse un poco contestó.

–No es culpa tuya. –Su voz se volvió dulce– También extraño mi hogar, no está mal estar tristes, podremos superarlo. –Asentí aun sobre su hombro y acaricie su espalda para reconfortarlo.

Ambos no dejamos de llorar hasta unos minutos después, de secar nuestras lágrimas que sentimos la inminente vergüenza, pero parecía ser solo superficial. Nos sonreímos mutuamente y nos presentamos, un poco tarde a decir verdad.

–Si te sientes triste puedes acudir a mi, me llamo Floy y me han dicho que suelo ser bueno para calmar y consolar a los demás. Siento haber mojado tu pijama. –Mis mejillas estaban un poco calientes al igual que mi pecho, se sentía reconfortante.

–Está bien, no es un problema. –Le quite importancia al asunto– Puedes decirme Killian, no soy bueno consolando a las personas pero si tienes algún problema puedes contar conmigo.

No sabíamos cómo separarnos sin hacerlo incómodo así que permanecimos juntos, pero él no podía dormir sin su almohada y "Parissi" un peluche blanco y lanudo muy parecido a una oveja. El fue por ellos y regresó rápido y una vez acomodados todos -incluido Parissi- nos dimos las buenas noches y pudimos quedarnos dormidos.

Los profesores y jefes de sus respectivas casas hacían una junta una vez al mes para informar y charlar sobre sus estudiantes. Actualmente todos esperaban al director que parecía estar muy ocupado este año, Minerva movió su varita y sirvió té a los presentes, ¿que tenía tan atareado a Dumbledore?.

La puerta se abrió mostrando al director, un "buenos días y un empecemos'' fue todo lo que se necesito para comenzar a hablar. No parecía haber problemas mayores en Hogwarts, las clases estaban tranquilas, ni un accidente y los de primer año parecían aclimatarse..

Los alumnos hijos de muggles están afectados por el cambio de entorno y suelen estar un poco deprimidos por estar lejos de casa pero la mayoría sabe manejarlo bien, los alumnos mayores y sus mismos compañeros de casa se unen para ayudar.

Voogd || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora