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Les dejo una playlist de Spotify en mi muro para mejor experiencia. Realmente les recomiendo ponerla cuando comience el narrador omnisciente.

Ahí estaba yo, acostada en una camilla mientras vestía con una bata de hospital.

Otra vez, el miedo se apoderó de mí, los nervios me carcomen, el estómago causando náuseas. Me centraba solo en el gran ventanal del cuarto que brindaba una vista maravillosa de la ciudad, estaba segura que si miraba las paredes llenas de posters sobre vaginas o los estantes con penes de goma volvería a fabular como aquella vez en la que pensaba que tenían rostros y me alentaban a mi primera consulta, malditos.

Jungkook no se encontraba en el consultorio, había ido a buscar una caja de guantes.

- Tranquila Tn, te has dejado depilar en cavado allí abajo ¿porque debería asustarte esto? -me dí ánimos intentando calmar mis nervios.

Me distraje un momento, clavando mi vista en la ventana, en la cual me llevé una gran sorpresa. Maldita sea, en mi estúpida vida me imaginé que me llegaría a pasar algo así.

- Oh, Dios... -murmuré al ver un chico con arnés fuera del edificio colgando, el encargado de limpiar las ventanas. Se acercó a la ventana para comenzar su trabajo pero se percató de que había alguien aquí dentro. Incómodo... Se quedó mirándome fijamente y de mi parte solo me limité a cerrar mis piernas evitando que vea algo fuera de lo normal, sonreí levemente y agite mi mano ¿saludándolo?

¡Qué vergüenza, estaba prácticamente desnuda!

Rápidamente veo como se cierran las cortinas del consultorio, se trataba de Jungkook ¿en qué momento entró? cargaba con una seria expresión.

- Degenerado. -habló para sí mismo, aunque no midió mucho su tono de voz permitiéndome escuchar.

- Casi me da un paro cardiaco. -hablé con mis mejillas seguramente sonrojadas.

- Solo ignoralo, luego hablaré con él -contestó tenso mientras apretaba su mandíbula- por cierto, ya conseguí los guantes, tuve que desordenar toda la farmacia del hospital para encontrar la caja.

- Las chicas de limpieza me dijeron que no me preocupara, ellas se ocupaban del desorden... -dijo sentándose a mi lado mientras anotaba ciertos datos en una planilla.

- Puf, claro, si con el rostro que te cargas hasta mis hermanos te limpian el desorden. -respondí sin pelos en la lengua. Tan solo imaginar a aquellas empleadas limpiandole hasta la taza de café me molestaba un poco.

Jungkook sonrió de lado.

- Uhm, la única que quiero que me ayude con mi desorden eres tú, y en todos los sentidos. -contestó con un tono más robusto, escucharlo me hizo mover hasta el dedo chiquito del pie.

Tragué grueso, intentando calmar todos los focos de incendio que había creado Jeon en mí. ¡Qué hombre!

- Bien, mi linda alumna, voy a comenzar -aviso éste tensando mi cuerpo por completo- no sientas vergüenza, ya te explique que es algo normal, no necesitas ponerte nerviosa.

- Es inevitable no sentirme así, y para colmo dices cosas que no ayudan a calmarme -bufé algo molesta causándole una risa.

- Eres una ternura dulzura -acarició mi abdomen suavemente para acomodarse en la punta de la camilla- Siento haberte incomodado, es que no puedo contener lo que digo, es algo que me sale natural cuando estoy contigo. -sonrió mostrando aquellos dientes particulares que me recordaban al conejo de la famosa película animada "la vida secreta de tus mascotas".

- No sonrías así -dije algo sonrojada.

Él elevó una de sus cejas y volvió a sonreír.

- ¿cómo, así? -contestó él dejando ver nuevamente sus blancos dientes.

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2022 ⏰

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My first gynecologist ❘ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora