Capítulo 22. Trabajo en equipo

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POR FAVOR LEER LA NOTA AL FINAL!!!



- ¡JIANG YANLI! – gritó Wen Qing, sacando sus agujas - ¡Detente ahora! ¡No me obligues a dejarte inconsciente! –

La líder de Yunmeng Jiang respiró profundo, la energía resentida del lugar dispersándose lentamente, mientras sus ojos dejaban de tener ese brillo rojo como la sangre. Wen Qing la miró y luego guardó sus agujas.

- ¿Qué debería hacer? – preguntó Yanli, mirando con furia hacia al frente, sin encontrarse con los ojos de Wen Qing - ¿Quieres que lo deje aquí? Está a merced de su... padre –

- Sí – Yanli la miró con sorpresa y enojo, Wen Qing se limitó a poner una mano sobre el hombro de Jiang Yanli – No puedes solo entrar y tomar su cuerpo, no puedes enfrentarte a todos los cultivadores de Jin Guangshan –

- ¿Crees que no puedo? – Yanli sacó su espada - ¡Mira lo que puedo hacer por mi cuenta! –

- No puedes hacerlo sin iniciar otra guerra, sin detonar justo ahora lo que hemos estado impidiendo – Wen Qing guardó todas sus cosas y guio a Yanli, buscando caminar de regreso a Muelle de Loto - ¿Quieres rescatar a ese pavorreal? Perfecto – Jiang Yanli le miró un poco más calmada, solo porque la angustia ahora suplía a la ira – Yo te ayudaré, pero eso no significa que debamos hacerlo ahora –

- ¿Entonces cuando? – Wen Qing entendía aquella preocupación. Podía ver en los ojos de Yanli la pérdida y el dolor, la desesperanza al saber que había dejado a ese hombre a su suerte – Wen Qing... no puedo irme sabiendo que está sufriendo –

- Regresemos a Muelle de Loto, vayámonos ahora y entonces podemos encontrar una manera de sacarlo de allí – Jiang Yanli mostró en su rostro la renuencia y la terquedad – Encontraremos una manera de sacarlo sin ser vistas, entonces Jin Guangshan no podría culparnos –

Jiang Yanli se detuvo y respiró profundamente, la energía resentida terminó por disiparse. Asintió y, con mucha tristeza en sus ojos, caminó con Wen Qing y se fueron de ese lugar.

****************

Wen Ning miró por la ventana una última vez antes de sonreír con tristeza y caminar a sus habitaciones. Había pasado una gran cantidad de noches ayudando a Jiang Wanyin, le daba masajes, a veces usaba acupuntura, le preparaba té... todo para ayudarlo a sanar su cuerpo. A nutrirlo después de todo ese tiempo en los Túmulos Funerarios.

Y para calmar su mente. Una mente propensa a las voces de los muertos que siempre le seguían.

Pero esa vez Jiang Cheng lo había mandado a dormir. Le había dicho que se fuera a descansar, que mañana sería un día cansado porque no podrían excusarse sin exponer lo que había hecho esa noche. Wen Ning sabía que había sido un gesto de amabilidad... pero la mirada amistosa de Wanyin hacia Jin Xuanyu... le había dolido.

No se atrevería a mentirse a sí mismo. Sus sentimientos hacia Jiang Cheng habían cambiado con el tiempo. Sentía admiración y respeto... pero había algo más en su corazón. Había añoranza y cariño, se sentía protegido y al mismo tiempo necesitado.

Negó con la cabeza rápidamente. Si Jiang Cheng tenía más amigos... incluso si se enamoraba de alguien más, entonces estaría bien para él, porque tendría el privilegio de ser su amigo.

- Wen Ning... - casi soltó aquellos libros que habían ido a buscar a Qishan al escuchar aquella voz – Lamento asustarte... es que no quería preocupar a ChengCheng... - Wen Ning sonrió al escuchar el apodo y se dio la vuelta, encontrándose con Nie Huaisang en la oscuridad - ¿Podemos hablar? –

La Secta del Loto DemoniacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora