Capítulo 24. Confianza y perdón

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- ¿Qué fue lo que le pasó a A-Xian? –

- Siguen siendo los estragos después de perder su núcleo –

- ¿Por qué A-Cheng no tiene esto? A-Qing... ¿qué es lo que pasa con ellos? –

- El núcleo de Jiang Cheng fue destruido dentro de él, además de que lleva más tiempo sin su núcleo, su recuperación se llevó en nuestra casa. Pero Wei Wuxian fue sometido a una extracción, aunado a eso el hecho de no poder llevar la misma recuperación de Jiang Cheng –

Lan Wangji se había negado a dejar a Wei Wuxian, por ello las dos damas habían permitido que se quedara a un lado de la cama. Jiang Yanli, Wangji lo había notado, se veía cansada y enojada. Como un tigre hambriento que no ha sido capaz de cazar a su presa.

Wen Qing se veía afligida. Dudaba que se debiera al miedo a decepcionar a su hermana jurada, pensó entonces que se debía a un orgullo herido. El herido de un médico que no es capaz de sanar a un paciente.

- ¿Crees que vaya a recuperarse? – la voz de la líder Jiang había temblado un poco – A-Qing... sé sincera –

- Tendrá que dejar de usar la energía resentida – dijo Wen Qing con un suspiro resignado – El alcohol también, si es que desea apoyarse con algunas hierbas medicinales –

Lan Wangji no se avergonzaba de escuchar esa conversación, se trataba de la salud de Wei Ying. Miró de nuevo al joven. Su rostro delgado y pálido, ojeras y huecos en las mejillas suaves que mostraban hoyuelos cuando sonreía. No era capaz de soltar su mano, no podía dejarlo, no quería dejar que se consumiera de nuevo en pesadillas.

Pero sus manos le temblaban por el deseo de tomar a Wangji y tocar para Wei Ying. Para desearle dulces sueños, para espantar las pesadillas y para sanar su cuerpo.

- Hanguang-Jun – era la voz de la líder Wen, quien se había asomado por las cortinas y ahora le veía, con ese mismo semblante serio y formal – ¿Deseas descansar? A-Li y yo podemos quedarnos en tu lugar –

- Deseo quedarme – respondió él.

- Hanguang-Jun, he escuchado que el cultivo musical en su secta es excelente – Yanli, quien parecía no haber dormido bien en días, entró - ¿Podría pedirle que tocara algo para A-Xian? –

Lan Wangji asintió y por fin tuvo una excusa para soltar las manos de Wei Ying y sentarse en la mesa donde comían. Su lugar fue tomado por Jiang Yanli quien acariciaba las mejillas del joven mientras seguía cambiando el paño que bajaba la fiebre.

Sacó su GuQin y respiró profundo. Fue más fácil una vez que las notas comenzaron a salir, ponía tanto esfuerzo en ello, tanto de sí para poder sanar a Wei Ying. Levantó la vista para notar que Jiang Cheng entraba a la habitación. Estaba pálido y sudaba. Lan Wangji jamás lo había visto con esa expresión.

- ¿Qué le pasó a A-Xian? -

****************

Los tres se habían quedado solos en aquella habitación. Comían en silencio, ninguno se atrevía a alzar la vista. Jiang Cheng había estado riendo con ellos, sentado mientras escuchaba a Huaisang hablar con Xuanyu sobre abanicos. Había servido la comida con especial atención, incluso había puesto algunos vegetales extra en el plato de Wen Ning, porque sabía que le gustaban mucho.

Habían conseguido una jarra de licor y habían bebido. Menos Xuanyu, pero brindaron con él.

Hasta que el sonido de personas corriendo fuera de las habitaciones y los rumores de "el maestro Wei", "no está bien...", "A-Yuan está asustado..."

Jiang Cheng se levantó y se disculpó con ellos y luego salió corriendo.

- Supongo... que podemos ayudar de alguna manera en la secta – comentó Wen Ning – No quiero dejarlos solos, pero si el maestro Wei está herido... Jie debe estar con él y el pabellón de medicina no debe estar desatendido –

La Secta del Loto DemoniacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora