🥀 » Luna Rosa

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Aquella noche el cielo era el escenario de las más brillantes estrellas y, por supuesto, ella era su Luna

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Aquella noche el cielo era el escenario de las más brillantes estrellas y, por supuesto, ella era su Luna.

Bajo la luz artificial de las farolas, su vestidito azul celeste centelleaba bordeado de un halo plateado y púrpura, y sus ojos, dorados y felinos, destilaban el más puro éxtasis.

–Deja ya de sonreír así– le siseó Lucy, parada frente a ella en la entrada de aquel club. –Te juro que pareces una niña pequeña en una dulcería–.

–¿Y me culpas? ¡Hace tanto que no entro a uno de estos!– exclamó ella.

–Eso es porque no sabes divertirte, bebé. ¿Cuántas veces te he rogado para que vengas conmigo?– preguntó.

–Sabes que yo no...– comenzó ella, mirando sus zapatos, pero Lucy no la dejó terminar, pues la arrastró hacia ella, tomándola de las mejillas.

–Escucha, y escúchame bien, olvídalo. Está noche, tu no eres esa chica perfecta y obediente, no, está noche eres Luna, y Luna no sabe lo que son las reglas ¿Okay?–.

Bela Croswell asintió torpemente sin dejar de ver a aquella chica a los ojos.

–Bien, entremos entonces– exclamó Lucy, tomándola de la mano y arrastrándola hacia el interior de aquel edificio.

Dio un paso y la luz se convirtió en oscuridad, una oscuridad llena de luces fluorescentes que parpadeaban segundo a segundo y difuminaban las almas bajo ellas, convirtiéndolas en una película de fotogramas.

Era alucinante.

Lucy, que siempre era un torbellino de energía desenfrenada, soltó su mano y en dos segundos ya estaba en el centro de la pista desbordando risas y haciendo bailar su largo cabello negro y violeta alrededor de ella.

Luna avanzó e intentó seguirle el ritmo mientras la música vibrante se calaba bajo su piel, girando y dejándose llevar por esta, pero, como si sus ojos miel anhelaran verlo, cuándo alzó su mirada hacia el frente, su vista captó el destello de aquella sonrisa llena de colmillos y aquel cabello desordenado.

Ella parpadeó confundida.

Él no estaba ahí, no podía.

Se metió el cabello detrás de la oreja y sus ojos navegaron directo a la pared de cristal a su lado, dónde su reflejo era irreconocible y ella no era ella, pues su cabello dorado ahora eran extensiones de color rosa pastel y dónde usualmente llevaría zapatillas, un par de tacones plateados atrapaban el brillo de las luces.

¿Quién era esa estrella que había opacado a la Luna?

Ella suspiró mientras la música hipnótica volvía a filtrarse en su cuerpo haciéndola mover su cabeza lentamente y sus dedos, con aquellas largas uñas de color negro, tamborileaban a sus lados.

Las Crónicas De Evercon - Original StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora