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—¿Disculpa?

Pese al claro tono de incredulidad que Jihoon tuvo después de lo que pareció ser un minuto de analizar lo que dijo, Hyunsuk solo mantiene su posición, conservando la tenue sonrisa que tuvo hasta ahora.

Camina hasta donde había dejado la bolsita de cartón y la toma, apropósito porque podría haberse hecho el desentendido y seguir como si nada en vez de dejar al chico con la expectativa.

—Te dije—una vez se encuentra nuevamente frente a él, le extiende la bolsita—Que quiero que seas mi amigo.

—Estoy demasiado ocupado con mi club y el consejo estudiantil como para seguir perdiendo el tiempo con estupideces, me largo.

Afirma; no obstante, el peliazul lo toma del brazo e invierte sus posiciones, haciendo que la espalda de Jihoon quedara pegada al alambre tejido para segundos después estirar su brazo y apoyarse sobre el mismo, justo a un lado del rostro contrario. Imposibilitado de cualquier escape, el menor se limita a hundir sus dedos en las aberturas de la red tras de sí.

Conocía a esa maldita actitud, no por nada soportó esa clase de ''insinuaciones'' que en más de una ocasión muchachos le mostraron en consecuencia de apuestas en donde se supone que él debía caer ante los encantos de un ''chico malo'', porque claro, él solo es un ñoño que carece de cualquier tipo de conocimiento relacionado a la seducción y sus derivados.

Aunque bueno, la baba que caía de las comisuras de los muchachos y muchachas universitarias que lo veían patinar en el skatepark decían otra cosa. En su mundo, Jihoon era el chico malo. Pero nadie tiene por qué saberlo.

A excepción de sus verdaderos amigos y del muchacho que ahora está aprisionándolo contra el tejido. Debía admitir, que era la primera vez que esa clase de chicos (o lo que sea que eso signifique para Jihoon) buscaba su amistad en lugar de lanzarse a la primera.

Pero no se dejaría engañar de una forma tan estúpida. De ser así, nada que una buena manipulación de calificaciones en el registro de notas no pudiera solucionar. De nuevo, era inmoral y más para alguien como él, pero su dignidad vale más que eso.

O eso se supone.

—Hablo en serio—Hyunsuk deja de sonreír por un momento, para el menor demasiado presente estaba la idea de que él no era más que un hueco que solo sabía perseguir a un balón por lo que sonreír como patán no lo llevaría a ningún lado—Sé que no confías en mí, pero dame la oportunidad para demostrarte lo contrario.

—Mejor déjate de rodeos y dime qué es lo que realmente quieres a cambio—el mayor enarcó una ceja—...Hyung.

—Acabo de decírtelo.

—¿Por qué querrías ser mi amigo si ni siquiera me conoces?

—¡Apenas ayer te dije que eras genial!—Jihoon lo observa con sorpresa—Quiero que seamos amigos porque me interesas como persona, Jihoon. Me importa una mierda cuantos trabajos puedas hacer por mi o cuantos códigos tengas para cambiar la nota de los exámenes de la gente.

—Pero yo no--

—Mañana almorcemos juntos otra vez—interrumpe el mayor—Si estar a solas conmigo te pone incómodo podemos invitar a Yedam, es buen chico.

—Sí, lo sé.

—De acuerdo—como si lo hubiese planeado, el timbre resuena por todo el establecimiento. Bastante oportuno, incluso si el castaño tuviera nuevas intenciones de negarse el mayor solo se excusaría y saldría corriendo como todo un caballero.

Sin decir nada, Hyunsuk toma rápidamente la mano de Jihoon y le entrega la bolsita con los sándwiches (porque, si tuviese que esperar a que el chico la tomara por cuenta propia, estarían varados en la terraza hasta la tarde-noche) revolviéndole sutilmente el cabello como forma de despedida.

Skater ||SukHoon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora