🛹; 07

607 79 17
                                    

Después de recorrer un par de museos de la zona y llenar sus estómagos en el desayuno y almuerzo, el ambiente entre los estudiantes está más tranquilo. En ese momento se encuentran saliendo de la biblioteca nacional; y cuando se paran en la vereda, las quejas y gimoteos no tardan en llegar.

Sí, se perdían un día de escuela y todo muy bonito. Pero eso no quitaba el hecho de que llegaba un punto en el que todo se tornaba aburrido, solo quedarse parados escuchando a los bibliotecarios ya era cansador.

No obstante, hay dos personas que no presentan queja al respecto.

Jihoon mira a Hyunsuk. El muchacho estaba tan neutral como él.

Y eso era algo que hasta el momento no dejaba de asombrarlo, pues, al igual que él, se mantuvo entretenido sacando fotos y ojeando cualquier libro que llamara su atención, escuchando atento a todo lo que los trabajadores de los lugares a los que iban tuviesen para decir. Contrario a lo que vio por parte de los chicos con los que Choi comparte club.

Jihoon no sabía por qué esos estúpidos se giraban a verlo cada dos por tres, aun si les llamara la atención su apariencia ese día, el castaño no disimulaba su mala cara cuando los mayores lo miraban o le hacían gestos que no podía entender. Pero sin importar cuantas veces voltease a ver a Hyunsuk, este siempre se mostraba ajeno a la situación.

Jihoon realmente quería confiar en él.

A unos pasos de donde ellos están, un muchacho castaño, alto y de tez bronceada se acerca a una de las profesoras para hablarle. A juzgar por su apariencia los mayores intuyeron que el chico estaba en preparatoria, pero cuando ven a Doyoung pararse junto a él, se dan cuenta de que no es así.

—Señorita Kim—se dirige educadamente el menor hacia la joven muchacha, recibiendo atención inmediata—A esta hora hay una feria artesanal en la plaza del centro, ¿podemos ir? Solo serán unos minutos.

—Lo siento Jeongwoo, ya es hora de regresar.

—¡Oh vamos Jisoo!—interviene otra profesora, la señorita Manoban. A diferencia del serio rostro con el que cargaba la mayor en ese momento, la sonriente joven de cabello corto junta las palmas de sus manos, encantada con la idea—Minutos más, minutos menos, no pasará nada. Solo mira los rostros de estos chicos, están muertos de aburrimiento.

Jisoo estuvo a punto de negarse nuevamente, pero al ver los pucheros que le estaban haciendo Lalisa, Jeongwoo y Doyoung, solo la hacen terminar por suspirar al mismo tiempo que descruza sus brazos, derrotada.

—De acuerdo. Pero no más de quince minutos, el chofer nos espera.

La tailandesa da un pequeño saltito y abraza a su compañera, apresurándose a avisarles a los estudiantes que se organizaran para partir.

La plaza era el lugar perfecto para llevar a cabo toda clase de actividades, desde caminatas comunes hasta ciclismo. Desparramados por todo el extenso lugar, en aquella ocasión los múltiples puestos de personas vendiendo artesanías hicieron al lugar más concurrido de lo que posiblemente ya era.

Observando los anchos caminos que se dividían entre sí hacia todas las direcciones, Jihoon no puede evitar pensar en lo genial que sería andar en su skate en ese momento. Además, cuando sus ojos van a parar sobre los árboles encima de ellos puede notar unos cuantos foquitos de luces colgando pero que, debido al temprano horario, aún no se encuentran prendidos. Si fuera de noche el lugar sería simplemente mágico.

—¡Atención todos!—exclama el profesor de física, Kim Jinwoo, atento de que todos los estudiantes estuviesen escuchando—Recorran todos los puestos que gusten, son libres de comprar lo que quieran. No se queden solos, permanezcan en grupos de dos personas como mínimo y no se alejen demasiado, nos encontraremos en el centro en quince minutos.

Skater ||SukHoon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora