Mi novio es una chica • Michaeng & 2yeon •

Epílogo

Contenido explícito +18

Habían transcurrido cinco años, cinco años desde que Chaeyoung había publicado su libro siendo éste todo un éxito, incluso un poco más que todas sus demás obras y no era por menospreciar, pero la trama del libro había logrado acaparar toda la atención, sobretodo desde que se anunció que estaba basado en la vida real de aquellas cuatro chicas.

A lo largo de todo este tiempo habían sucedido varias cosas, afortunadamente todas para bien. Al momento de tomar la decisión de publicar su libro, Chaeyoung había renunciado al anonimato, motivo por el cuál después de ello no tardaron en lloverle varias propuestas de trabajo. Mina no podía sentirse más orgullosa de la menor, estaba feliz de que todo el mundo supiera que S.C. era su esposa, aunque eso haya significado tener que soportar ver a todas las "ofrecidas" —como ella las llamaba— detrás de Chaeyoung.
Poco a poco aprendió a lidiar y controlar de sus celos cuando su esposa la hizo comprender que no tenía ojos para nadie más que ella y su pequeña que ahora ya no era tan pequeña.

Por otra parte, el matrimonio de Jeongyeon continuaba fortaleciéndose aún más con el paso de los años. A diferencia de Chaeyoung que había decidido dedicarse completamente a la escritura y el arte, Jeongyeon había optado por invertir una gran parte de su capital en la empresa de Akira, convirtiéndose así en su fiel mano derecha.

Nayeon la visitaba con frecuencia en la empresa en compañía de su hijo Kwan, normalmente acostumbraba llegar poco antes de su hora de salida para que pudiesen regresar juntos a casa o en ocasiones salir a pasar tiempo a algún lugar.

El día de hoy, Jeongyeon había optado por trabajar desde casa, tenía varios pendientes de trabajo que simplemente no le apetecía revisar en la empresa.

Se encontraba tan concentrada con la vista pegada a su laptop que no pudo escuchar como su esposa se inmiscuia en su despacho sigilosamente.

—Hola avestrucito.

—Bunny... —Jeongyeon levantó la vista rápidamente luego de escuchar hablar a su esposa.

—¿Necesitas... ayuda?

Jeong apartó la mirada negando con la cabeza. De pronto escuchó como los tacones de su esposa se aproximaban hasta ella y se obligó nuevamente a observarla. No pudo evitar tratar saliva al ver su vestimenta. Nayeon portaba una falda corta negra, acompañada de un top blanco.

—Sí yo fuera tú, dejaría de provocarme.

—¿Por qué debería hacerlo? —susurró subiendo ligeramente su falda, en ese momento Jeong pudo darse cuenta de que debajo de aquella falda no había nada más—. ¿Ya te he dicho que los lentes te hacen ver jodidamente sexy?

—Nayeon...

—¿Qué pasa? —preguntó de manera inocente mientras se mordía el labio inferior de manera provocativa.

—Bunny, en verdad tengo muchos pendientes atrasados en este momento—respondió Jeongyeon retirando sus lentes para posarlos sobre su escritorio —. Deja que termine y después podemos...

—Vamos Jeong, no puedes rechazar a tu esposa, necesito amor —expresó con un puchero.

—Pero... hicimos el amor esta mañana.

—Nunca tengo suficiente de ti —susurró Nayeon procediendo a cerrar la laptop de Jeong frente a su atenta mirada—. ¿Me darás lo que quiero?

Jeongyeon tragó en seco al ver a su esposa sentarse sobre su escritorio justo delante de ella.

—Kwan podría entrar en cualquier momento...

—Le puse seguro a la puerta, no más pretextos avestrucito.