Capítulo 21

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Carlos

Estuve una hora esperando, quizá menos, no sé. Me mantuve sentado en aquella silla que se encontraba frente a la puerta. Necesitaba estar atento a cualquier movimiento. Daniela me había prometido que iba a traerla conmigo.

Fue llegar, tirar las valijas y quedarme ahí, quieto. No pude pensar en nada más, hasta que me pregunté, como venía haciendo desde aquél día en que la dejé en el hotel, ¿qué voy a decir? ¿Perdón por abandonarte? Podía ser un comienzo.

Finalmente escuché el sonido de la puerta. Tenía que admitir que estaba más emocionado que nunca. Desgraciadamente solamente se trataba de Daniela. Al menos había llegado viva.

-Ni me preguntes. No quiso venir. Lloro un poco, pero dijo que no y que si la querías ver que la busques vos. Y no sé, me parece que tiene razón-

Entró a la casa con una notoria frustración y se sentó.

-¿Pero te dijo cuándo?-

-Ay, Carlos- Cerró los ojos y se agarró la cabeza con las manos. -No me dijo nada más. Ahí tenés el teléfono de la casa, llámala y déjame de joder- Me senté frente a ella. Estaba desilusionado, pero Julia tenía razón, debía ser yo quién la busque. A pesar de que traté, creo que nunca realmente lo hice. -Perdón, pero me tienen harta los dos. Yo estoy con la facultad, tengo que estudiar, no puedo seguir siendo su paloma mensajera, y menos para que se anden histeriqueando con que se ven o no se ven. Basta, loco-

Solté una pequeña risa. Ya habíamos tenido esa conversación.

-Perdón Dani, no podría pedir mejor amiga. Y tenes razón, ya no te vamos a volver a meter en este quilombo. Gracias por todo, igual-

-Ah otra cosa. Me dijo que ella era la que nos estaba espiando. La verdad que nunca la vi seguirme. Pero bueno, podríamos ir volviendo ¿no?-

Pero la puta madre.

Suspiré. -No, ya fue. Ya estamos acá-

-Ah casi me olvido- Noté cómo sacaba un sobre de su campera y me lo extendió. -Cuando salí, encontré esta carta. Es de un amigo, él se está encargando de averiguar sobre el padre de Julia. ¿Te acordas el que te conté? Al parecer tiene información que tenes que leer-

"Germán G. Narcotraficante. Al parecer estuvo con un tal Pablo Escobar. Este hombre se está haciendo famoso en el crimen, pero tengo entendido que es muy querido por la gente. Germán G y Escobar tienen un negocio en Av. Rivadavia que se llama "Café de los Angelitos", al parecer hacen lavado de dinero. Se reportaron numerosas muertes que parecieron ser causadas por estos dos, que son como lideres, uno en Argentina (GG) y el otro en Colombia (Escobar). Dani, esta gente pueden ser peor o igual que los militares, no tienen compasión. No sé cómo lo conoces o por qué lo buscas, pero alejate. La empresa de Germán G es algo de papel higiénico, el más famoso del país, y al mostrarse como un hombre carismático, nadie se da cuenta que la droga es transportada en los paquetes del papel. No tengo idea cómo hacen, están todos locos. Esto es todo lo que se. Mucha suerte y cuidado".

-Era de esperarse. Pobre Julia-

-Sí, bueno, pobre de vos cuando le digas que le rompiste las piernas como el desquiciado que sos, porque se lo vas a decir ¿no?-

-Daniela, ya te dije que lo hice porque el tipo está loco. No puedo decir que yo no tengo mis cosas, pero quiero cambiar por Julia-

-Está bien, igual te meto una piña y cambias igual. Tengo una duda con respecto a eso. Yo se que, durante tu época de criminal rebelde, vos mataste a dos personas y bueno, sos un asesino, pero ¿Julia sabe quiénes eran esas personas?- Negué con la cabeza. -Bueno, yo te diría que empieces por ahí, aunque capaz para ella no sea justificación suficiente, pero al menos le decís la verdad-

Mientras más lo pensaba, peor me sentía. No me parecía la mejor idea contarle todo a Julia, no si quería estar con ella.

-Dani, no me va a perdonar-

-Bueno, pibe si no te perdona te la vas a tener que bancar. Pero tenes una deuda muy grande con ella, y es decirle la verdad. Se lo merece Carlos. Saltó de la ventana por vos, y vos le dejaste sin piernas al padre. Dale, boludo. Perdón, pero te lo tengo que decir así-




Julia

Mi mamá seguía preguntando por aquella idea de vivir sola. Ya le había dicho que sí a Germán, así que supongo que en el algún momento iba a tener que empacar todas mis cosas. Quería buscar un trabajo, a pesar de que seguramente era imposible que pueda pagar un departamento con muchos lujos, al menos podría comenzar a ahorrar para conseguir uno propio.

Tengo que confesar que estaba más emocionada de lo que pensaba con respecto a vivir sola. Quiero mucho a mi mamá y mi hermana, pero hay ciertas cosas que ya me incomodan. Necesito mi espacio para hacer ruido a la hora que quiera sin pensar en qué alguien se va a despertar por mi culpa. Quería llevar gente sin pedir permiso y hacer mi vida. Además podía ser un nuevo comienzo, con todo esto que esta a pasando con Carlos, era mi oportunidad para poder verlo y hablar con él tranquila si es que retomábamos la relación.

Tenía tanta bronca acumulada por él, tanto dolor, pero necesitaba verlo, que hablemos, algo más que verlo 5 segundos a lo lejos y desmayarme.

El teléfono sonó. Mi mamá dejó su conversación conmigo para levantarse.

-No, no ma. Yo atiendo- Levanté el tubo del teléfono esperando que sea él. -¿Hola?-

-Julia- Mi respiración se cortó por unos segundos cuando escuché su voz. No podía creer que era él. Por supuesto que pensé en la posibilidad de que me busqué, pero jamás creí que iba a ser tan pronto. Lo escuché suspirar. -Daniela, me contó lo que hablaron y quiero decirte que tenes razón. Yo intenté verte, buscarte...-

-Hija, ¿quién es?-

Volteé a ver a mi mamá en cuanto me aseguré de que ni una lágrima corriera por mi rostro.

-Agustín, ma-

Ella hizo una seña con su dedo pulgar acompañada de una sonrisa, como diciendo "ah, los dejo solos entonces" y se fue a la cocina.

-Perdón si llamé muy rápido o en un mal momento. Solamente quería decirte que quiero verte, que hablemos y... bueno, si vos queres. Yo puedo pasarte a buscar, pero necesito que sea a unas cuadras de tu casa, por temas de seguridad-

-Sí- Fue lo único que pude decir. Entonces me dio una dirección, era a cinco minutos de mi casa.

-Bueno, nos vemos Julia-

Sin responder, corté el teléfono. Estaba mas nerviosa de lo que podía imaginar. Quería tranquilizarme, pero ya comprendí desde la ultima vez que no existe la calma en mí cuando se trata de Carlos. Así que esta vez estaba dispuesta a dejarme llevar. 

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Perdón por la tardanza. Mi excusa: me echaron de mi casa. CORTA. Pero ya está todo oki doki.

Igual pienso seguir escribiendo. No dejo esto hasta que termine. Espero que les guste el capítulo y dejen sus comentarios que me encanta leerlos. Saludos, cuídense. 


Insane For You (#YBC 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora