Capítulo 6

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Hace una semana es que Jungkook había huido en cuanto el primer rayo de sol apareció y el otro estaba demasiado cansado para siquiera ser despertado

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Hace una semana es que Jungkook había huido en cuanto el primer rayo de sol apareció y el otro estaba demasiado cansado para siquiera ser despertado.

Se había encerrado en su departamento, no quería salir a ver a su vecino, aunque este tampoco lo busco y extrañamiento no escucho algún ruido del contrario en estos días.

—Kook...— fue traído a la realidad.

—¿Decías algo?— había ignorado al rubio.

—Si. No funciona el encendedor y me preguntaba si tu...— sus mejillas se pusieron rojas al pedir eso.

—Si, si por supuesto — el menor chasqueo los dedos y encendió la mecha. —Listo— el otro le agradeció.

La evolución de JiMin se podía decir que tenía un pequeño avance, pues su piel estaba recuperando algo de color además que el rubio pasaba más tiempo con el, le hablaba de cualquier cosa y prácticamente había tomado una de las habitaciones de invitados pues ya una maleta con su ropa se encontraba ahí.

Jin por otro lado estaba pasando un extraño momento. Pues para los humanos era una locura que un hombre pudiera tener vida en su interior, así que les fue más difícil conseguir alguien que les ayudara en lo que sería el proceso de embarazo. Por suerte y como siempre no hay nada que el dinero no resuelva obtuvieron a alguien.

Así que ayer con la discreción posible fueron a comprobar si el lindo NamJoon ya estaba en espera y para la sorpresa de aquel doctor así era... una semana, pero aquel pequeño ser diminuto ya estaba formándose dándole la total dicha a ambos padres conociendo que aunque aquello era riesgosos tomarían demasiadas precauciones para convertirse en los mejores padres.

El por otro lado se sentía extraño, no había avanzado nada en su investigación y mucho menos en la extraña pero magnífica noche que vivió con su vecino.

—Algo te tiene mal ¿no es así?— aún permanecía en la cocina con Min rondando en esta preparando los alimentos para ambos.

—No es nada— su loca noche se la estaba guardando para si. —¿Como notas a JiMin?— cambio de tema.

—Diría que ¿mejor? No se si esa es la palabra correcta pero creo que un avance hay...— el rubio se estaba convenciendo de ello pues su más profundo deseo es que el pelinegro despertara para aclarar sus sentimientos o al menos las extrañas sensaciones que recorrían por todo su ser.

—En verdad quiero que despierte pronto— y es que hasta que no tuviera cada situación de su alrededor resuelta, sentía una extraña sensación en su ser, como si algo malo se acercara. —Debería de...— intento ponerse de pie pero un leve mareo hizo que volviera a su silla.

—¿Estas bien?— el rubio le miro preocupado.

—Si, solo... creo que tengo tantas cosas en mi mente... iré a dormir un poco— el enfermero no se creyó del todo aquello. Conocía que era un dios y por lo tanto algo que sería común en humanos no le afectaría de esa manera.

El pelinegro camino con cuidado sosteniéndose de la pared hasta llegar a su habitación. No bastó más que tocar el colchón para que cayera en un profundo sueño.

Pronto su mente se llenó de recuerdo de aquella noche, el cielo estaba en total oscuridad, había estado jugando, nada malo pasaría, pero cuando menos lo espero las llamas estaban consumiendo algo a la lejanía y el solo puedo quedarse paralizado. ¿Como podía el ayudar? No había algo que el pudiera hacer, su único poder era el fuego pero estaba tan asustado como para utilizarlo y como si fuera un humano cobarde se fue a esconder.

Despertó por el calor que comenzó a sentir, entonces lo recordó, se cumplía un año más de esa tragedia, ya sería tres años.

Suspiro mirando a su alrededor la oscuridad inundaba todo y no soportando estar en penumbra encendiendo la lámpara. Se tranquilizó y después de puso de pie para ir a ver a su amigo.

Unos cuantos pasos y llego hasta la habitación del aún peliplateado. Pero nunca imagino encontrar esa escena, o al menos no tan pronto y con el dios aún inconsciente, así que ver a Min junto al cuerpo de su amigo le produjo una extraña sensación, pero para bien y no mal.

Tal vez que el rubio demostrara que el dios no le era indiferente era lo que necesitaba para despertar, esperaba que eso funcionara, ya había suficiente sufrimiento para esos dos.

EL DIOS DEL FUEGO (TAEKOOK) 《DIOSES #3》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora