Capitulo 8

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La duda aún no abandonaba su cabeza, ni cuando pasaron varios días. Y mucho menos cuando se volvió extraña la relación que comenzó a llevar con su vecino.

—¡Kook!— aquella voz le trajo de vuelta.

—¿Si?— pregunto. Miro a su alrededor, en específico aquellos brazos que le rodeaban. Esos brazos... si que habían sido días extraños.

—¿En que tanto piensas?— Tae quiso saber. —Te preguntaba ¿Que deseas de cenar? Estaba por pedir algo del restaurante italiano, ¿Tienes antojo de algo?— y apenas la palabra antojo salió de su boca, sus papilas comenzaron a salivar por querer probar un delicioso postre.

—¡Un tiramisú estará excelente!— ya se lo podía saborear. —Pero que esperas, pide ya!!— ansiaba con todas sus ganas tener ese postre.

—Muy bien... si fueras mujer estaría seguro que esos son típicos antojos de un embarazo...— un risa de pecho se le escapó mientras ordenaba la comida. Aunque ese comentario solo dejo al dios con un extraño pensamiento.

¿Embarazo? No era posible... aunque Namjoon...

De seguro solo era alucinaciones.

—...no es posible— volvió a decir para convencerse.

—¿Todo bien?— el mayor tocó su frente pues Jungkook se notaba algo extraño.

—Si, todo está muy bien...— sonrió para olvidar aquellos pensamientos. Pero por más que intento no pudo con ello, aunque después lo olvidaría por el grito que llamó su atención.

—¡Jungkook!— a pesar de estar en el departamento del mayor, el grito de cierto rubio llegó hasta el.

—¿Que?...— se levanto rápidamente dejando desconcertado a Tae quien de igual manera le siguió. —Min, ¿Que sucede?— pero no necesito explicación alguna para lo que sus ojos veían.

Sin poder creer que aquella pequeña sonrisa indicaba que el pelinegro no los había abandonado. Sin esperar un segundo más se lanzó a los brazos de aquel dios al que consideraba un hermano mayor. Todo esto bajo la atenta mirada de YoonGi y Taehyung, este último sin entender que sucedía.

Decidió darles algo de privacidad, ya después preguntaría a Jungkook que es todo aquello. Miro alrededor del lujoso apartamento como el suyo, todo parecía nuevo y sin decorar a la totalidad.

Siguió caminando observando cada detalle hasta que dos folders escondidos debajo del sofá llamaron su atención. Sin importar estar invadiendo un poco la privacidad de los habitantes de esa casa se dispuso a hojear.

Sus ojos se abrían cada vez que empezaba a leer una palabra y más cuando el accidente que le arrebató a sus padres estaba en unos de los legajos. Pero sin duda la gota que derramó el vaso fue ver en un pequeño post it una extraña pregunta "¿A quién le debo el perdón? Jk"

¿Tae?— llamó el pelinegro al ver al mayor con los legajos. Había dejado a YoonGi y a JiMin para que tuvieran un poco de privacidad. —¿Que haces...?— la mirada que recibió seria algo que caló en lo más profundo de su ser y que estaba seguro que no olvidaría nunca.

—¿Tu mataste a mis padres?— el dolor se podía escuchar en cada palabra y eso solo hacía que el corazón de Jungkook se estrujara sin entender de que hablaba.

—¿De que hablas?— no había atado los cabos de lo que se le estaba revelando.

—Los Kim que murieron ahí eran mis padres y por poco yo también...— lanzo los legajos sin preocuparse que todas las hojas quedarán regadas. —¿Por que?— quiere saber desesperado. Toda su vida buscando respuesta a ese accidente donde sus padres le fueron arrebatados.

—Yo no...— se quedo mudo, pero lo que más le dolió es haber encontrado al dueño de quien le debía la redención y podría volver a ser un dios... aunque eso ya no era importante como tener al mayor a su lado, porque sin quererlo, Jungkook se había enamorado de un humano.

Uno, al que al parecer, había dañado...

EL DIOS DEL FUEGO (TAEKOOK) 《DIOSES #3》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora