Para siempre (Tom Felton y tú)

Parte 16

Después de que la niña se disculpara muchas veces por haberme mojado sin querer, se marchó con sus padres. Yo me quedé unos minutos más ahí parada, pensando si realmente jugar o no, no quería quedar hecha sopa por completo.

X: con que aquí estás ___ -dijo tomándome de la mano- porque desapareciste así?

___: -sabia de quién se trataba así que solo respondí sin voltear- me habías invitado a un juego y lo único que hicieron fue pelear y discutir como unos niños -me solté de su agarre y me crucé de brazos-

Tom: de verdad lo siento -dijo un poco apenado- me deje llevar y me olvidé de lo que realmente era importante -se puso delante de mí para poder mirarme-

Estábamos demasiado cerca, tanto que podía sentir el aroma tan embriagador que desprendía todo su cuerpo, mezclado con la dulce colonia que traía. De pronto quitó un mechón de pelo que estaba sobre mi rostro y lo colocó detrás de mi oreja. Se iba acercando de a poco y yo estaba entrando en pánico así que me alejé rápidamente de él.

___: está bien, veamos algún juego -estaba demasiado nerviosa por lo de recién, solo agache la cabeza y sentí como tomó mi mano nuevamente y de inmediato un leve sonrojo apareció-

Tom: que tal es este juego ___? -pregunto por el del payaso- y por cierto -hizo una pausa para mirarme- porque rayos estás mojada? -comenzamos a reír un poco-

___: por este maldito juego -dije por lo bajo y el sonrió- quieres intentarlo?

Tom: está bien, veremos qué tan bueno soy -dijo y vio como rodé los ojos mientras cruzaba mis brazos- es broma ___, no competiré está vez

Eran tres payasos por llenar, no llegó ni a completar el segundo y ambos terminamos mojados, para nuestra suerte Tom era malísimo así que solo nos mojó un poco. Dijo que no sé rendiría fácilmente así que lo volvió a intentar.

___: vamos a otro juego Tom, no ganarás -dije riendo y el me miró de reojo-

Tom: eso quisieras Clarck

Unos segundos después el que atendía grito "FELICIDADES, HAZ GANADO EN TIEMPO RÉCORD" me giré para ver si era cierto y en su rostro se formó una enorme sonrisa. El hombre le dió su premio y nos fuimos de ahí riendo.

___: en serio, como hiciste trampa?

Tom: oh vamos ___, estabas a mi lado, sabes que no hice trampa -dijo sonriendo-

___: pues la primera vez terminamos mojados -baje mi vista hacia todo mi cuerpo mientras tocaba mi cabello-

Tom: si, me disculpo por eso -rasco su nuca apenado- pero ten, te lo compensare con esto -dijo entregandome su premio-

___: oh no, no tienes porque hacerlo -un leve sonrojo apareció de repente-

Después de insistir e insistir tome en brazos el mediano oso de peluche que había ganado, era una hermosa jirafa bebé.

___: -lo miré un poco a los ojos, esos ojos que tanto me encantaban hasta que logré salir del trance- muchas gracias Tom -sonreí un poco tímida- por cierto dónde está Jack?

Tom: cuando nos dimos cuenta de que no estabas decidimos buscarte, el fue por ahí -dijo apuntando en la otra dirección- le avisaría si te encontraba pero creo que se me olvidó -dijo y ambos reimos-

___: que quieres hacer ahora? -pregunte tímida-

Tom: -se puso a pensar un rato hasta que tomo mi mano con fuerza y me jalo- ven vamos por aquí.

Caminábamos rápido entre las personas, no sabía dónde íbamos a ir pero era divertido ver lo apurado que estaba Tom, pidiendo disculpas por chocar sin querer con la gente. No sabía que era lo que tramaba pero estaba muy feliz en ese momento.

Paramos y pude notar que llegamos a la gran y maravillosa rueda de la fortuna. Era una de las cosas más perfectas que mis ojos habían visto, sus perfectas luces alumbraban gran parte del parque. Me quedé unos minutos dándole toda mi admiración hasta que fui interrumpida.

Tom: que dices Clarck? Quieres subir? -sonrió dulcemente-

___: es una broma? Claro que sí, vamos -rápidamente tome su mano y corrimos para comprar los boletos-

Chico: buenas tardes bella pareja, aquí tienen sus boletos -dijo y yo fruncí el seño, Tom solo soltó una risita-

___: pareja? -dije confundía mientras avanzamos para sentarnos en la rueda de la fortuna-

Tom: ___, mira -señalo nuestras manos entrelazadas, había olvidado por completo que lo seguía teniendo así-

___: rayos -dije apenada y solté su mano de inmediato- lo lamento mucho, no fue mi intención, solo que estaba muy emocionada... Y lo siento, disc...

Tom: -rio fuerte mientras me interrumpía- ___ no es la gran cosa, tranquila -lo miré a los ojos-

No era la gran cosa...wow... Si, eso en verdad es cierto, no era la gran cosa que haya hecho eso, pero que estúpida que suelo ser a veces y no me doy cuenta. Sinceramente sus palabras también dolieron un poco. Seguí caminando callada hasta tomar asiento y poco a poco nos íbamos elevando.

No lo volví a mirar, ya íbamos como diez minutos sin hablar, no quería hacerlo yo tampoco, por más estúpido que suene.

Tom: pasó algo? -pregunto de repente y yo solo negué con la cabeza- está bien... -dijo en un susurro-

Llegamos a la cima y fue cuando el juego se volvió a detener por unos minutos, la vista desde allí era realmente asombrosa, todos se veían como pequeñas hormigas, una al lado de la otra. Y los edificios eran más que perfectos.

___: por qué quisiste venir hasta aqui? -pregunte mientras contemplaba todo el cielo-

Tom: solo mira por unos segundos para allá -señalo en el cielo-

Era el atardecer, la hora perfecta para ver esos hermosos colores que se forman en el enorme cielo, no tenía precio lo que estaba viendo, sin duda era maravilloso. El sol caía y se escondía.

Tom: es demasiado bello, no lo crees -yo solo asentí mientras seguía mirando- yo no soy digno de ver tanta belleza -dijo y al girarme note que me estaba viendo, agache mi cabeza un poco y el puso su mano sobre la mía- ___ estás congelada

___: -estaba demasiado sonrojada así que me límite a hacer una mueca con mis labios- no quise traer abrigo, no pensé que refrescaria tanto

De repente sentí como puso su chaqueta sobre mis hombros y me acurrucó entre sus brazos, rayos porque tienes que hacer esto Tom. Por dentro moría de la vergüenza. Me aferre a mi peluche y nos quedamos unos minutos más así mientras lograbamos ver cómo el sol desaparecía por completo hasta que la noche por fin llegó.

El frío desapareció por completo en ese instante, y podría decirse que hasta mis más grandes temores. Estar entre sus brazos me hacía sentir segura, a salvo. Pero, sabía que este momento pronto terminaría.