Capítulo 22: "Rompecabezas"

93 10 3
                                    

Punto de vista de Michael

Y ella seguía ahí a mi lado, donde siempre debió estar.

Desperté, miré la hora y me giré nuevamente y lo primero que ví fue a ella dormida, mal acomodada, supongo que se durmió esperando a que lograra tranquilizarme de mi crisis. Fue tan considerada, después de que arruiné nuestra cena. Aún así verla dormida junto a mí me daba mucha paz, que lo de ayer quedó en un mal sueño.

La acomodé de forma que pudiera dormir más cómoda. Abrió sus grandes ojos.
-Hola. - Dijo tímida.
-Hola, hermosa. - tomó una parte de la sábana y tapó su cara con ella. - No quería despertarte, sigue descansando.
-¿Y tú? - sonreí.
-Estoy mejor porque estás aquí.
-No seas mentiroso.
-No tendría por qué mentirte, eres tan mágica que me das vida y me haces sentir bien. - Me recosté nuevamente, la atraje hacia mí, de modo que su cabeza estuviera en mi pecho. - Entiendo que quieras irte.
-Nunca me he ido, Michael. Y no lo haré nunca.
-¿Es enserio? - La miré con los ojos más que abiertos, sorprendido.
-Nunca, jamás, ni loca. - sonrió. Me senté en la cama y ella también.
-Donde siempre debiste estar, mi amor. - Le dije nuevamente. Rápidamente la tomé con mis manos su rostro y le di un apasionado beso, un beso que decía todo: un beso que indicaba que deseaba tenerla conmigo, que estaba agradecido con ella, sobre todo, decía que la amaba. Siempre lo había hecho.

Entre besos, nos recostamos en la cama y sin pensarlo más, cómo hace mucho tiempo no sucedía, fuimos uno solo. El Sol apenas ansiaba entrar por la ventana y eso me daba la perfecta iluminación para admirar cada parte de ella. Ansiaba tenerla cerca de mí, rozar mis manos su piel, que fuera mía y yo fuera de ella. Y ahora quería que fuera mía por siempre.
Disfrutamos ambos de las caricias del otro, jadeos y susurros que hacían estremecer.
-No quiero que el sol salga, quiero hacerte el amor.
-Esto es magia entre tus ojos y mi corazón.
-No sé que haré, no quiero dejarte de amar.

Nuevamente, se volvió a quedar dormida y a pesar de que estaba cansado también, no lograba consiliar el sueño. Tenía en mi mente los cambios tan drásticos de vida qué había llevado, mis decisiones correctas y las que no. ¿Qué debía hacer de ahora en adelante? Sólo quiero hacerlo bien.

Alexa estaba recostada sobre mi pecho y lograba ver parte de su espalda desnuda, con mis manos la acariciaba con lentitud como si de seguir un trazo se tratara.

Ella. Mi mejor amiga, mi aventurera, mi fortaleza; tan inteligente, tan soñadora, tan perfecta para mí. - ¿Qué debo hacer? - Me pregunté de nuevo en voz audible. - Para que te quedes conmigo siempre. - Continúe, mientras miraba a mi mujer.

Era un misterio, ya que hace casi 3 años quería tenerla por siempre y lo arruiné. Tenía que hacer algo más.

Suspiré.

Sabía lo que tenía que hacer.

Media hora más tarde nos levantamos para tomar el desayuno, casi comida.
-¿Tienes trabajo?
-Sólo unas llamadas a Kylie Cosmetics y es todo.
-Bien. - asentí con la cabeza.
-¿Qué hay de tí?
-Hoy, gracias a Dios, nada. - sonrió mientras tomaba mi mano.
-Gracias por tenerme aquí.
-Gracias a ti por no dejarme sólo. - Besé el dorso de su mano. - ¿Te parece si haces tus llamadas y hacemos un picnic más tarde?
-Me parece una gran idea. ¿Me permites entrar a tu despacho para el trabajo?
-Claro. Adelante.

Terminamos de comer y ella fue al despacho a realizar sus llamadas y en una lucha de pensamientos y una toma de decisiones por mi parte, fuí hacia mi habitación. Encontré el objeto que buscaba.
-¿Janet?
-Hola, cabeza de manzana. - Contestó al otro lado de la línea.
-Este es el momento. - Dije emocionado, colgué.

Baje hacia el despacho. Toqué la puerta.
-Adelante. - dijo despacio. Entré y me senté en un sillón mirándola trabajar.
-¿Mucho trabajo? - Ella hizo una seña con su mano, dándome a entender que le esperara un momento. Asentí.
-Agregarás a la mezcla lo que viene en el manual, tal cual. Medidas exactas. - recalcó - También quiero que el envasado sea el correcto, así evitaremos el crecimiento de cualquier bacteria, hongo y levadura. - Me miró con cierta desesperación. Al parecer no hacían lo que ella quería.
-¿Qué tan difícil es seguir las instrucciones? - dije al aire.
-Mucho. - Susurró ella. Reí ante eso. - No estoy en la ciudad, regreso en una semana. - Giró los ojos. - Por eso dejé el manual, no pueden seguir con errores. - Hizo una pausa. - Espero el reporte a las 8 de la noche puntual, sin ninguna equivocación, ¿De acuerdo? - Hizo otra pausa. - Gracias y hasta luego. - Colgó.
-¿Tienes hambre? - pregunté tratando de sacarla de su enojo.
-Recién acabamos de comer. - Rió.
-No es cierto. Han pasado 4 horas de eso. - Ella abrió aún más sus grandes ojos.
-¿4 horas? ¿Duré 4 horas discutiendo con esas personas?
-Al parecer sí. Verás que todo saldrá bien. - Me levanté y caminé hacia ella.
-Gracias. Espero que sí. - Ella se puso de pie frente a mi. Besé su frente.
-Vamos a caminar un rato.
-Claro.

Remember the Time - Michael Jackson FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora