Remember the Time - Michael Jackson Fanfic

Capítulo 11: "Princesa del Pueblo"

-¿Hola? - Contesté.
-¡Hola, Alexa! ¿Te desperté?
-¡Diana! ¡Es un gusto! Para nada, estaba trabajando.
-Para mí también es un gusto saludarte. ¿Tan tarde trabajas? - Dijo con un poco de asombro en su voz.
-En esta ocasión sí. Recién comienzo una investigación y quiero avanzar lo más que pueda en el aspecto teórico.
-¡Wow! Eso es muy impresionante. Recuerda lo que te dije, espero ese premio Nobel. - Soltó una risita.
-Lo tengo presente. Cuando lo gane te lo dedicaré. - Reí junto con ella. - ¿A qué se debe tu llamada, Diana?
-Oh, Alexa. - Suspiró. - Llevo mucho tiempo tratando de encontrar tu número para hablar contigo. No hemos hablado desde las acusaciones de Michael.
-Lo sé. Ha pasado mucho tiempo.
-También supe que terminaste con él, lo siento mucho. - Sonreí de lado. Mi vínculo más grande con las personas, por lo general, era por Michael.
-Gracias, Diana. Ha sido una travesía larga. ¿Quién te proporcionó mi número? - Pregunté curiosa.
-Lo sé. Después de nuestra última llamada, con él si he hablado en un par de ocasiones. No te vayas a enojar, - Advirtió - Pero él fue quien me proporcionó tu número. De todas las personas que pensé que lo tendrían, Michael fue mi última opción y fue el único en tenerlo.
-Impresionante. - Reí de nervios.

Me levanté para servirme otra taza de café mientras continuaba mi llamada con Lady Diana.

-La razón por la que te llamo es para platicar. Fuiste quien me escuchó durante mis días malos al igual que Michael y ansiaba desahogarme contigo. - Suspiró.
-Claro. Puedes confiar conmigo siempre que lo necesites. - Le extendí mi confianza. Sabía lo difícil que sería para ella lidiar con situaciones fuera de su alcance y que alguien le entendiera.
-Gracias, Alexa. La verdad es que me voy a divorciar. - Llevé mi mano hacia mi boca, expresando asombro.
-Lo siento mucho, Diana. Pero también podía ver qué no estabas plenamente enamorada de Carlos.
-¿Enserio?
-¡Claro! Eras muy infeliz con él y sobre todo en ese lugar que no parecía hogar.
-Temo mucho por mis hijos, solamente.
-Las cosas se arreglarán y tú estarás estable con tus hijos. - Traté de darle ánimos para que estuviera tranquila. Hablar de la realeza no era fácil.
-Gracias por tus palabras. Me gustaría mucho verte.
-Casualmente, me invitaron a ser participe de una fundación con Elizabeth Taylor y viajaré a Londres en dos semanas. - Dije con emoción.
-¿No bromeas?
-¿Por qué habría de hacerlo?
-Yo estaré ahí también. - Dijo Lady Diana.
-No es casualidad que hayamos tenido la oportunidad de hablar ahora. Entonces, ¿Podremos vernos?
-Por su puesto. Quiero invitarte un día aquí a la casa donde me estoy quedando. - Dijo ella.
-Yo estaré encantada de asistir. Sólo dime, ¿Qué llevo?
-Absolutamente nada. Serás mi invitada de honor.
-Diana, tú eres de la realeza, déjame llevar un presente.
-Que tú me acompañes será suficiente. Yo me encargo del resto.

Las diversas oportunidades que tuve de conversar con Lady Diana me mostraban en totalidad la gran mujer que era ella. Humilde, amable, sincera, siempre poniendo a los demás primero que ella, además, tenía un corazón tan grande que no cabía la maldad en ella, aunque en los demás sí lo había.

Yo era afortunada de conocerla y establecer una amistad con ella.

-Te lo agradezco tanto. Definitivamente tenemos mucho de qué hablar.
-Sí, Alexa, será divertido y lindo. Te veo entonces.
-Hasta luego, Diana. - Colgamos.

Después de esa conversación por fin fui a dormir para al día siguiente ir a la universidad a comenzar los prototipos a realizar para la investigación. Serían días de muchas pruebas, definitivamente.

Las siguiente semana y media se basó en establecer los pasos de la metodología a realizar cuando regresara de Londres. Ya habíamos realizado algunas pruebas y era el primer intento oficial que realizaría. Cruzaba los dedos para que todo saliera bien.

Tenía que salir a Londres el jueves por la tarde, así que me encontraba en la mañana empacando algunas cosas.
-Janet, por favor, contesta. - Dije desesperada mientras echaba dentro de mi maleta cosas al azar.
-¿Hola? - Contestó.
-Mujer, necesito que vengas a ayudarme. No sé que llevarme y salgo en 7 horas.
-Voy en camino, vamos de compras.
-Yo no quiero ir de compras. - Reproché y antes que dijera más, colgó.