Remember the Time - Michael Jackson Fanfic

Capítulo 5: "Vulnerable"

1995

Al regresar a CALTECH me ofrecieron un empleo de parte de la universidad donde yo solía estar en El Paso cuando realicé mi licenciatura. Consistía en dar clases en modalidad virtual en la materia de Microbiología de un horario de la tarde. Hablé con mis directivos para ver la disponibilidad de mi horario y pudo coincidir perfectamente.

Así que en Agosto inicié con mi primer grupo.
-Buen día, chicos. Soy la Doctora en Microbiología, Alexa Molina, especializada en Virus y Bacterias Actualmente acabo de terminar un nuevo proyecto en la identificación de proteínas en virus. A partir de hoy seré su profesora en la materia de microbiología. -

Estuve preparándome demasiado para brindar una clase virtual de la mejor forma posible. Cuando estaba realizando el doctorado tomé un semestre virtual mientras acompañaba a Michael por la gira y no se le sacaba mucho provecho. Así que compre las mejores cámaras y luces, un buen micrófono y realicé videos para reforzar conocimientos.

El mes avanzó demasiado bien después del quiebre emocional que tuve por Johnny y Michael. Desde ese día no me volvió a marcar ni volví a saber nada de él. Me refería a Michael.

Llamada entrante: Janet Jackson.

-¿Qué pasa, burrita? - le saludé con entusiasmo.
--Alexa, es Michael. - Oh, no.
-¿Qué pasa con él? ¿Qué le sucedió? - mi mente pensaba una sola cosa: intoxicación.
--Está en el hospital, quedó inconsciente mientras ensayaba.
-¿Cómo está?
--Ya despertó. Está mejor ahora, pero pasa una situación.
-Dime ya, Janet. - Siempre permanecía con incógnitas y hoy no podía tolerar eso.
--Quiere verte. - la sangre se me fue hasta los pies y sentí un escalofrío.
-¿Dónde está ella? - me refería a Lisa.
--No lo sé. Creo que en Hawaii. -¿Qué pasaba por la mente de esa mujer? Qué molesto.
-Dice que necesita verte. - suspiré.
--¿Tú qué me recomiendas? - pregunté a mi fiel amiga. Sabía que me encontraba en conflicto.
-Ve.

No lo dude más y fui al hospital donde él estaba. Manejé hasta el centro de Los Ángeles, era un trayecto un poco largo desde Caltech.
-Vengo a ver al señor Jacks... - Bill llega corriendo hacia mi.
--Señorita Alexa. - mira a la recepcionista - déjela pasar. - Ella asintió y yo fui caminando junto a Bill.
-¿Qué le pasó, Bill? - pregunté mientras subíamos al ascensor.
--Ya lo has de sospechar - y así era - Estos días han sido difíciles para él y entre la presión del álbum, peleas con su esposa, ensayos y todo, ha abusado del medicamento y ha tenido muy mala alimentación. He aquí la consecuencia.
-Es que Michael es testarudo, en verdad. - dije un poco harta.
--No creo que perduren más. - dijo cambiando de tema.
-¿A qué te refieres? - miré a Bill.
--Él y Lisa. Desde que esa mujer llegó solo ha venido a afectar aún más la salud de Jackson. En vez de ayudarle hoy, ella está en Hawaii con su ex-esposo y sus hijos.
-¿De nuevo? - Bill asintió. Salimos del ascensor.
--Y quien está aquí eres tú, Alexa. - Negó con la cabeza - No ella.

No dije nada más y llegamos a la habitación de Michael. Toqué la puerta e inmediatamente entré.
-Soy yo. - dije cautelosamente. Él abrió los ojos y me miró. Una pequeña sonrisa se le escapó.
--Qué gusto verte.
-No me gusta que estés mal. Además, me dijeron que querías que viniera.
--Así es. Me siento sólo. - me senté sobre la orilla de su cama.
-Por Dios, Michael. Estás rodeado de personas que te aman... - me interrumpió.
--Y de otras que solo buscan dinero, mayormente esas.
-Deja de pensar en ellos. Concéntrate en tu salud. No debes sufrir recaídas.
--Lo siento, Alexa. El estrés ha sobrepasado mis límites y no se qué hacer. No confío en nadie más que en ti.
-Michael, yo ya no soy nadie en tu vida.
--Pero tú me prometiste que estarías conmigo pase lo que pase - se apresuró a decir - ¿Recuerdas? ¿Recuerdas que decías que siempre que te necesitara estarías conmigo? - suspiré.
-Yo no puedo estarlo. No me permiten estarlo. Tienes una vida hecha y familia.
--Que en este momento están lejos de mi. - Una lágrima se escapó de su mejilla. Tomé su mano, la cual tenía un par de jeringas con suero vitamínico.
-Lo siento tanto. Quisiera que no sufrieras, que no te doliera. Quisiera que las personas dejaran de ser malas contigo.
--Gracias por estar.
-Siempre que me llames. - ambos sonreímos y yo acariciaba su mano.