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Estaba tan angustiada desde el regreso de Levi. Apenas y había intercambiado palabra conmigo, pero solo había pasado una noche desde su regreso. Me preocupaba lo que le hubiesen podido hacer, solo que más me preocupaba como es que reaccionaria en un futuro. No le había contado a ninguno sobre mi decisión con respecto a eso de "huir", ni siquiera yo sabía que quería. Solo sabía que cada noche que pasábamos en aquel lugar nos guiaba una vida llena de experimentos con nuestra persona, sin saber que nos depararía en el futuro. Todo era incierto, ni siquiera con el plan en marcha de la huida podríamos estar seguros de lograr salir del lugar o que nos harían si no lo hacemos y seguimos con el contacto con los demás y el búnker se entera.

Tenía tanto miedo. Pero no por mí, sino por mis nuevos amigos. Por Levi.

Exprimí mi cabello haciendo que el agua cayese a mis pies justo alado de la taza del baño donde siempre solía hacerlo. Me envolví en toalla que siempre solía usar y comencé a secar mi cabello con la otra, pero de tamaño más pequeña. El pequeño borde de una hoja amarillenta la cual sobre salía de la parte de atrás del W.C. llamó mi atención. La impotencia logró llenarme de nuevo, haciendo que lágrimas de coraje gritaran por salir de mis ojos para después abrirse paso por mis mejillas. Tomé el escrito y lo saqué se su sitio con brusquedad, haciendo que una pluma roja cayera y rodara por todo el baño.

«Seguro él olvidó que la puso allí» pensé.

Me agaché y tomé aquel bolígrafo con cuidado examinándolo detenidamente. Él había tocado aquel objeto y el solo pensar en aquello hizo que mi piel se erizara por completo. ¿Qué hacía a Levi tan especial a de los demás para provocar aquello? ¿Qué me sucedía? una de las hojas sueltas también cayó quedando justo a mis pies, y siendo mojada por algunas gotas las cuales brotaron de mi cabello. La tomé y caminé a paso lento al lavabo para recargarme en él.

La carta era un pequeño fragmento de la historia. Donde el protagonista le confesaba todo sus secretos y pensamientos a la protagonista. Una historia de amor trágico como la mayoría que había leído.

Pero aquella carta había brotado una idea en mi mente. Me vestí lo más rápido que pude y cuando por fin estuve como todos los días con mi uniforme me senté en el pasillo hacia el baño, donde la cámara no tenía acceso alguno.

Las palabras comenzaron a brotar de mi mente como agua de manantial. No podía para, hablaba mi yo de 15, mi yo de 13 y mi yo de 18. Ninguna sabía lo que quería y eso era lo que las tres nos unían. Pero, llegó un momento donde las tres nos quedamos sin palabras. No sabríamos cómo actuar ante la situación de seguir encerradas en aquel lugar. Y eso, eso era lo que más nos aterraba.

— Levi — susurré —Levi, por favor debemos hablar. Sé que es difícil y te sentirás extraño por los siguientes días. Nada hará de malo que lo hables con alguien que ya lo vivió. Solo...solo quiero escuchar tu voz.

Las lágrimas volvían a brotar ¿Por qué me sentía así cuando hablaba de él, o con él?

— Tu voz es lo único que me hace saber que estoy segura todavía, — sorbí con la nariz — no me quites eso ahora por favor.

— Suena como algo que diría un enamorado en algún libro — sonreí por volver a escuchar su voz.

Pero mis mejillas ardieron debido a su comentario.

— Por favor dime que no saldrás huyendo esta vez — supliqué.

Comencé a levantarme del suelo y a guardar el escrito del chico de nuevo en su lugar.

— Perdona por eso — escuché su risa gruesa, pero cesó de repente — ¿puedes dejar de llorar?

Solté una pequeña risa. No me había dado cuenta de que seguía haciéndolo — No sabía que era un crimen.

LegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora