Cuando abrí los ojos ya no estaba en mi habitación, me encontraba en la sala de emergencias del subnivel 6, donde estaban los dormitorios. Traté de moverme, pero cada fibra de mi cuerpo me dolía y gritaba que no lo hiciera. Parecía que había tenido una noche horrible.
― Es mejor que no te muevas ― Escuché la voz de la enfermera al otro lado de la sala― Perdiste mucha sangre y es muy probable que estés más débil de lo que creo. No me quiero arriesgar.
Pasé mis ojos por toda la habitación, estaba sola en el cuarto blanco y esterilizado, solo éramos la mujer y yo. La miré a los ojos sonreí levemente dándole las gracias.
― ¿Qué fue lo que pasó? ― pregunté con una voz ronca que parecía no ser la mía.
Ella se levantó de su silla, dejó el libro que estaba leyendo y caminó hasta mí. Revisó mi presión en una de las maquinas ― No sabemos muy bien, pero debido a tu historial dedujimos que tuviste un ataque de pánico, rompiste el espejo y te lastimaste muy feo. Rebanaste una de tus arterias de una forma impresionante, casi mueres desangrada, pero el de cámaras se dio cuenta de ello.
Ahora lo recordaba.
La mujer tras el espejo, mi brazo sangrando, mi desmayo frente a la puerta y el chico de ojos verdes corriendo en mi dirección. ¿Estará bien?
― Un corte profundo y medianamente largo. 7 cm, que tuve que coser antes de que murieras desangrada. ― Sus manos viajaron a mis muñecas y me soltó al fin. Levanté mis brazos y el izquierdo claramente estaba muy mal― Tendrás que usar el parche medico unos días. Es una maravilla. Deja respirar la herida, aprueba de agua y el pegamento no es perjudicial para la piel. Agrego analgésicos, y suspensión de las pastillas que te receta el laboratorio.
¿Eso significaba adiós a las alucinaciones?
Ella siguió con su charla. Parecía una mujer parlanchina que daba más explicaciones de las que pedías. La miré a los ojos pretendiendo prestar atención a lo que decía, pero lo cierto era todo lo contrario. De nuevo, los ojos verdes de mi vecino me habían inundado los pensamientos.
¿Qué hizo cuando me encontró tirada en el suelo?
¿Me tocó?
Mi mano viajó a mi mejilla izquierda esperando que ese fuera el lugar que él había tocado. Suponiendo que lo había hecho.
La tarde se fue muy rápido, cuando menos me di cuenta Wyatt había llegado por mí; se aseguró que estuviese completamente bien y me llevó a mi cuarto en una silla de ruedas. Intenté pararme por mi cuenta, ya que la idea de ser indefensa nunca fue atractiva para mí. Al atravesar el portal lo primero que noté fueron las manchas de sangre en la alfombra del interior. Parecía que no habían podido quitarla del todo.
A lo lejos escuché una sugerencia de cambiar la alfombra y poner una nueva, pero al no tener respuesta mía Wyatt no volvió a hablar. Me ayudó a subir a la cama, me arropó y salió del recinto no sin antes decirme que si algo se me ofrecía tocara tres veces la pantalla de mi brazalete.
Me quedé varios minutos-tal vez horas-mirando el techo gris de mi habitación. Había tenido el peor ataque de mi vida y me había pasado facturas. Me sentía frágil, pequeña. Tenía la sensación de que con un mal movimiento me rompería. Nunca me había sentido así. Y no me gustaba.
― ¿Puedo preguntar qué pasó? ― era la voz del chico. Estaba realmente preocupado según su tono de voz.
Suspiré esperando que el impacto que había tenido su voz en mí se fuera, pero llegaría antes mi vejez que mi tranquilidad.
― Eventos desafortunados ― dije simplemente ― He tenido una mala semana. Tal vez un mal año.
― Bueno, me gusta la igualdad de condiciones. ¿Cómo estas después de...?
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Legado
Science FictionEstados Unidos, una de las potencias mundiales más desarrollada en armas y tecnología. El país tiene años desarrollando alguna manera en la cual los humanos puedan obtener habilidades poderosas, incrustándolas en el ADN sin dañar las células o la ma...