Epilogo

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Hola querido lector, ¿Me extrañaste? Yo sé que me extrañaste o al menos extrañaste tener noticias de nuestros chicos enamorados.

Estoy de regreso para nada más y nada menos que... Los tres años de la hermosa Izzy.

El tiempo vuela ¿Verdad?

Pero me alegra que tengamos tanto tiempo sin novedades, mi querido lector, sabes que si todo está tranquilo yo estoy ausente y aunque me gusta ser parte de la historia, también me alegra que nuestros chicos pasen felices sus días.

Te preguntarás cómo se dieron las cosas entre Alec y Magnus después de que la cacería terminara y que Will hubiera mandado a alguien a instalar otros buenos vidrios en la puerta delantera de la casa...

Pues todo estuvo en calma, ellos pasaron de ser un enfermero secuestrado y un empresario loco de amor a una pareja totalmente unida por emociones sólidas.

Alec nunca fué tan libre estando en Nueva York como lo llegó a ser en esa casa en medio de un bosque de Noruega.
Bastante rutinario su día, pero hay personas que no nos molesta la rutina, todo lo contrario.
Y el propósito de Magnus en la vida era amar y cuidar a esas dos personas especiales. Supongo que todos obtuvieron lo que deseaban.

La pequeña bebé no pudo terminar en mejores manos, claro, omitiendo el hecho de que esas manos mandaron a matar a sus padres biológicos, pero esos son detalles menores que quedaron muy atrás.

¿Alexander descubrió algún día el alcance de la obsesión de Magnus?

Claro que sí, querido lector, y fué el propio Magnus quién se lo confesó. ¿Recuerdas esos dos días en los que estuvo mayormente inconsciente? ¿Recuerdas el cambio que tuvo Alexander después?

Exacto

Nuestro hermoso chico de ojos azules se rindió a ese reactor nuclear de afecto y devoción que demostró ser Magnus-magnífico-Bane-Bane.

Alec aún se burla de él por haberle puesto vigilante en el hospital. Y nunca creyó que esa ruda jefa de enfermeras fuera tan chismosa con Magnus.

Bane  no se arrepintió nunca de lo que hizo todos los años en los que Alexander se volvió un hombre adulto y Alec nunca le pidió que se disculpara con él por haber invadido su vida de forma tan descarada.

Una vez que ellos aclararon sus puntos de vista de la situación, todo se volvió miel sobre ojuelas, ya no consideraban su situación algo como anormal.
Ya no les preocupaba el síndrome de Estocolmo y Alexander incluso investigó el tema para estar completamente seguro de que su mente no lo estaba engañando y que realmente amaba a Magnus.

Fueron días complicados, Alec quería acudir a un profesional de la salud mental pero eso implicaría tener que responder a un montón de preguntas que quizá podrían terminar con Magnus en la cárcel.
Entonces prefirieron volverse ellos los expertos en el tema y comenzaron a estudiar y tratarse mutuamente.

Muy poco profesional, ya lo sé

Pero no es como que cursaron una carrera en ello, simplemente trataron de enfrentarlo,  entenderlo y aceptarlo, con el paso del tiempo todo quedó en su sitio.

Al menos hasta que Izzy quiso conocer a más niños.

¿Cómo le dices a una persona que secuestró al amor de su vida que su pequeña hija debe tener contacto con otros pequeños niños sin que se preocupe al extremo porque van a robarle a su bebé?

Magnus siempre fué muy paranoico.
Unos días de sexo sucio en el sótano de la casa para no asustar a Izzy bastaron para que Alec convenciera al moreno de hacer viajes más constantes a la civilización.

Las estaciones del Estocolmo #malecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora