The Boys

El mariposario

The Boys
Por: Kirari Ai

Capítulo 5
El Mariposario

-Y...-Comencé a decir, una vez que habíamos salido del reino y nos encontrábamos pisando la suave arena.-¿Tú le pusiste Marina o te volviste un vidente para leer mentes?
Nichkhun me vio también de forma sarcástica.
-Hay algo llamado escribir, "Príncipe", deberías intentarlo alguna vez-. Rayos, no había visualizado esa posibilidad. Había quedado como tonta.El príncipe de Syar sonrió.-La verdad es que sí. Yo la nombré de ese modo. ¿Es un lindo nombre, cierto?
-Bastante original...
-Deja de ser tan sarcástica.
Me reí.
-Supongo, entonces, que intentaste que escribiera.
-Sí, pero no sabe cómo.
Miré hacia atrás y observé a Marina, aún del brazo de Rokhyun, escuchandolo alegremente.
-Oí un rumor al venir aquí.
-¡Oh! ¡Es verdad!- El soberano recordó algo.-¿Es cierto eso de que un enorme dragón apareció en tu reino?
-Sí...- Acerté, de forma sombría.
-¿Por qué? ¿Cómo?
-No es fácil de explicar...

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Suzy fue recobrando la conciencia poco a poco. Mientras su borrosa vista se aclaraba, logró divisar a una persona de espaldas, frente a ella. Además de la oscuridad que comenzaba a devorar la luz del sol. Debía ser el crepúsculo. La habían depositado de nuevo en su calabozo.
La princesa emitió un pequeño ruido, alertando a la persona frente a ella. La cual volteó.
-¡Oh! ¿¡Despertaste!?
Era una mujer, con los ojos igual que los suyos. Pudo verla claramente, su vista se había recuperado. Usaba un traje tradicional de mucama, con brillantes colores.
-¿Q-qué está pasando?- Preguntó Suzy. Se incorporó en la cama y se dio cuenta de que le habían cambiado los jirones del vestido por una especie de bata de manta, además de que la habían vuelto a encadenar. Luego vio sus muñecas, las cuales habían sido vendadas, justo como los reclusos que había observado.
-¿Cómo es posible que despertaras tan pronto...?- Exclamó la mujer, en voz baja, para sí.
-¿Dónde estoy?- La princesa seguía débil.
-En el Mariposario.
-¿Mariposario?
-Es así como le llaman a este lugar.
-¿Por qué?
-Más tarde lo sabrás...-Comentó misteriosamente la visitante.-Por cierto, me llamo Nicole, ¿cuál es tu nombre?
-Suzy...
-¡Qué lindo! Bien, Suzy, si me disculpas, tendré que llamar a un guardia que te cargue para cambiar tus sábanas.
-¿¡Qué!? ¡No! ¡No!- La prisionera ya le temía a esos hombres.-¡Yo puedo levantarme!
-¡Oh! ¡Para nada! ¡Aún estás muy...!- Suzy no la escuchó y se paró por sí misma. Sus piernas temblaron un poco, pero al instante recobró el equilibrio, permaneciendo al pie de la cama.-Débil...Pero...¿Cómo?-La princesa se apartó hasta la cabecera de la cama, no demasiado lejos, pues su grillete en el tobillo le impedía separarse más.-¡Incluso las mordidas...! Ya no están...- ¿Mordidas?¡Debía referirse a las que esos espectros le habían provocado! Pero su cuerpo no tenía marca alguna. Entonces la joven vio las sábanas, mojadas por roja sangre. Se asustó.
Nicole la vio aún extrañada unos segundos, luego reaccionó y tomó las cobijas rojas.
-¿Por qué estoy aquí, Nicole?
-Por la misma razón que todos los demás...- La prisionera no dijo nada, para que la mucama siguiera.-Para alimentarlas.
-¿Alimentarlas? ¿A quienes?
-A las mariposas.
-¿Las maripo...? ¿Esos horribles monstruos que emergieron de esas temibles estatuas?-La mujer la miró y asintió.-¡Esas no son mariposas! ¡Son bestias sanguinarias que casi me drenan la sangre!
-Lo sé, corazón...¿De dónde vienes?- Cambió enseguida de tema Nicole, después de haber cambiado las sábanas por unas limpias.
-Del reino de Etsirt...
-¿¡Etsirt!? ¡Yo también soy de ahí! ¿¡Cómo está el pueblo!? ¿¡Todavía siguen vendiendo esas manzanas de...!?- La visitante repentinamente se detuvo.-¿Dijiste que te llamas Suzy?
-Así es...
-¿¡La princesa Suzy!?
-¡Sí! ¡Por fin alguien que me reconoce!
La mujer no le ponía atención a la princesa, únicamente mantenía una expresión de sorpresa y preocupación.
-¿¡Una princesa!? ¡Nunca antes habían traído alguien tan importante! ¿¡Qué planean hacer!?- Volvió a decirse a sí misma la mucama.
-¿Nicole? ¿Qué ocurre...?
-E-esque...
-¡Mucama! ¡Apúrate! ¡Todavía te quedan muchos encarcelados por atender!- Gritó uno de los guardias fuera del calabozo.
-Tendré que explicarte después. ¡Haré lo posible por ser yo quien te atienda la próxima vez!- Nicole se dio media vuelta, con las cobijas entre los brazos y se apresuró a salir. Pero regresó en sus pasos e hizo una reverencia frente a la prisionera.-¡Princesa!

Finalmente salió y la puerta se cerró de nuevo tras de sí. Dejando a Suzy con miles de dudas nuevas.

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-No puedo creerlo...-Dijo Nichkun, después de que le explicase la situación. Asentí en silencio.-Si hay alguna forma en que pueda ayudarte, no dudes en pedírmela.
-No creo que puedas hacer mucho, pero gracias.
El príncipe bajó la mirada.
-Lamento mucho lo de tu amiga. Recuerdo que solías hablar bastante de ella cada que venías...
-La quiero demasiado...- Comenté, triste. Miré a mis espaldas y descubrí a Marina sentada en una piedra. Se notaba bastante cansada, lo cual era raro, pues no habíamos caminado demasiado. Únicamente las escaleras para descender al mercado y lo demás lo habíamos atravesado a caballo. Rokhyun estaba a su lado, mientras ella se acariciaba las piernas.-¿Qué pasa con Marina?
-¡Oh! Sufre de algún raro malestar en las piernas. De vez en cuando debe sentarse a descansar.-La susodicha nos vio, sonriendonos con una expresión que parecía decir "Lo siento" o "No se preocupen".-Déjame ver qué le ocurre.

El soberano se acercó a la piedra donde la pelirroja reposaba. La observó un segundo y luego tomó una de sus piernas, provocando que la joven se sonrojara.
-¿Necesitas descansar?- Le pregunté a la doncella en la piedra mientras me acercaba. Ella alzó la mirada para dedicarmela, después sonrió y negó con la cabeza. Intentó incorporarse, pero únicamente pudo apoyar sus manos en donde estaba sentada antes de que Nichkun la detuviera.
-¡No, no te levantes! Podemos esperar el tiempo que sea necesario para que te recuperes-. Su amabilidad y atenciones para con Marina eran evidentes.
La susodicha sonrió tímidamente y permaneció sentada.

En ese momento una gran ola avanzó hasta el lugar donde estábamos, mojando los zapatos de todos.
La pelirroja en la piedra vio el agua acercarse y subió los pies, lo más que pudo, para no mojarse. Se veía aterrada.
Me pareció extraño.
-Nichkhun, ¿podrías venir un momento?- Le pedí al príncipe. Él se aproximó a mí y luego avanzamos unos cuantos pasos, lo suficiente para que la asustada joven no nos escúchase.-¿Marina padece Hidrofobia?
-Así parece...No me sorprende, después de lo que tuvo que pasar...
-¿Qué cosa?
-Ayer la encontré, cerca de aquí, tirada en la playa. Había naufragado-. Entonces sí era la misma doncella de la que hablaban esos hombres.-Ni siquiera su ropa se había salvado. Tuve qué cubrirla con mi capa. Tengo mucha curiosidad de saber qué le ocurrió exactamente, pero creo que nunca lo sabré...
-Pobre chica...
El soberano volvió a ver a Marina. Lo hizo por un buen rato.
-Yoona...¿crees en el amor a primera vista?

Ending: http://youtu.be/BLHXNMtf8Fw