Acuerdo

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Habían pasado cuatro días desde que Kakyoin aceptó deberle un favor a Kujo. Noriaki estaba tomando su segunda clase del día mientras se preguntaba si aquella había sido una buena decisión, a decir verdad le preocupaba un poco el favor que el hombre fuera a pedirle en el futuro; conocía a Jotaro muy poco pero sabía perfectamente el tipo de persona que era y probablemente no dudaría en pedirle algo que afectara al pelirrojo de alguna manera.  Kakyoin había intentado no pensar en ello pero era inevitable, quería planear con anticipación qué hacer y decir si el favor le era contraproducente; por el momento sabía que si Jotaro quería pedirle su participación en algo ilegal o algo que claramente podía perjudicarle podría safarse de ello al citar la cláusula de "No sabotaje" del contrato, aún así en cualquier otra circunstancia sería difícil poder escapar.

El pelirrojo no se había encontrado a Jotaro desde aquel sábado y era conciente de que el hombre no había estado yendo a mirar a Dio desde entonces. Noriaki era conocedor de aquello ya que lo buscó varias veces en los alrededores de la zona boscosa y no obtuvo éxito alguno; considerando los horarios de Brando y de Jotaro este simplemente podía acechar al rubio de noche, si no estaba ahí entre las nueve y las doce era probable que ya no apareciera. Kakyoin pensó un poco el por qué Kujo no había estado asistiendo a observar a Dio y después de analizarlo llegó a la conclusión de que probablemente estuvo ocupado con deberes escolares esos cuatro días; por otro lado Noriaki estaba feliz por aquello, que Jotaro no observara a Dio estaba más que perfecto para él, después de todo aún le irritaba el hecho de tener que dejar que Jotaro le mirara.

Kakyoin miró la hora en su celular, eran las 10:35a.m faltaban menos de 30 minutos para que su clase terminara, después de ello tomaría una clase más y al terminarla se dirigiría al hospital. Ese día tenía una cita a la 1:00p.m para retirar la férula de su nariz. El hombre aún tenía un par de moretones y rasguños en el rostro pero eran menos visibles a medida que pasaba el tiempo, aproximadamente en dos semanas estos desaparecieran por completo, o al menos eso esperaba Noriaki, ya estaba empezando a cansarse de las miradas curiosas de otros estudiantes en el Campus, prefería pasar desapercibido al igual que siempre. Al dar las 12:00p.m las clases terminaron y Noriaki se dirigió a la salida de la universidad para asistir a su cita médica. Sus clases en el campus de Artes iniciaban a las 3:00p.m era tiempo suficiente para ir y volver antes de que estas comenzaran.

El pelirrojo tomó un autobús y llegó al lugar en una cantidad considerable de tiempo, debido a ello se vio obligado a esperar en la sala de espera, cuando llegó la hora de su cita se le indicó que podía pasar al consultorio. El proceso fue fácil y no tomó mucho tiempo. Una vez que la férula fue retirada el doctor le dio un par de indicaciones, indicaciones las cuales Kakyoin se aseguró de escuchar atentamente; cuando el doctor terminó el pelirrojo agradeció el servicio y en menos de una hora ya estaba nuevamente de camino a la universidad. Al llegar entró al campus de Arte y se dirigió a la cafetería de este, necesitaba comer algo antes de comenzar sus clases. Ese día las clases terminaban hasta las 9:00p.m y claramente no podría aguantar tanto tiempo con el estómago vacio. Kakyoin llegó a la cafetería y ordenó su comida, una vez que se la entregaron se instaló en una de las mesas del lugar y comenzó a comer sus alimentos.

Después de unos minutos Noriaki decidió mirar la hora, eran las 2:11p.m. Ya que tenía el celular en mano el hombre revisó sus notificaciones y observó una que indicaba que Dio había subido una nueva foto, sin pensarlo dos veces abrió la notificación y miró la nueva fotografía de Brando; en la imagen Dio no tenía camisa y estaba posando enfrente del espejo de su habitación, a juzgar por la luz de la fotografía probablemente se había tomado esa foto esa mañana antes de salir de casa. Noriaki sonrió al mirar la imagen, el rubio era tan perfecto y hermoso a sus ojos, cada vez estaba más emocionado de poder entrar a su hogar y poder tocar y mirar sus cosas. Al pensar en aquello, Noriaki se percató que todavía no había acordado una hora de encuentro para el día siguiente con Jotaro; la semana anterior acordaron verse el jueves antes de clases pero jamás dieron una hora exacta. El hombre buscó el chat de Kujo y decidió enviarle un mensaje para finalmente acordar su encuentro.

Mi Única ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora