Alianza

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La madrugada era pacífica. El pelirrojo yacía dormido en su cama con un rostro apacible mientras respiraba lentamente. El sol había empezado a salir y algunos rayos de este se filtraban entre las suaves cortinas de la habitación, aún con ello el sueño de los hombres en ese cuarto era inquebrantable. Kakyoin estaba profundamente dormido cuando de pronto su celular sonó y se despertó a consecuencia de aquello; tomó su teléfono y miró la pantalla, este no había sonado debido a su alarma, si no porque alguien le envió un mensaje. Noriaki desbloqueó su pantalla y abrió la notificación que indicaba que tenía un mensaje nuevo, al hacerlo se encontró con un mensaje de Jotaro.

«Te veo en la cafetería a las 7:00» Indicaba el pelinegro. Noriaki arqueó una ceja al leerlo, pensó que discutirían cuándo reunirse en la clase que compartirian más tarde, claramente Kujo estaba desesperado por resolver aquel asunto lo más rápido posible, pero era comprensible, después de todo su reputación estaba en juego.

«De acuerdo.» Respondió Kakyoin. Decidió no oponerse a la petición del hombre, considerándolo era mejor para ambos si se resolvía rápido.

Noriaki miró la hora, eran las 5:50a.m. faltaban 10 minutos para que su despertador sonara, 10 minutos de sueño que Jotaro le arrebató al despertarlo con aquel mensaje; no le importaba realmente pero el hecho de que Jotaro estuviera implicado en ello le irritó un poco.

Kakyoin se levantó de la cama para realizar la misma rutina de siempre; lavarse la cara, cambiar sus gasas, cepillarse los dientes, vestirse, tomar sus cosas e irse. Era una rutina que realizaba día tras día pero no se quejaba al respecto, de hecho, no le prestaba atención en lo más mínimo.

Una vez que el hombre estuvo listo se acercó a la cama de Polnareff para despertarlo. El francés tenía el mal hábito de no programar su despertador, siempre contaba con que Noriaki programara el suyo y este despertara a ambos, ese día sin embargo el despertador de Kakyoin no sonó debido a que él mismo lo desactivó antes de que lo hiciera.

—Polnareff, despierta, son las 6:10—Habló el pelirrojo sacudiendo al de ojos azules.

—Cinco minutos más.—Murmuró adormilado.

—Te vas a quedar dormido.—Aseguró Kakyoin.

—No lo haré, sólo serán cinco minutos más.—Murmuró nuevamente Jean. Noriaki suspiró en respuesta. —Si vas a ir a la cafetería no me traigas comida, tengo sobras de anoche.—Añadió con voz somnolienta.

—Bien.—Contestó el pelirrojo mientras tomaba su mochila y se dirigía a la puerta de la habitación. —Voy a ir a la biblioteca a terminar unas tareas. No me hago responsable si te quedas dormido y llegas tarde a clases.—Avisó el hombre antes de salir por la puerta.

Noriaki caminó hacia la biblioteca, al llegar se instaló en una mesa y sacó su cuaderno para dibujar algo. El profesor encargado de la materia de Dibujo les indicó desde el primer día de clases que su proyecto final era entregar una libreta entera llena de dibujos, todas las hojas debían ser usadas y tenían la libertad de dibujar lo que quisieran.  Noriaki llevaba aproximadamente 30 dibujos, faltaban 3 meses para que el semestre terminara así que en definitiva estaba avanzando bien. Miró la hoja un par de segundos preguntándose qué podría dibujar, él realmente quería hacer un dibujo de Dio pero considerando que esa libreta era un proyecto de clase y que el maestro la miraría sería muy imprudente de su parte el dibujarlo. Pensó por un par de minutos más y de la nada recordó aquel documental de delfines que miró días atrás; nunca había intentado dibujar animales marinos pero intentarlo no era mala idea. Kakyoin sacó su teléfono de su mochila y buscó imágenes de aquel animal, si quería que le saliera bien necesitaba ver imágenes de referencia de estos; con las imágenes a su disposición empezó a hacer un sketch, sorpresivamente el dibujo estaba quedando muy bien para ser su primera vez.

Mi Única ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora