[1] In Regards of Love: Eros | FushiSuku [COMPLETA]

Capitulo Dos - "Confesión"

El timbre resuena por la casa, y un perezoso Sukuna se levanta a duras penas del sillón de la sala de estar para ir a ver quien se atrevía a molestarlo en su día libre, si quien estuviera detrás de la puerta venía a joder, estaba seguro de que lo golpearía. Sukuna estaba solo en casa esta vez, sus hermanos Choso y Yuuji salieron a comprar despensa, por lo tanto tardarían en regresar ya que no tenían mucho de haberse ido. Como buen hermano mayor —y sobreprotector— Choso le dijo como unas diez veces que no le abriera a ningún extraño antes de irse, pero a Sukuna le entró por una oreja y le salió por la otra. Sin checar por la mirilla abrió la puerta.

—¿Quién mierda se atreve a molestarme? —pregunta molesto. Sus ojos se clavan en el chico frente a él, que se encontraba sorprendido de verlo. —Oh, eres tú —no sabe qué más decir, aunque por dentro está muy feliz de ver a su "corazón".

Han pasado tres meses desde que se conocieron en aquella fiesta, su relación se podría decir que es más normal dentro de lo que cabe, pueden mantener una conversación civilizada, por unos momentos, porque después buscan cualquier excusa para discutir; también hay momentos en los que el descarado de Sukuna comienza a coquetearle a Megumi de forma muy obvia, pero como Megumi es estúpido en estas cosas, piensa que Sukuna lo molesta; o puede que las discusiones sean su forma de coqueteo, nunca lo sabremos, ¿o tal vez si?

—¿Puedo pasar? —Sukuna reacciona y se hace a un lado, abriendo más la puerta de su casa, dejando que Megumi entre. El aspirante a detective entra a la casa de los Itadori, observa un poco el lugar, aunque ya ha estado aquí veces anteriores.

—¿Qué haces aquí? —pregunta el tatuado siguiéndole el paso.

—Vine a regresarle un manga a Itadori —contesta. Y como Pedro por su casa, se dirigió a la cocina a buscar algo de beber. Sukuna no dice nada, ya que Choso le permite estar en la casa a sus anchas, y tampoco es que le moleste tenerlo rondando por ahí. Sukuna va a la sala y se sienta donde estaba antes para seguir viendo su celular.

—Ah, Yuuji no está, salió con Choso a comprar despensa —Megumi se pone de cuclillas para ver mejor el interior del refrigerador.

—¿Tardará en regresar?

—Nope —mentira. Quién sabe qué es lo que planea Sukuna al mentirle a Megumi, ¿será que por fin se decidió a dar el siguiente paso? —Puedes esperar.

—Está bien —todo queda en silencio por unos segundos. Entonces el de ojos azules oscuros se queja: —Que asco, solo hay yogur de mango.

—¿ASCO? —pregunta un desconcertado Sukuna, quien se levantó inmediatamente de su sillón al escuchar tal ofensa de su querido Megumi. Va a la cocina y se encuentra a Megumi cerrando el refrigerador. —Discúlpame, corazón, pero el yogur de mango es lo mejor que existe —refuta.

—¿Qué? —voltea a verlo con el ceño fruncido. —Por supuesto que no, el yogur natural es mejor —contraria.

—¿Un yogur insípido es el mejor? Oh, Megumin, me decepcionas, creí que tenías mejores gustos.

—¿¡Ah!? ¿Quién dice que mis gustos son una mierda? —coloca su dedo índice en el pecho de Sukuna, retándolo.

—¡Eso es lo que es! ¡Tus gustos son una mierda! —toma el cuello de su playera.

—¿¡Disculpa!? ¿Quién mierda toma yogur de mango? Nadie, porque es un sabor horrible, ni debería de existir —Sukuna lleva su mano al rostro de Megumi y lo toma del mentón con un poco de fuerza.

—¡El yogur de mango es el mejor y punto! —A este llegado punto ambos estaban realmente molestos, definitivamente era peligroso que estos se quedaran solos aunque fueran cinco minutos porque terminarían matándose. Megumi lo aleja de un empujón, el de cabello rosa estaba sorprendido por la acción del chico.