Extra Tres - Hora de estudio

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El siguiente capítulo contiene escenas sexuales explícitas y lenguaje verbal explícito. Se recomienda leer bajo discreción.



Megumi se encontraba atentamente haciendo los deberes de la universidad, leía y analizaba en silencio, con Sukuna recostado en la cama de su habitación. Sukuna de vez en cuando observaba a Megumi, que le enamoraba más y más verlo esforzarse en sus estudios.

De vez en cuando Sukuna comentaba algún disparate para hacer reír a Megumi, lo que funcionaba. La habitación se encontraba silenciosa, siendo relajante para ambos, pero llegó un punto en el que Sukuna ya no soportó tanto silencio por lo que decidió que era momento de que Megumi tomara un descanso.

Sukuna se levantó de la cama y caminó tranquilamente hacia Megumi, luego terminó por rodear la silla en la que su novio estaba sentado.

—Ay, me caigo en tu verga, papasito —dijo al tiempo que se sentaba sobre las piernas de Megumi, quien abrió sus brazos y luego rodeó la cintura de Sukuna con estos.

Megumi soltó una pequeña risa ante lo dicho por Sukuna, apoyó su mentón en el hombro ancho y desde ahí siguió revisando lo que estaba haciendo. Sukuna observaba superficialmente las hojas que Megumi tenía en mano y decidió preguntar de qué eran.

—Tenemos que realizar un análisis sobre un caso no resuelto y determinar al posible culpable —contestó.

Sukuna removió sus caderas, rozando a propósito la entrepierna de Megumi, quien omite reacción alguna.

Sukuna sonríe con travesura y vuelve a preguntar—: ¿Y de qué trata el caso que escogiste?

—Sobre-

Megumi se interrumpió momentáneamente cuando Sukuna volvió a rozar con el culo su entrepierna, estaba aguantando terriblemente el ponerse duro.

—Ajá —incitó Sukuna mientras recargaba su codo sobre el escritorio pero sin dejar de mover sus caderas.

—Sobre una mujer que desapareció... —suspiró y tensó su mandíbula y apretó sus manos en forma de puños.

Sukuna lo estaba torturando.

—Sukuna... —pronuncia Megumi.

—Continúa, Megumin, te estoy escuchando.

—No es- no es eso —respira profundamente, intentando calmarse, pero fue inútil, su pene se levantó.

—Vaya, Megumin, se te paró —comentó con fingida sorpresa.

Megumi oscureció su mirada y llevó una de sus manos a la entrepierna de Sukuna y apretó. Sukuna ya estaba erecto

—Eres una perra molesta —gruñó Megumi.

Sukuna sintió un escalofrío recorrer su espalda con fervor y soltó un pequeño gemido.

—¿En qué momento se te paró? —cuestionó mientras daba otro apretón a la erección—. ¿Acaso estás en celo, como una perra? —vuelve a preguntar con dureza.

El aliento golpeaba la piel descubierta de Sukuna, causando que esta se erice con cada palabra que salía de su boca. Que Megumi le hablara de esta forma y tan cerca de su piel era suficiente para que Sukuna se sintiera drogado de tanta excitación.

Era increíble lo excitado que se ponía cuando se trataba de Megumi.

—Es hora de que te tomes un descanso, Megumin —comentó Sukuna con dificultad, ahora era Megumi quien movía sus caderas.

[1] In Regards of Love: Eros | FushiSuku [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora