La historia siempre ha traído entre sus páginas escritas la palabra guerra. No importan si son pequeñas escaramuzas o combates mundiales, siempre tienden a reaparecer con los años.
El tiempo de paz se ha considerado como el periodo entre la guerra anterior y la siguiente. Los humanos siempre han sido así, no hay a muchos que les guste realmente la guerra pero se dejan llevar para obtener algo a cambio. Algunas veces son por derechos, otras muchas no por algo tan noble.
Los Verianos son una raza diferentes a los humanos quienes han estado en malos términos durante muchos años. Se comenta en los libros que su raza es de escasa población pero cada uno son increíblemente poderosos.
Son las poderosas habilidades mágicas que su raza posee, cada uno de ellos refuerza su cuerpo. Es considerado tan peligrosa esa magia debido a que en una anterior guerra las armaduras de los soldados fueron cortadas con gruesas espadas del tamaño de un adulto como si solo fuera papel.
Kail ya sabía esa información porque la había leído cuando estuvo aprendiendo por su cuenta la historia de este mundo. Aún así se la habían contado nuevamente.
—Ya sabía eso, ahora volviendo a mi pregunta...—Kail estaba algo molesto por todo actualmente—¿Porqué viniste aquí?
—Eso es porque quería hablar contigo.—la princesa dijo tomando un té.—¿Cómo resolverías esta futura guerra contra los Verianos en tu opinión? Si puedes detener la guerra antes de que comience sería mejor aún.
Kail estaba en su despacho dentro del local de bicicletas con la pluma en su mano. Aún faltaba colocar estanterías para los libros y solo tenía un escritorio de madera, un par de lámparas de aceite en las paredes y la luz que entraba de la ventana.
La sirvienta que siempre acompaña a la princesa estaba sirviendo el té a ambos sobre el escritorio. Había tenido sumo cuidado de no manchar las hojas llenas de diseños, aunque ella creía que solo eran garabatos.
—No puedo hacer eso en este punto, habrá una guerra... espera.—Kail seguía molestándose más por momentos.—No me refería a eso, reformularé mi pregunta ¿Cómo demonios viniste hasta acá y dejaste un maldito regimiento de caballeros congestionando las vías públicas?
—¿No se supone que ya lo dije anteriormente?—La princesa dejó la taza de forma elegante y se levantó—Soy la primera princesa Leyla von Birdwhistle, la primera hija del rey y la heredera de su posición.
—No no no no, seas princesa o reina no me afecta.—Kail también se levantó y señaló fuera—Tu seguridad tal vez sea normal ¡Pero si bloqueas mi tienda no ganaré beneficios! ¡Tus cientos de caballeros están entorpeciendo a mis posibles clientes!
—No hay problema, compraré lo que en teoría se habría vendido este día y problema resuelto.—La princesa dijo mientras se sentaba y recogía algunas hojas con diseños.—Esto es asombroso, igual que la bicicleta no puedo entenderlo por mí misma.
—Hah~—Kail se sentó sobre la silla ya sin fuerzas.—Si supieras verlo no serías normal. Me tomó años aprender a ver y dibujar tres vistas de forma natural.
El plano, la alzada y el perfil. Todas esas vistas tienen diferentes tipos de líneas. Las líneas gruesas, líneas finas, líneas fina de trazo y punto, línea fina de trazos y línea fina a mano alzada y varías otras así como la simbología usada.
—¿Y entonces que es esto? Espero que esto sea tan sorprendente como las bicicletas.—La princesa no despegó su mirada de la hoja en sus manos con el ceño fruncido.—Parece mucho más elaborado que el diseño de la bicicleta.
—Ah, debería estar por algún lado...—Kail buscaba entre las hojas desparramadas por la mesa—¡Aquí está! Toma, este boceto es más visual a simple vista.
El primer boceto que hizo lo había creado con profundidad, no había cotas ni muchos detalles pero seguía siendo una vista bastante realista de la máquina de vapor.
—Ya veo la forma pero no puedo entender su función por solo eso. ¿Qué es y para qué sirve?
—Esta máquina es llamada máquina de vapor.—Kail pronto se entusiasmó dejando en el pasado su enojo—Utiliza la reacción física que el agua produce a cierta temperatura, jugando con el proceso de evaporación en un espacio cerrado se aumenta la presión debido a la separación de sus moléculas. Esta presión es suficientemente poderosa para causar un movimiento de expansión al pistón que a su vez la biela lo transmite a una rueda en forma de movimiento circular.
—¿Dices que usarás el mismo vapor que produce el baño para mover algo?—La princesa no sabía que ese vapor podría ser usado en algo.
—Si, eso es correcto. Aunque con las herramientas no podré hacer algo bueno, por lo menos podré realizar un prototipo funcional para la tienda.—Kail estaba seguro que podrá conseguirlo.
—¿Pero para que es necesario ese movimiento circular?
—¿En serio me preguntas eso? Tal vez el primer prototipo no tendrá suficiente potencia y será algo grande pero cuando pueda minimizarlo y optimizarlo podría crear una revolución en los medios de transporte y fabricación.—Kail sabía que esta creación dará lugar a la locomotora de vapor.
La princesa unió las piezas en su cabeza y un escalofrío recorrió todo su cuerpo al pensar en tal máquina. La princesa sabía por los datos recogidos en las puertas de la ciudad que muchos mercaderes tenían malos viajes o incluso terminan muriendo por bestias peligrosas o atracos.
—Entonces esta máquina de vapor... ¿A qué velocidad podría ir y cuanta carga podría llevar?—La princesa parecía incómoda.
—Mmmm—Kail sabía los datos reales pero no tenía forma de crearlo sin errores en la fabricación—depende de donde se implante pero con una vía de raíles específica entre ciudades... unos cincuenta kilómetros con una carga de... aproximadamente unas catorce toneladas.
—¿¡HAH!? ¿¡Catorce mil kilogramos a la velocidad máxima de un caballo!?—La princesa probablemente fue la única que podía pensar en como esto afectaría a cada reino.
—No te sorprendas tanto.—Kail dijo tomando un sorbo de té al que empezaba a pillarle el gusto—No es como si pudiera hacerlo con un chasquido o algo así. La máquina de vapor es el motor de la locomotora a vapor pero hay muchas otras piezas que requieren trabajo. Esta máquina de vapor la voy a crear solo para utilizarla de herramienta.
—¿Pero no es eso un desperdicio cuando podemos comerciar a grandes cantidades rápidamente? También viajar sería más sencillo si se suben las personas.—La princesa no pudo ver a través de Kail ni por un instante desde que lo conoció.—¿Porqué no harías un transporte tan conveniente?
Kail entendía perfectamente que esta princesa sentada en su despacho era alguien que comprendía los conceptos modernos cuando se la enseñaba. Ella ya entendía la importancia de la locomotora a vapor y cada vez que hablaban juntos se divertía. Tal vez en este mundo la princesa sea la única o de los pocos con los que Kail podría hablar de esas cosas técnicas. El problema es que todo lo que saben sobre los tecnicismos provienen de Kail, la princesa no puede pensar cosas que ni siquiera sabe que existen.
—¿Viniste con una pregunta sobre la guerra verdad?—Kail lanzó una pregunta retórica—Entonces déjame responderte con una analogía sobre la guerra. ¿Podrías vencer a los Verianos con personas sin armas ni armaduras? La respuesta es no, imposible. Entonces crearás las armas y armaduras para equipárselos a los soldados ¿Me equivoco? Pero vuelves a fallar en vencer. ¿Entiendes eso?
La princesa pudo ver como esas palabras albergaban más contenido de lo que aparentaban, cada vez que ella hablaba con Kail terminaba sorprendida por la complejidad que ese joven de escasos 10 años poseía. Por supuesto que la princesa captó la analogía.
—Estas diciendo que igual que vamos a perder en la guerra, tú tampoco puedes crear la locomotora a vapor porque te falta el equipamiento ¿Es así?.
—Bueno, esa es la verdad pero te faltó un pequeño detalle.—Kail dijo mientras levantaba su índice.
—¿Pasé algo por alto?—La princesa no podía creer que hubiera algo que se le pasase.
Nunca sintió tanta vergüenza en lo referente a la inteligencia y percepción. Aunque le habían dicho algo no se había dado cuenta de ello.
—Si. Aunque exactamente no lo dije con palabras. en realidad hubo un cambio entre atacar sin preparación y con preparación, el ataque mejoró sustancialmente ¿Pero y si esa "mejora" se repitiera una y otra y otra vez?
—¡Ah! ¡Ya veo lo que quieres decir!
—Aun no tengo lo necesario para crear la locomotora a vapor pero crearé las bases para ello, bueno, igual si lo tuviera no empezaría en estos momentos. Si empieza la guerra tendré que irme de esta ciudad.—Kail no sería tan tonto para quedar enredado en esta guerra.
Ya lo decían los libros, los Verianos son una raza poderosa pero peor aún es que se ven como los humanos. Un ataque sorpresa sería perfectamente normal. La única diferencia que tienen en comparación a los humanos es el amarillo color de ojos.
No sabe si esto es debido a alguna mutación genética igual que los albinos, chinos, africanos, españoles... pero ya sea por una malformación celular o una mutación creada para adaptarse a algún tipo de entorno no pelearía. Todo su dinero reunido estaba escondido en la posada dentro de una mochila con lo básico para sobrevivir hasta llegar a otra ciudad.
—¿Eh? Pero eso no puede ser. No puedes irte.—La princesa no podía volver a leer en silencio después de hablar con Kail.
—¿Cómo qué no? Huiré con el rabo entre las piernas cuando estalle la guerra.—Kail iría al sur ya que los Verianos están en el norte.
—¡No puedes! ¡No hay con quien pueda hablar que no seas tú!—La princesa se levantó nerviosa.
Kail no entendió sus gritos pero si podía saber que le estaba pidiendo que se quedase cuando estallara la guerra, algo inaceptable para una persona proveniente del mundo moderno de una pacifica época.
—¡No me voy a quedar a esperar la muerte! ¡Y no soy la única persona que existe con quien puedas hablar!—Kail nunca entendió porqué le ayudó y ahora venía para hablar.
—¡No morirás si te quedas en el castillo! ¡Yo también puedo ayudarte con la máquina de vapor y la locomotora a vapor! ¡También con la electricidad y la magnetita!—La princesa estaba desesperada después de escuchar que se marcharía de la ciudad.Para alguien que había vivido la mayor parte del tiempo en un plano diferente a la realidad que ven los demás, la soledad estaba arraigada en su ser. Los libros la entretuvieron durante la mayor parte de su vida pero ahora que era capaz de hablar realmente con alguien no se sentía capaz de regresar a la amargura soledad de los libros.
—¡Ni siquiera te escuchas a ti misma chica testaruda! ¿¡Cómo demonios puedo crear cualquier cosa si la ciudad cae!? ¡Además no quiero morir!—Kail se olvidó por completo que era la primera princesa y la habló como a una más.
—¡Ya haré algo para eso! ¡Solo no te vayas!
—¿¡Que demonios crees que puedes hacer!? ¡No hay...
La calurosa discusión entre los dos se quedó en silencio. Kail pronto dejó de discutir y terminó dejando que su mente se enfriase rápidamente.
—¿Uh? ¿Porqué... ¿Qué es esto?—dijo la princesa mirándose las manos.
Estaba llorando.
La princesa que quería que Kail se quedase estaba llorando. Ella misma tampoco se dio cuenta hasta que las lágrimas recorrieron sus mejillas. Kail sabía que fue su culpa que la princesa llorase pero aunque ella no tuviera una razón válida sintió que hacerla llorar era inaceptable.
No quería morir, no podía embarcarse en una guerra en la que además las posibilidades fueran tan escasas. Aún así, tampoco podía dejar a una mujer llorando a su propia suerte. Su moralidad no se lo permitía. Kail solo suspiró y volvió a sentarse.
—Entendido. Escuché que al menos faltaría un año para la guerra así que no me iré antes de eso. Vamos a discutirlo otro día ¿De acuerdo?—Igualmente Kail no aceptaría así de fácil quedarse.
—Es verdad. Aún queda más de un año.
La princesa parecía volver a ser la mujer que podía ser independiente mientras ignoraba el haber llorado. Kail sintió que sería malo recordar lo ocurrido e hizo como si nunca la hubiera visto llorar.
«Eso es, solo fueron algunas gotas que el té se derramó sobre su cara. Fue porque nos levantamos de la mesa súbitamente, si, eso es verdad»
La sirvienta permaneció por toda la discusión con la mandíbula abierta de la sorpresa de ver a la princesa de esa forma tan poco convencional en ella. Fue la primera vez que había visto a la princesa llorar durante toda su vida. Por primera vez, la sirvienta pudo ver a la princesa más humana.
ESTÁS LEYENDO
The Engineer
Science FictionUn hombre de treinta y tres años se da cuenta que ya no se encuentra en su despacho ideando un método revolucionario. No se encontraba en la Tierra ni tampoco tenía su antiguo cuerpo. Es solo un ingeniero en otro mundo en el que existe la magia. ¿Po...