Capítulo 6

178 20 0
                                    



Vi disfrutaba tranquilamente de sus sueños cuando de repente notó algo peludo arrastrándola de vuelta a la consciencia. Intentó zafarse de este incordio para seguir descansando unos minutos más antes de tener que lidiar de nuevo con su vida pero no había manera alguna de conseguirlo, la criatura insistía en compartir su espacio a toda costa. Finalmente no tuvo más remedio que abrir los ojos e incorporarse para no morir asfixiada por el dichoso perro que no hacía más que interponerse entre ella y su fase REM.

-Vamos, Capitán, quítate de enci... -Vi observó perpleja que se había equivocado por completo y la figura que tenía abrazada a ella era Caitlyn. Había confundido el largo cabello liso y sedoso de la sheriff con el peludo perro. Se quedó mirándola un rato hasta que comenzó a moverse para acomodarse. Vi intentó apartarla con cuidado, primero uno de los brazos mientras ella sacaba con dificultad una pierna de la cama. Había conseguido liberar ambas piernas pero todavía quedaba un brazo aferrada a ella. «No me lo estás poniendo nada fácil, Cait».

-Mmm... -se quejó Caitlyn mientras abría poco a poco los ojos descubriendo a Vi en su intento por salir de la cama empleando movimientos ortopédicos-. Estoy despierta, puedes dejar de moverte como un robot.

Vi se detuvo en seco avergonzada por haber sido descubierta e intentó recuperar algo de dignidad colocándose de nuevo en una posición digna, cerca de Caitlyn.

-Intentaba no despertarte...

-No te preocupes -bostezó-. Debe ser muy tarde ya -Caitlyn se incorporó sentándose en la cama-. Anoche no parabas de moverte y tenías espasmos.

-Me pasa a veces -dijo Vi mirando fijamente a la puerta de la habitación evitando los ojos de la sheriff y rascándose el brazo-. ¿Por eso me abrazaste?

-No quería despertarte y pensé que así te relajarías. Y funcionó. No te molestaría, ¿verdad?

«¡¡Claro que no!!», se dijo Vi en a sí misma.

-Claro que no me molesta -confesó a la sheriff un poco a regañadientes-. Conseguiste que durmiera del tirón... -se le escapó una sonrisa tan grande que no pudo contenerla.

-Entonces... ¿Desayunamos?

-¡¡Claro!! Pero primero voy al baño -se levantó tan rápido que antes de terminar la frase Vi ya había salido por la puerta.

Caitlyn observó cómo su compañera salía de la habitación como alma que lleva el diablo y se preocupó durante unos segundos. «Ha sido una muy buena noche. Espero no haberla asustado», pensó. Por su reacción parecía que el contacto físico podría haber estado fuera de lugar, a pesar de que la tranquilidad del sueño decía lo contrario. Quizá había resultado ser demasiada intimidad de golpe para Vi y le convendría dejarle un poco de espacio. Con todos estos pensamientos rondándole la cabeza se levantó para vestirse e ir a pasear a Capitán antes de que comenzaran con el desayuno. El aire fresco le vendría bien para despertarse del todo y pensar con claridad, además también sería favorecedor para que Vi se recuperara del momento incómodo a su ritmo.

Vi entró en el baño tan rápido como le fue posible. Se sentó en el inodoro y tomó una gran bocanada de aire que luego soltó lentamente. Le costaba centrarse, lo único en lo que pensaba era en lo cerca que había estado de Caitlyn. Se ruborizaba solo de pensarlo, aquello era algo insólito. Continuó los ejercicios de respiración pero cada vez que pensaba en la camiseta de la sheriff tenía que volver a empezar. Era imposible concentrarse en otra cosa que no fuera... bueno, Cait. «Vi, tranquila», se dijo a sí misma, molesta. No estaba acostumbrada a tener que tratar con esta clase de emociones y le resultaba muy difícil ignorar sus sentimientos por la sheriff, sobre todo después de haberla tenido abrazada a ella toda la noche. ¿Cómo podía relajarse alguien tras algo así? Imposible. De todos modos, era consciente de que en algún momento tendría que salir del baño y que tendría que comportarse con la mayor naturalidad posible. No solo era su amiga, era su jefa, tenía que ser capaz de tratar con ella como siempre, así que iba a tener que encontrar un modo de lidiar con sus sentimientos.

No te dejare.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora