chocolate & un cigarro (experiencia rd)

LXIV. Equis, somos chavos.

Hola calabacitas
¿Qué tal?

Este ya es el último capítulo del maratón y no saben lo mucho que me arrepiento de que el primer día me pareció buena idea numerar los capítulos con números romanos.

Desde el capítulo 21 los empecé a googlear

Pero bueno, equis hsksjs

Les decía...

-¿Cómo que "a mi qué", Aurora?—Me preguntó.
—Pues ¿a ti qué?

-No seas pendeja.—Me dijo en voz alta.
—Cállate—Comencé.—Lo vas a despertar.

-¿Durmió aquí, el imbécil?—Me preguntó.
—Sí, pero no le digas "imbécil".

-A veces eres demasiado para mi.—Me dijo.
—Pues déjame en paz, úsalo, es gratis.—Contesté.

-¿Durmieron juntos?—Me preguntó.
—Creo que es obvio que sí.—Contesté.

-No—Comenzó.—Me refiero a que si... ustedes...
—Ah, ya entendí—Le dije.—No, no hicimos nada.

Él exhaló como de alivio.

?

—Pero si lo hubiéramos hecho ¿qué? ¿tendría algo de malo?—Le pregunté rogando que no me dijera algo machista.
-Nada—Contestó.—Pero 16 años no me parece una buena edad para empezar una vida sexual.

No fue una mala elección de palabras.

—Equis—Le dije.—Somos chavos.

-No puedo contigo—Me dijo.—Ya me voy, pero, que Lupin ni siquiera se me acerqué.
—Adiós, Lolo.

-Oh que la chingada, no me digas "Lolo".
—Lolito.—Lo llamé.

-Apolo.—Me corrigió.
—Apolito.—Le dije.

-Dime como quieras.
—Eso haré, corazón de melón.

Él sonrió.

-Adiós, chamaca.—Se despidió y se fue.

Bueno, ahora tenía dos opciones, despertar a Lupin y decirle que a la chingada se fuera a su cuarto o bañarme, cambiarme en el baño y arreglarme en silencio.

Y claro que hice la segunda opción.

Cuando salí de bañarme él seguía dormido.

Teníamos clase en una hora y me pareció conveniente despertarlo.

—Corazón, despierta.—Lo moví un poco para que fuera más fácil.
-No quiero.—Dijo adormilado.

—No te estoy preguntando.
-Ya voy.—Me dijo quitándose las cobijas de encima.

Platicamos un rato y él se fue.

Pero a los pocos segundos tocaron mi puerta.

Yo abrí y vi a la profesora Sprout con Remus.

-¿Vi mal, señorita LeCoun't o este sujeto salió de su cuarto?—Dijo casi riendo.
—Vio mal, profesora.

Ella se rió.

-Lo dejaré pasar sólo porque me hizo reír—Me dijo.—Y tú vete a tu sala común.—Le dijo a Remus.

Él obedeció y yo me seguí arreglando.