Devoción

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Eduardo.

Llegó el sábado, y por fin pudimos descansar después de tener una semana algo movida por la escuela.

Algunos alumnos decidían irse desde el viernes en la noche y regresaban a él domingo en la noche, para visitar a su familia.

Obviamente yo nunca salía, solo iba cada mes al banco, esta sería mi segunda vez, ya que Jorge me manda dinero para todo el mes y es mi deber saber cómo gastarlo.

Llegué al banco, y para mi fortuna no había gente, saqué el dinero, pero para mi sorpresa ahora había el doble. Jorge me depositó la vez pasada dos mil pesos, pero esta vez había cuatro mil.

Saqué todo el dinero y me retiré del lugar para regresar a la escuela, durante el camino tuve un poco de inseguridad, el lugar parecía fantasma, muy poca gente en las calles, a comparación de la vez pasada que vine. Desde que llegue a la escuela solo he salido dos veces de la institución, esta es la segunda, y resulto muy diferente a la primera.

Llegué al portón y sin problemas me dio el paso el policía al enseñar mi credencial. Cuando pude llegar a mi habitación, no dude en mandar un mensaje a Jorge para preguntar:

Jorge, muy buenos días, una pregunta, esta vez me mandó el doble, ¿Por qué?

El mensaje no fue contestado, ni mucho menos abierto, deduje que estaba ocupado o algo por el estilo, así que dejé de molestar. Mejor pensé en que hacer durante el día, pues posiblemente me quedaría todo el tiempo solo.

Heather esta vez decidió ir con su padre, así que no podía verla hoy, Javier y Peter fueron al cine y Ezequiel estaba ocupado estudiando por los exámenes, según él.

Sabía que hoy no iba a tener mucha compañía, así que tomé mis cosas y salí de nuevo para el salón de música para poder terminar el proyecto. Pero antes de ir hacia el lugar directamente, hice una parada en la cafetería para desayunar algo. Tomé la decisión de solo gastar dos mil, porque había la posibilidad de que Jorge se hubiera equivocado, así podría regresarle los dos mil sin problema alguno.

Llegué a la cafetería y al ver a toda esa gente formada, me dio pereza esperar, quien diría que los fines de semana, cuando la mayoría sale con sus familias, es cuando hay mes gente en los lugares de esta escuela, en lugar de esperar pacientemente, decidí regresar cuando haya acabado el proyecto.

—¡Eduardo! —me detuve en la entrada y giré para ver de quien se trataba.

—Hola Moon, mucho tiempo sin hablar.

—Perdón, desde que te vi entrar te quería hablar, pero no recordaba tu nombre, soy como Dory, perdón.

—No te preocupes, llega a pasar. ¿Qué haces aquí?

—Vine a comer, pero hay mucha gente, me dio hueva esperar, así que vine contigo para preguntarte, ¿A dónde vas?

—Tengo pensado ir a acabar mi proyecto de química, pero tengo mucha hueva, también quiero ir a un centro comercial para comprar algo de comida, sale mucho más barato que comprar comida aquí.

—Eso sí, pero, ¿Tienes dinero?

—Me acaba de depositar un amigo, entonces estaba pensando eso, eso o seguir comprando aquí, pero el dinero no me alcanza para mucho.

—Esa es buena idea, pues la verdad te recomiendo comprar comida afuera, solo tienes que convencer al policía del portón para que te deje ingresar la comida.

—¿Quién dijo que tenían que verla? Claro que no, me voy a llevar una mochila, ahí meteré todo lo que comprare. Nadie sospechara.

—Cabeza lista, muy buena idea.

En Busca de un Hogar 🏳️‍🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora