Eduardo.
El comienzo del día para todos puede ser diferente, para unos puede ser el comienzo de una nueva tortura, o de una maravillosa aventura, algo que te llevará a lo inexplicable, o lo que te conducirá a lo inolvidable, algo divertido como un simple juego, o algo tan aterrador como un sencillo acertijo. Todos podrán decir misa, pero para mí, el comienzo del día es el comienzo de lo improbable.
Los pajarillos entre las ventanas que comienzan a soltar su canto al sol, nos avisa de la maravillosa mañana que algunos, tendremos la suerte de presenciar, pero otros temerán al observar. Casi como me paso a mí, todo está realmente tranquilo, estaba pensando inclusive en que ocupar el tiempo libre que tenía, pues la hora apenas indicaba las seis en punto de la madrugada.
El sol apenas salía, pero los pocos rayos del sol que lograban entrar, se reflejaron en la pantalla de la computadora ajena que se encontraba en mi "escritorio", no tardo ni dos segundos en llegar a mí un recuerdo como una flecha lanzada de un arco. El proyecto de química estaba incompleto.
Como pude me vestí con algo decente, o con lo que mis manos tomaban primero sin prestarle atención a mis prendas. Las cosas que se encontraban en aquella repisa solamente las pude aventar dentro de la mochila a excepción de la computadora por miedo a romperla y estar endeudado con Ezequiel el resto de la carrera.
Ya no falta mucho por hacer, simplemente eran las imágenes que se tenían que imprimir, así que, con solo cinco minutos, ya me encontraba bajando las escaleras lo más rápido que podía para llegar al laboratorio de cómputo y comenzar con el proyecto para poder culminarlo y quitarme un peso de encima.
La suerte desapareció al ver el letrero en rojo detrás del vidrio de la puerta del laboratorio que decía "Cerrado por remodelación".
Insulte más veces de las que podía contar con mis dos manos hacia la puerta con aquel estúpido letrero que solo me perseguía en mis momentos de desesperación y necesidad.
Las opciones comenzaban a cerrarse en mi mente, teniendo como única opción hacer todo lo ilustrativo con mis dos manos, apoyándome de un lápiz y colores de madera,
Todo se podría resolver así de fácil, pero necesitaba un lugar libre, donde me sintiera cómodo, también donde me no me interrumpieran a cada momento, por una u otra cosa, y conocía el lugar perfecto donde podía tener todo eso y más.
Al camino era arriesgado, pues los maestros ya se encontraban haciendo guardia a las diferentes áreas que tenía la escuela como por dentro como por fuera, pero aun con todo eso, sabía qué camino tomar, y los tiempos de descuido del torpe profesor Martin que siempre se distraía con las alumnas que pasaban por ahí. ¿Tardado?, para nada, en menos de cinco minutos ya me encontraba en el salón de música, recibiendo una remodelación impresionante al entrar.
Todo instrumento que se encontraba dentro de ese salón estaba desaparecido, de la noche a la mañana se habían llevado los materiales que estaban en aquel salón, dejando solamente al gran piano cubierto con una manta barata y por supuesto la mesa que era imposible de mover, claramente con sus respectivas sellas que no eran tan cómodas, pero si aceptables.
No tuve tanto tiempo de observar cómo se veía el salón así, aunque me hubiera encantado saber, ¿Cómo sería una sesión de fotos en ese lugar?, se veía muy...fotogénico.
[...]
Llevo trabajando en el proyecto alrededor de quince minutos y no pensé que en tan poco tiempo lograría un buen avance, pensé que por fin el sol me iluminaba y no solo los rayos que entraban por la ventana, sino que por fin podría encontrar la tranquilidad después de la tempestad. Incluso me había llegado un mensaje que me alegro el día aún más.
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En Busca de un Hogar 🏳️🌈
CasualeEn los lugares donde menos te lo esperas, es donde más posibilidades tienes de lograr salir lastimado, donde más te cuidas es donde menos miedo tienes que tener. O al menos eso decía mi madre cuando estaba pequeño, sin saber que tenía razón, pues de...