Capítulo 16

4K 211 12
                                    

—¿Me acompañas? —la voz de Max sonó amortiguada contra mi sien y pude darle sentido a sus palabras cuando me ofreció su mano por debajo de la mesa que ocupábamos, entrelazando mis dedos con los suyos cuando estuvimos fuera de nuestros asientos.
—¡Si no regresan en tres minutos me voy a tomar sus bebidas! —advirtió el amigo del chico que originalmente nos había invitado a su lujoso club nocturno llamando la atención de nuestros amigos en la mesa y logrando que Kari, con quien intentaba ligar, le rodara los ojos.
—No tardamos —aseguré, Kari me guiñó un ojo y asintió tranquilamente antes de regresar su atención al vaso casi vacío frente a ella y a la conversación entre Marlene, su pretendiente y su amigo impertinente.
—Sí tardaremos, ni si quiera me cae bien —informó Max guiándome entre la gente que bailaba en el espacio abierto central del lugar que era la pista de baile; regresé el saludo con mi mano libre a Carola que bailaba con su esposo y me saludó cuando hicimos contacto visual. Pensé que nos detendríamos a bailar también, pero mi novio siguió caminando hasta que estuvimos en uno de los balcones libres acristalados que, sorpresivamente, no se sentían tan llenos de ruido y donde lo podía escuchar sin gritar, solté su mano y me encaminé a la alta pared transparente donde la vista a la ciudad era increíble.
—¿No te cae bien?, no lo había notado —respondí irónica logrando una sonrisa divertida en su cara, lo pude ver por el reflejo del cristal dar unos pasos hacia mí y di la vuelta para acercarme a él y tomar su mano que me ofreció para llevarme contra su cuerpo, dejando sus brazos a mi alrededor conmigo imitando su acción.
—Pensándolo mejor, sí me cae bien, le está echando a perder el intento de cita a Marlene y su amigo —aseveró luego de unos segundos en silencio, lo sentí reír y pellizque ligeramente su costado separándome unos centímetros para poder verlo a los ojos, notando que exageró su gesto de dolor como si lo hubiera atropellado—; ¿pero por qué el maltrato? —sus labios se posaron contra mi mejilla aún conteniendo su risa.
—En primer lugar, no es una cita, pero el maltrato es por alegrarte que esté siendo mal lograda, aunque el amigo impertinente solo está consiguiendo que le pidan una cita más privada a Marlene, sin todos nosotros, y si Carlos no lo hace, era obvio que alguien más lo iba a hacer —expliqué.
—No estaba defendiendo a Carlos, mi amor, bueno sí, es mi amigo, tengo que estar de su lado aunque esté siendo lento nivel tortuga recién nacida para confesarle sus sentimientos a Marlene, y ella también es mi amiga, pero... de acuerdo, tienes un punto —cedió—; aunque no te traje aquí para hablar de ellos
—¿No?
—No
—¿Entonces a qué vinimos?
—Quería disfrutar de la vista tranquilamente —respondió.
—Sí, es muy bonita, definitivamente es un buen lug...
—No me refería al lugar —interrumpió bajamente, con sus manos posándose en mi espalda baja—, hablaba de ti, todo el tiempo, pero esta noche, en ese vestido, sabiendo que eres mía —me sentí sonreír y muy probablemente me había sonrojado por sus palabras porque se había fijado en el vestido que cuando me probé me había hecho sentir exhibida, pero que mis amigas me habían animado a usar con un sinfín de halagos y argumentando que me habían hecho el maquillaje y peinado para ese atuendo así que ya no lo podía cambiar o se nos haría tarde, ¡y él había dicho que era suya! —, definitivamente es la mejor vista que he tenido en un tiempo —murmuró antes de que sus labios hicieran presión contra los míos. Dejándome disfrutar del tacto llevé mis manos a sus hombros y sonreí cuando lo sentí moverse lentamente en un vaivén muy contrario al ritmo de la música que sonaba dentro del club.
—Vamos descoordinados —señalé siguiendo su lento ritmo.
—¿Por la música adentro? —asentí y él negó en medio de un suspiro—; ellos son los que van mal y está bien, no los quiero en nuestro momento —sentenció antes de que nos quedáramos en silencio por unos segundos.
—¿En qué piensas? —quise saber admirando el color de sus ojos.
—Estoy sorprendido, pero sobre todo, tengo una canción en mente —con su mejilla contra la mía que le quedaba más cerca gracias a los centímetros extra que me daban los tacones respondió antes de comenzar a tararear, me costó unos segundos reconocer la melodía pero cuando lo hice quise pellizcarme porque era muy probable que estuviera soñando despierta con el hombre bailando conmigo.
—Me gusta esa canción —externé un rato después.
—Me queda —contestó en medio de un suspiro—, nos queda —corrigió mirándome.
—Gracias por incluirme —respondí con diversión.
—Ya no me veo sin ti —replicó con sus labios rozando los míos, todo era perfecto, él lo hacía perfecto, pero el ruido del club se hizo más fuerte por los segundos que le tomó a Lando y Charles entrar al balcón donde nos encontrábamos—, ah, no es cierto —se quejó Max girando para ver a sus compañeros que parecían tan animosos como todos los días.
—¿Ya son pareja?
—¿Los interrumpimos? —preguntaron al mismo tiempo.
—Sí y sí, ahora largo —respondió Max con una fingida sonrisa de amabilidad.
—Que grosero eres —regañó Charles—, uno pensaría que ahora que Amelia te hizo caso estarías de mejor humor
—Tengo que avisarle a George —anunció Lando con una gran sonrisa sacando su celular del bolsillo de su pantalón, sin inmutarse por el ahora ceño fruncido de Max.
—¿Qué chingados hacen aquí? —fui la única que entendió la pregunta en español de Kari a Charles y Lando cuando se unió al grupo en el balcón—; en verdad son más difícil de cuidar que niños pequeños —continuó hablando bajo la contrariada mirada de los tres pilotos—, lo siento, ya me los llevo —agregó mirándome—; les dije que donde estaba el chico que invitó a Marlene, no que vinieran a hacer mal tercio —añadió en inglés para el piloto de Ferrari y McLaren.
—Nos cae mal, él y su amigo —se quejó Charles.
—Te dije —murmuró Max a mi lado haciéndome sonreír.
—Entonces pudieron buscar otra mesa, no venir a interrumpir —respondió Kari—; vamos, estoy segura de que Carlos los va a estar buscando
—Yo creo que va a estar bebiéndose hasta el agua de los floreros con Daniel y Michael, pero te haré caso porque me da miedo verte enojada —respondió Lando caminando a donde Kari.
—Yo solo iré porque Amelia, no fue una grosera y quiero una cerveza —musitó Charles dedicándome una amable sonrisa para luego mirar con reproche a Max antes de encaminarse con mi amiga y Lando a donde lo esperaban para regresar al interior del club.
—Nos vemos en un rato —gritó Kari despidiéndose, dejándonos solos nuevamente.
—¿Dijeron que Carlos está aquí?
—Con Daniel y Michael —confirmó Max.
—¿Deberíamos ir? —cuestioné aún mirando por donde nuestros amigos se habían marchado.
—Solo van a seguir regresando y si comienzan a beber en algún momento traerán a Daniel con ellos y quizá te cuenten anécdotas vergonzosas, así que sí, hay que ir —respondió tomando mi mano.
—Quiero escuchar las anécdotas
—No hoy, quiero que te quedes con mi imagen siendo romántico antes de que ellos lo arruinen —pidió.
—Max
—¿Si?
—Me tarareaste una de las canciones más bonitas que conozco mientras bailábamos lento, absolutamente nada puede arruinar la imagen que tengo de ti siendo romántico —aseguré deteniendo nuestro andar para dejar un beso a la mitad de sus labios.
—Me merezco un beso completo por ser un romántico —se quejó tomando mi barbilla antes de que pudiera alejarme para besarme con gloriosa lentitud, amenazando la fortaleza de mis piernas para mantenerme en pie.
—Vamos, o nunca nos iremos de aquí —murmuré con la respiración entrecortada cuando separó su boca de la mía y continuó dejando pequeños besos sobre mi mejilla hasta llegar a mi sien.
—Vamos —tomó mi mano nuevamente y me guió de regreso al interior del club donde no fue difícil encontrar a nuestros amigos, sobre todo porque Charles y Lando entonaban "Tusa" como si estuvieran pasando por un mal divorcio en un adolorido español que podría invocar a satanás.
—¿Estás bien? —le pregunté a Marlene cuando regresó a la mesa que compartíamos luego de un montón de canciones bailadas sobre todo con Kari, Carola y Lando, para alivio de Carlos, que a duras penas le había quitado la mirada de encima antes de marcharse hace unos minutos.
—Sí, aún no estoy ebria, no te preocupes —sabía que no estaba ebria porque solo había bebido algunos shots de fruta cortesía de nuestros amigos, y su cita se había ido a conseguirle agua, pero también la había visto intercambiar palabras con Carlos más temprano y ninguno había lucido feliz.
—Sabes a qué me refiero —Marlene asintió enmedio de un gran suspiro y me dedicó una pequeña sonrisa.
—Estoy bien, me alegra haber aceptado venir... ¿lo de Carlos lo platicamos mañana?
—Cuando tú lo decidas —asentí.
—Gracias
—Para eso somos las amigas
—Luego se hidratan, escuchen —pidió Carola tomando nuestras manos para ponernos de pie en cuanto la voz de Daddy Yankee sonó por los altavoces del lugar haciéndonos sonreír, el DJ dijo algo imbécil del ritmo latino pero fue ignorado por mis parejas de baile —y todos en general— mientras caminábamos a la pista de baile que era más pequeña en el segundo piso donde nos encontrábamos ahora, según las palabras del pretendiente de Marlene: para darle más privacidad a los pilotos—; ahora regreso, bailaré con las niñas —avisó Carola haciendo sonreír a Sergio que regresaba con Max de acompañar a Carlos a la salida del lugar.
—Lo mismo —dije para Max, que quizá no había entendido lo que dijo Carola, pero esperaba que Sergio le tradujera.
—¿Dónde se metió Kari? —busqué a mi amiga con la mirada, encontrándola unos segundos después en la barra del primer piso; pareció despedirse del australiano a su lado inclinando ligeramente su botella de cerveza hacia él, que imitó el gesto de Kari sonriéndole antes de que mi amiga tomara con agilidad los cuatro pequeños vasos que el barman puso frente a ella y se dirigiera a donde nosotros luego de una rápida inspección con la mirada al lugar—, te perdiste media canción —informó Carola ayudándole con dos de los vasitos que cargaba.
—Lo siento, ya me cansé de los shots de fruta, quería algo más fuerte, así que vamos a jugar a la ruleta rusa del alcohol —informó cuando las cuatro tuvimos un vaso en nuestras manos—, vodka, brandy, ron y tequila —informó—, la verdad no sé cuál sea cuál, así que disfruten —sonrió y al mismo tiempo que Marlene bebió todo el contenido de su vaso conmigo y Carola mirándonos con duda un segundo antes de ceder e imitarlas.
—Me odiarás toda la vida —grité un par de horas después en el oído de Kari para que lograra escucharme cuando me acerqué a avisarle que nos adelantaríamos al hotel porque eran casi las cinco de la mañana, estaba muriendo de sueño y no quería obligarla a regresar conmigo porque era obvio que se estaba divirtiendo; mi amiga negó sin perder la sonrisa y se acercó a mi oreja para responder.
—Jamás te odiaría, solo ve con cuidado, envíame un mensaje cuando estés allá y espera, solo un segundo —pidió a gritos mientras llevaba su mano libre al interior de su pequeño bolso que colgaba contra su cadera, la vi intentar sacar algo y decidí ayudarle con la cerveza en su mano izquierda para que pudiera maniobrar. Me dio una sonrisa de agradecimiento y revolvió el interior de su bolso una vez más con prisa hasta que entre sus dedos distinguí un par de cuadrados envoltorios metálicos.
—¡Karine Medina! —gracias a Dios, Max estaba despidiéndose de Charles y Lando en un último intento por convencerlos de regresar con nosotros al hotel luego de que se negaran a irse con Sergio y Carola o con Daniel y Michael cuando se retiraron hora y media atrás, pero los chicos parecían decididos a seguir el ritmo de Marlene y Kari, así que por lo menos estaba agradecida de que mi novio no haya sido testigo de mi amiga dándome condones.
—¿Qué?, yo no los voy a usar, ni loca me iré con el amigo del novio de Marlene —respondió tomando de mis manos su cerveza, permitiendo que guardara los preservativos en mi bolso con rapidez—, además, la protección es muy importante, ustedes están muy enamorados, pero sigue siendo importante —habló con seriedad y sabía que estaba muy lejos de estar borracha por lo que lo decía con verdadera preocupación, así que asentí a sabiendas de que quizá tendríamos esta conversación con mucho menos público en un futuro cercano y la abracé brevemente despidiéndome antes de pedirle que me avisara si necesitaba algo y cuando estuviera con Marlene en el hotel.

Max.
Mi tranquilo sueño lleno del aroma del shampoo de Amelia fue interrumpido abruptamente por el constante golpeteo sobre la puerta de mi habitación, un segundo después Amelia se sobresaltó a mi lado por el ruido en la puerta y aunque estaba preciosa aún adormilada, despeinada y vestida con una de mis playeras que normalmente usaba para hacer ejercicio que en su sueño había dejado de cubrir sus piernas revelando bragas que me cortaron la respiración, me fue imposible continuar admirando la belleza de mi novia porque se puso de pie a prisa murmurando algo en español mientras acomodaba la playera que usaba para que cubriera su ropa interior.
—Ams, mi amor —me apoyé sobre mis codos en la cama viéndola caminar en dirección a la puerta.
—Quizá es Kari —respondió casi en la puerta, con el sueño impregnando su voz.
—No sabe en qué habitación estoy —le recordé dejando de lado la búsqueda de algo de ropa para mí siguiéndola solo en bóxer, pero ella ya había abierto la puerta, encontrándose frente a frente con mi hermana Victoria, afortunadamente, o habría sido difícil explicarle la escena a Blue.
...

~

Carta de amor/nota: mis queridos y amados lectores, espero estén muy bien, ojalá aún me lean después de una semana de espera, disculpen la tardanza pero mi cerebro no cooperaba para que el capítulo fluyera, pero finalmente está listo y deseo lo disfruten mucho. En cuanto a la canción de Amelia & Max mencionada en el capítulo, estoy pensando seriamente en no revelar el nombre hasta que sea muy necesario por el rumbo que toma la historia (y que no puedo contar aún o les haría spoiler) o estoy pensando en hacer un apartado en otro libro con una playlist de esta historia en cuestión (porque sip, no será la única pareja de la que tendremos historia *inserte gritos emocionados* y ya tengo pensadas canciones para nuestras otras parejas) o simplemente compartirles el link en el siguiente capítulo o colgarlo más tarde en este mismo, todo depende de sus opiniones bonitas y del humor que tenga cuando despierte, así que dicho esto, me retiro a dormir. Nos leemos pronto ❤️

RECOMPENSA | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora