La Capa Invisible

ESTÚPIDO

Draco sintió una presencia.

Y al voltear, ahí estaba.

Tratando de girar la perilla y escapar.

"Estúpido Gryffindor, si sabe que puedo ver como gira la manija, ¿no?", pensó.

Sigilosamente se acercó a él.

Hubiera podido congelarlo, hacerlo visible y luego humillarlo de la peor manera, después de todo lo tenía acorralado.

Pero no lo hizo.

Teniéndolo ahí y sintiendo su cuerpo a través de la invisibilidad se lo pensó mejor y extendiendo su brazo cerró la puerta.

–¿A dónde crees que vas Potter? –preguntó tratando de sonar intimidante–. ¿Creíste que huirías de mi?

Estiró la mano hasta sentir lo que parecía ser una tela y la jaló.

Cuando Harry fue visible ante sus ojos, su corazón latió más rápido que nunca. Unos centímetros más bajo que él, mejillas sonrojadas, pelo despeinado y temblando de nervios.

A Draco se le fueron las ganas de humillarlo. El chico de su corazón estaba frente a él luciendo tan adorable.

–¿Por qué tan tenso Potter? –sus cuerpos estaban a centímetros de tocarse y Draco sin pensarlo soltó–. ¿Nervioso por lo qué pueda hacerte?

Harry intentaba inútilmente alejarse de él, pero la puerta se lo impedía. Estaba entre Draco y la puerta, y eso engrandecía al rubio.

–N-No –tartamudeo Harry, acción que hizo que Draco empezara a perder la razón, sus bocas tan juntas, a un espacio tan pequeño de tocarse.

Y Harry, oh Harry... Luciendo tan...

Besable.

Sin embargo, de pronto, algo hizo click en la cabeza de Draco, ese chico había jugado sucio. Y Draco no se quedaría de brazos cruzados.

Alejándose del castaño y tratando de ocultar su clara frustración, tomo la tela entre sus manos y habló.

–Ya decía yo que nadie tiene tanta suerte, yo lo sabía, sabía que tenías algo que te ayudaba a salir siempre como él ganador y mira, ahora lo tengo entre mis manos.

Draco vio como Harry trago duro.

–Tu –dijo enojado–, eres mago muerto Potter.

Y la verdad, Draco esperaba que Potter se disculpara, que le rogará que lo perdonara. Quería oír de Harry un, “iba en serio lo de ser amigos, perdón”

Pero lo que no esperaba era que lo desarmara con un Expelliarmus y volviera a correr.

“Estúpido Gryffindor”, pensaba al verlo huir de la habitación.

Todo se volvía a repetir.

Draco, que estaba tirado en el suelo por el impacto del hechizo, se levantó, mientras salía en busca del castaño.

Por otro lado, Harry bajaba corriendo las escaleras en dirección a la salida, sin embargo, cuando estaba por llegar, se oyó un hechizo sus espaldas.

–¡Petrificus Totalus!

Afortunadamente, Harry escuchó a tiempo y se agachó, el hechizo cayó en una de las mesas de la sala.

Cuando Harry levantó la mirada, los ojos furiosos de Draco lo miraban fijamente, el rubio traía en la mano su varita y cuando volvió a levantarla, habló.

–Será mejor que corras Potter porque si te atrapó, yo te har-

Harry ni siquiera se quedó a escuchar la amenaza, simplemente volvió a correr.