–¡Les quedan cinco minutos para terminar la poción! –gritó el profesor Snape.Harry y Ron casi terminaban, les faltaba agregar un solo ingrediente, el acónito.
–Corre Harry, ve por las ramitas de acónito al estante mientras yo le sigo moviendo –dijo Ron con muchos nervios, debían terminar esa poción o sino ambos se quedarían el resto de la tarde fregando contenedores, todo por Ron y su bocota.
–Bien, bien. Ya voy.
Mientras Harry estaba parado frente al estante de ingredientes buscando las dichosas ramitas, un par de ojos grises no dejaban de escanear cada uno de sus movimientos y reírse por ellos.
Harry era tan bajo, que no alcanzaba el frasco por unos centímetros, seguía estirando el brazo, cuando de repente alguien se lo ganó.
–Ten –Harry aún no levantaba la mirada cuando iba a agradecerle al desconocido.
–Muchas graci-... –no pudo terminar la oración porque se topo con un par de ojos grises, unos que conocía muy bien.
–¿Estas seguro de llevarte ese frasco? –ignoró la sorpresa del chico frente a él.
–¿Eh?
Harry no entendía su de pronto genuina generosidad.
–Digo –comenzó–, que esas ramitas que llevas son las equivocadas.
–¿Eh?, yo... –de pronto, la incertidumbre lo consumió–, ¿por qué dices que es el ingrediente equivocado?, son ramitas de acónito, ¿no?
Draco quería reírse en ese momento, su plan funcionaba, había hecho dudar a Potter.
–Bueno... no estaría tan seguro –respondió lo más inocente posible y además aguantando las inmensas ganas de soltar una carcajada–, lo que llevas no es acónito, es corteza de wiggenbush –fue entonces, cuando Draco se estiró por un nuevo frasco y se lo extendió–. Sin embargo, esto si es acónito.
Harry no se fiaba de él, no lo hacía, pero entonces escucho un grito desesperado a sus espaldas.
–¡Harry! –era Ron–, el profesor Snape ya va a empezar a revisar las pociones, ¿por qué tardas tanto?, ¡apúrate!
–Si, si, voy.
Y Harry sin pensarlo más, tomó el frasco que le ofrecía Malfoy y corrió hacia su amigo, pero sin darse cuenta que una sonrisa divertida se formaba en los labios de su futuro enemigo.
Lo siguiente paso tan rápido que Harry no se acuerda muy bien como sucedió. Solo sabía que en cuanto llegó al caldero y rocío las dos ramitas necesarias del supuesto acónito, el caldero se volvió loco y exploto.
Todo el salón se baño en humo negro, y cuando el humo se calmo, Harry y Ron divisaron en frente de ellos una cara cenicienta y molesta, no, molesta no; furiosa.
Era el Profesor Snape.
–Podrían explicarme porque Mandrágoras usaron Fluido explosivo si claramente dije que se requería acónito.
Ambos voltearon a verse.
Estaba claro que les iba a ir muy mal.
★★★
Al final, ambos quedaron castigados toda una semana, toda una semana limpiando y fregando contenedores, toda una semana limpiando los restos de su poción esparcidos en el salón. Toda una semana de tortura, en la cual, Harry no paraba de pensar en un par de ojos grises, unos ojos grises que lo miraban con burla.Draco Malfoy.
Harry no era tonto, y en cuanto su poción fallo estrepitosamente él supo la verdad.
Malfoy le había mentido, le había jugado una broma, una de muy mal gusto.
![](https://img.wattpad.com/cover/299743412-288-k291318.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Capa Invisible
Hayran KurguDesde que Harry y Draco se conocen, le quedo claro a todo Hogwarts que ellos dos nunca podrían llevarse bien. Y a lo largo de los años lo confirmaron al ver que ambos demostraban su odio con sus múltiples e ingeniosas bromas. Pero para lamento de Dr...